El papa Benedicto XVI anunció el lunes oficialmente su viaje apostólico el próximo año a Cuba y México.
“Tengo la intención de emprender el viaje apostólico antes de la Santa Pascua a México y Cuba“, dijo el Pontífice, palabras que fueron recibidas con un aplauso. No precisó una fecha, pero como la Semana Santa se celebra entre el 2 y 8 de abril, se prevé que su viaje será en marzo.
El Pontífice presidió una misa extraordinaria en la Basílica de San Pedro en homenaje además a la virgen mexicana de Guadalupe, patrona de América y para festejar el bicentenario de la indendencia de los países de América Latina.
La de Benedicto XVI será la segunda visita papal a Cuba, tras el viaje histórico que realizó Juan Pablo II del 21 al 25 de enero de 1998.
México es la segunda nación católica del mundo después de Brasil, pero el Pontífice no visitará Ciudad de México, la capital, debido a que la altura de 2 mil 300 metros en que está enclavada hace “desaconsejable” para la salud del Papa de 84 años, según el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.
Juan Pablo II hizo su primer viaje apostólico a México en 1979 y volvió otras cuatro veces.
La visita a Cuba y México es la segunda de Benedicto XVI a América Latina y la primera a países de lengua castellana. Antes asistió a la Conferencia de Aparecida, en Brasil en 2007.
En América Latina está el 46% de los católicos de todo el mundo.
El Pontífice celebró una misa extraordinaria en la Basílica de San Pedro en homenaje además a la virgen mexicana de Guadalupe. La celebración eucarística la concelebró con cuatro cardenales: Tarcisio Bertone, secretario de Estado Vaticano; Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, Norberto Rivera Carrera de México, en representación del mundo hispanoamericano y Raymundo Damasceno, de Brasil.
Numerosos cardenales y obispos latinoamericanos estuvieron presentes en la Basílica de San Pedro, además de los miembros de la Curia Romana, el cuerpo diplomático ante la Santa Sede y miles de fieles latinoamericanos.
Las oraciones y los cantos de la misa fueron en español y portugués y buena parte de los coros fueron de la célebre “Misa criolla” del argentino Ariel Ramírez.
Previo a la misa, dos jóvenes de cada país latinoamericano ingresaron a la nave central de la Basílica de San Pedro con las banderas de sus respectivas naciones y las colocaron en el altar, junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Numerosa fue la presencia de latinoamericanos que viven en Italia.
La Pontificia Comisión para América Latina envió centenares de cartas a las familias y empresas en las que trabajan latinoamericanos para que les dieran la tarde libre y les permitieran celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
La misa contó con la presencia del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez (Santo Domingo); cardenal Jaime Ortega y Alamino (La Habana); cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga (Honduras); cardenal Juan Luis Cipriani (Lima); cardenal Raymundo Damasceno Assis (Brasil) y el cardenal Francisco Javier Errázuriz (Chile), según informó el Vaticano.
AP