Milenio publica hoy que casi con medio siglo de retraso, los cubanos se sumaron ayer a la práctica generalizada del crédito bancario para ampliar sus negocios privados o en cooperativas, construir o remodelar viviendas y adquirir bienes de uso personal.
La nueva disposición es parte de los cambios impulsados por el presidente Raúl Castro y beneficiará a más de 300 mil personas con trabajos por cuenta propia y otras formas de gestión no estatal, así como a campesinos que acrediten legalmente la tenencia de sus tierras.
Los préstamos se harán en pesos nacionales, como parte del empeño del gobierno de acabar con la doble circulación monetaria y que es el mayor reclamo de la población. El peso nacional, en el que cobra la mayoría de los cubanos, vale 24 veces menos que el peso convertible, esencial para comprar alimentos y bienes de consumo, al que se accede si familiares envían divisas desde el exterior o mediante modestos pagos en esa moneda que hacen negocios privados o empresas estatales de prioridad nacional.
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