Presidente italiano sugiere a Monti para suceder a Berlusconi
El presidente de la república italiana, Giorgio Napolitano, tomó la decisión de nombrar al excomisario europeo de Competencia, Mario Monti, de 68 años, senador vitalicio. Monti, prestigioso profesor y economista, respetado internacionalmente, es el nombre que más se baraja para sustituir a Berlusconi.
Con ánimo de calmar los ataques especulativos de los mercados contra Italia, se han acelerado también al máximo los tiempos para que dentro del fin de semana el parlamento apruebe las duras reformas económicas impuestas por la Comisión Europea.
La jornada dramática que ayer vivió Italia, con la prima de riesgo en los 574 puntos y la rentabilidad de los bonos a 10 años en el 7,5 % (unos niveles casi de rescate) refleja que no existe confianza en Italia. Los mercados no tienen claro cómo va a poner en práctica el gobierno italiano el duro plan de ajuste que le impone la Comisión Europea. Han castigado, además, la lentitud de los tiempos con los que pretendía jugar «Il Cavaliere» y la indecisión de la situación política italiana. Silvio Berlusconi había declarado que la única alternativa que veía tras su dimisión era elecciones anticipadas en febrero, en las que se presentaría como líder Angelino Alfano, secretario general de su partido el Pueblo de la Libertad, un fiel servidor de sus intereses como demostró cuando fue ministro de Justicia, elaborando varias leyes «ad personam» para ayudar a Berlusconi en sus procesos judiciales y enfrentamiento con la justicia.
Pero la política, sobre todo la que pretendía imponer «Il Cavaliere» no va con los tiempos de los mercados. El ataque especulativo que estos han lanzado contra Italia, mostrando la necesidad de una rapidísima aceleración en la aprobación de las medidas de ajuste y dimisión de Berlusconi, han dejado por completo fuera de juego al primer ministro italiano. El presidente de la República, Giorgio Napolitano invocó «decisiones inmediatas» para salvar a Italia del precipicio, a pesar de que Berlusconi insistía ayer mismo que este es un país rico. A la voz de Napolitano se unieron los empresarios y la mayoría de las fuerzas política. La presidenta de la patronal italiana, Emma Marcegaglia, hizo una declaración que reflejaba las horas dramáticas que vivía el país: «Italia está en el abismo. No merecemos terminar como Grecia. Hay que actuar inmediatamente».
La intención de Silvio Berlusconi era alargar al máximo los tiempos y que el presidente de la República convocara elecciones anticipadas en febrero, con lo cual evitaba la formación de un gobierno técnico, confiando incluso en mantener su cargo de primer ministro hasta la apertura de las urnas. Su ventaja hubiera sido excepcional, porque «Il Cavaliere» controla o es propietario de cinco canales de televisión nacionales, además de los aparatos del Estado. Pero ni la oposición, ni los mercados, se lo han consentido. El primer ministro confirmaba así que vive fuera de la realidad obsesionado por el drama de su final , tras 17 años de poder, con la esperanza de recuperar alguna parte de su capital político perdido. Un vano intento, porque, como le está sucediendo en los últimos meses, Silvio Berlusconi pensaba que su partido se jugaba solamente en Italia, pero ayer le volvieron a demostrar que la suerte de este país no es ajena al contexto europeo.
El presidente Napolitano, que cuenta con la confianza del país y un consenso del 90% tuvo que hacer público un comunicado oficial para hacer frente a las «presiones de los mercados financieros», asegurando que eran «infundados los temores de que pueda producirse un prolongado periodo de inactividad gubernamental y parlamentaria, siendo, de todos modos, posible, en cualquier momento, adoptar, si es necesario, medidas de urgencia». Tras mostrar su preocupación por los «niveles alarmantes» de los títulos de deuda pública italiana, Napolitano precisó que el Parlamento aprobará las reformas económicas «en el transcurso de algunos días», y después Berlusconi formalizaría su dimisión.
Con información de ABC.
