Delgado, cansado y aturdido, un soldado israelí que estuvo más de cinco años cautivo en la Franja de Gaza regresó a Israel el martes a cambio de 477 presos palestinos que conforman la primera parte de un total de más de mil prisioneros, cuyas familias alegres los recibieron con celebraciones masivas.
Shalit, en una breve entrevista con la televisión egipcia antes de ser transferido a Israel, dijo sentirse “muy feliz” con su liberación, además de añorar a su familia y amigos. Agregó temer que permanecería cautivo “muchos más años” y temía, desde que fue informado la semana pasada del canje, que fracasara por problemas de último momento.
“Por supuesto que eche de menos a mi familia. Añoré a los amigos, ver a gente con la que hablar y no estar sentado todo el día, haciendo lo mismo”, contó el soldado.
Empero, el aspecto físico de Shalit planteó interrogantes sobre las condiciones de su cautiverio a manos del grupo islamista Hamas. El joven de 25 años tenía una palidez y delgadez extremas, se movía constantemente en su asiento, tenía dificultades para respirar y parecía balbucear las respuestas a las preguntas que le hacían.
Posteriormente, un video difundido por los militares mostró cuando el soldado era ayudado a subir a un jeep militar tras cruzar la frontera con Israel y apearse de una caravana militar tras cambiarse de ropa para vestir un uniforme militar. Además, los mandos castrenses dijeron que un examen médico lo encontró en buena forma.
Después fue trasladado en helicóptero a una base de la fuerza aérea en el centro de Israel para reunirse con su familia y el primer ministro.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió a los insurgentes palestinos liberados en el canje que serán castigados si vuelven a la violencia. Unos 300 de ellos cumplían cadena perpetua por haber perpetrado ataque en los que murieron israelíes, en su mayoría civiles.
AP.