El Universal publica que Jesús Gerardo Puente, un aspirante a bombero, que ayudó en el rescate del Casino Royale reveló que las puertas de emergencia estaban cerradas con candado, lo cual impidió la labor de los rescatistas.
Jesús Gerardo también revela que los cuerpos inertes detrás de las puertas y la falta de rotomartillos agravó la situación.
Pero este rescatista, entrevistado por ese diario, cayó primero intoxicado y después desmayado entre las escaleras del lugar debido al desgaste y el cansancio físico. Asegura que pudo haber fallecido ahí en el suelo, pero uno de sus compañeros tropezó con él, y percibió que se trataba de un bombero.
Esa noche, recuerda su madre, no quiso cenar, sólo dormir, cerrar los ojos y con eso poner una pausa, para intentar olvidar lo que describe como “el mayor infierno que jamás vivió”.
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