El Universal señala que una investigación auspiciada por Estados Unidos revela que en la frontera norte existen 5 mil células de tratantes de personas, y documenta que la mayoría de las mujeres son secuestradas en Guanajuato, Puebla, Tlaxcala y Oaxaca.
La corrupción y participación de autoridades en el negocio criminal convertía a ciudades como Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Nogales y Tijuana en un paraíso para esclavizar sexualmente a mujeres, infantes y varones, lo mismo que para subordinarlos a trabajos forzados en uno y otro lado de la frontera.
La dirigente del Corredor de Seguridad Binacional Tijuana-San Diego, una organización que durante dos décadas ha trabajado en el rescate y asesoramiento de víctimas de tráfico y explotación humana, se metió en cada burdel, cantina, hotel y calle donde se ejerce el comercio sexual y se agrupa a migrantes. Ugarte dice que fue una investigación que contó con mucho menor presupuesto que la primera, y fue justo la falta de recursos lo que la obligó a levantar, ella misma, muchas de las entrevistas con víctimas y victimarios. El dato de los 5 mil activos dentro de la industria la estremeció, pero hasta cierto punto lo encuentra lógico.
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