El general retirado Otto Pérez Molina candidato presidencial del Partido Patriota tenía en la madrugada del lunes un 32 por ciento de los votos, colocándose en el primer puesto de las elecciones presidenciales luego del conteo parcial de más de 3.236 mesas, cerca del 20 por ciento de las 16.668 juntas receptoras de votos.
“Vamos a redoblar los esfuerzos, ahora que pasamos a la segunda vuelta”, dijo Pérez Molina al conocer los resultados preliminares.
Le sigue con un 22 por ciento el empresario Manuel Baldizón, del partido Liberdad Democrática Renovadora (Lider) y el matemático Eduardo Suger del Compromiso, Renovación y Orden (CREO) con 14 por ciento de los votos. Los magistrados dieron una segunda conferencia de prensa en las primeras horas del lunes para informar de estos datos.
“Estos resultados son preliminares y no marcan ninguna tendencia”, dijo en una conferencia de prensa el magistrado del Tribunal Supremo Electoral Elder Ulises Gómez.
El padrón electoral consta de 7,3 millones de votantes en este país de 14,7 millones de habitantes. Villagrán dijo a periodistas al mediodía que, durante un recorrido por varios centros de votación, pudo comprobar que la afluencia de votantes es superior en algunos casos al 50%.
Los electores acudieron desde temprano a los recintos de votación, abiertos a las 7:00 horas, debido en parte a la posibilidad de lluvias por la tarde.
Los resultados preliminares reflejan que Pérez, ex oficial de los servicios de espionaje, está muy por debajo del 42% que le otorgaron los sondeos de opinión publicados por los medios en los días previos a los comicios. El militar retirado, de derecha, necesita 50% de los votos válidos para alzarse ganador en la primera vuelta. El próximo presidente servirá un mandato de cuatro años a partir de enero.
Luego de ejercer su voto en una escuela en un barrio popular de esta capital, Pérez aseguró que “no descartamos la posibilidad de que podamos ganar en primera vuelta… va a ser la voluntad de Dios y del pueblo de Guatemala, pero no lo descartamos”.
Las encuestas situaban en el segundo lugar al también derechista Manuel Baldizón, un magnate del norteño departamento de Petén, con poco más de 20% de la intención de voto. En tercer lugar las encuestas pusieron al matemático Eduardo Suger, con cerca de 12% de la intención de voto.
“Voto porque es mi deber, porque soy guatemalteco, pero también para que se componga tanta violencia, corrupción, impunidad y falta de empleo en mi país”, dijo Luis Eduardo Rodríguez Contenti, un veterinario de 68 años que trabaja en Petén.
“Mi trabajo ha disminuido en un 60%, en particular después de lo de marzo”, enfatizó. En marzo, 27 personas fueron decapitadas en Petén. Las autoridades responsabilizaron del hecho al cártel del narcotráfico conocido como Los Zetas.
Tanto Pérez como Baldizón han centrado su campaña en ofrecer seguridad y empleo a los guatemaltecos.
Con 45 asesinatos por cada 100.000 habitantes, Guatemala es uno de los países más violentos de la región según un informe del Banco Mundial.
Entre los retos que tendrá el próximo presidente estará combatir al cártel de Los Zetas. En las provincias de Cobán y Petén, el gobierno de Alvaro Colom tuvo que declarar estado de sitio y enviar al ejército para recobrar el control. Guatemala es uno de los principales puntos de paso de la cocaína producida en Sudamérica en su ruta hacia el mercado estadounidense.
Pérez ha buscado distanciarse de la imagen de militar de línea dura con que sus opositores lo presentan. En la campaña de 2007, cuando perdió por escaso margen frente a Colom, el general retirado se posicionó en la mente de los votantes como “El Mano Dura”, ofreciendo un combate frontal a la delincuencia. Este año suavizó el mensaje y ha asegurado que la “mano dura” se refiere a tener carácter y decisión.
Baldizón también ha centrado su oferta electoral en la seguridad. Prometió reinstalar la pena capital y televisar los fusilamientos. Además, ofreció obligar a los empresarios a pagar un salario anual extra a sus empleados y hasta dijo que durante su eventual mandato Guatemala clasificaría por primera vez en su historia para una Copa Mundial de Fútbol.
Baldizón se benefició de la ausencia de la ex primera dama Sandra Torres, quien se divorció en abril para esquivar la ley que prohíbe a los parientes del presidente competir por la Presidencia. Luego de una larga batalla legal, sus opositores lograron que la Corte de Constitucionalidad impidiera la candidatura de Torres.
Es la primera vez desde el retorno de la democracia en que el partido de gobierno no compite con un candidato presidencial.
El resto de la intención de voto que no acaparan Pérez y Baldizón, se reparte entre otros ocho candidatos, entre los cuales está la Premio Nobel de la Paz 1992 Rigoberta Menchú, la única candidata de izquierda, quien tiene un 2,6% de las intenciones de voto, según una encuesta.
Es la séptima vez que hay elecciones libres en el país desde el retorno de la democracia en 1986 luego de décadas de gobiernos dirigidos por militares.