La baja en la calificación de la deuda de Estados Unidos por la firma Standard & Poor´s tendría un impacto limitado en la economía nacional, si se considera el repunte en la demanda de bonos del Tesoro en los últimos días, según la prensa local.
La prensa financiera estadunidense se mostró poco sorprendida por la reducción en la calificación de la deuda de Estados Unidos, una decisión que parecía inevitable según las declaraciones de Standard & Poor’s, aunque minimizó su efecto en la economía del país.
Según la calificadora, el radio de la deuda estadunidense respecto al Producto Interno Bruto se incrementará de 74 por ciento en 2011 a 79 por ciento en 2015, y a 85 por ciento en 2021, sin que haya un horizonte para que inicie su disminución.
Por ello, la calificadora había indicado que un recorte al gasto de largo plazo de Estados Unidos de cuatro billones de dólares sería necesario si el país quería mantener la máxima calificación de su deuda.
El Congreso, sin embargo, aprobó la semana pasada una reducción de apenas 2.4 billones de dólares.
Para Standard & Poor’s la incapacidad del gobierno para acordar un plan más ambicioso de reducción del déficit presupuestario abrió la puerta para que el país pudiera declarar una suspensión de los pagos de sus obligaciones financieras en el futuro.
Como consecuencia, la baja en la calificación de la deuda estadunidense por parte de Standard & Poor’s, de AAA a AA+, era una decisión prevista por los mercados desde que se aprobó la ampliación del techo de la deuda de Estados Unidos.
Sin embargo, los inversionistas internacionales siguieron favoreciendo a los bonos del Tesoro como la inversión más segura en el mundo durante los días recientes, cuando los mercados accionarios sufrieron su mayor caída desde el inicio de la recesión, en 2008.
El jueves, cuando el índice Dow Jones disminuyó 512 puntos, la demanda de los bonos estadunidenses fue tal que la tasa de interés de la deuda a dos años bajó a su mínimo nivel, 0.26 por ciento, mientras que la de 10 años disminuyó de julio a agosto de 3.15 a 2.56 por ciento.
En los momentos de mayor incertidumbre para los mercados financieros en más de dos años, la demanda por la deuda estadunidense causó en un mes una baja de 19 por ciento en la tasa de interés de sus bonos a 10 años.
Con ese apetito, es complicado ver el impacto negativo que tendría la reducción de la calificación en las finanzas de Estados Unidos.
El banco de inversión JP Morgan había calculado que una baja en la calificación de la deuda de Estados Unidos significaría un incremento de 100 mil millones anuales en los costos de financiamiento del país, que en 2010 gastó 414 mil millones de dólares en el pago de intereses de sus bonos.
Sin embargo, ese cálculo asume un repunte en la tasa de interés en los bonos del Tesoro, algo que hasta el momento no ha sucedido.
Al contrario, pese a que Standard & Poor’s había ya advertido sobre su decisión de degradar la deuda de Estados Unidos, la demanda por sus bonos continuó al alza, afirmaron analistas.
La semana próxima será, sin embargo, la prueba definitiva para los bonos de deuda estadunidense. Entonces comenzará a saberse si la baja en la calificación de la deuda tendrá un impacto real en la economía.
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