Lo que hay detrás de las caídas de las Bolsas del mundo
Detrás de la reciente caída de las bolsas del mundo, incluyendo la mexicana, existen inversionistas temerosos de una recesión en Estados Unidos y escépticos de que pueda solucionar sus problemas fiscales. El temor y las especulaciones fueron reforzadas por la decisión de Standard and Poor’s (S&P) de bajar la calidad crediticia de la mayor economía del orbe.
Los primeros en padecer los movimientos de esta turbulencia fueron quienes poseen alguna inversión en el mercado accionario, por la pérdida en el valor de sus portafolios. A ellos los expertos recomiendan no actuar impulsivamente ante el actual entorno de volatilidad y esperar el reacomodo de los mercados.
Por lo pronto, la decisión de la Reserva Federal de EU de mantener las tasas de interés prácticamente en cero los próximos dos años fue una buena noticia que detuvo el declive. Esto quiere decir para un país como México que tendrá un par de años de constante recepción de capitales buscando mejores rendimientos y estabilidad en las tasas de interés que pueden alentar el consumo.
En días pasados, la Cámara de Representantes de EU aprobó una ley para elevar el límite de deuda del país en cuando menos 2 mil millones de dólares y reducir el gasto federal en 2.4 mil millones de dólares o más, un día antes de caer en una condición de impago. Sin embargo S&P consideró que la nueva ley no contempla medidas para reforzar los ingresos de ese gobierno y que dadas las condiciones políticas serán difíciles futuros acuerdos entre el presidente Obama y el Congreso, por ello decidió bajar la calificación a la deuda soberana de ese país.
“Republicanos y demócratas solamente lograron acordar ahorros relativamente modestos sobre el gasto discrecional. Siguen sin encontrar un consenso sobre cómo enfrentar las cuestiones estructurales que se requieren para administrar de manera efectiva la creciente carga de la deuda pública de Estados Unidos”, dice la calificadora en un reporte fechado el 5 de agosto.
“Aunque EU no abandona el club de las grandes economías, está entrando en un territorio peligroso, nunca antes explorado, pues desde 1941 tenía una calificación AAA, intachable, en un momento delicado a escala global de desaceleración económica”, dice Gustavo Neffa economista del portal Sala de Inversión América.
El principal temor es sobre las consecuencias que esa situación tendrá en el crecimiento de EU. “El tema que preocupa tiene que ver con los años que vienen y la repercusión que tendrá el ajuste fiscal en la economía”, dice Delia Paredes, economista en jefe del grupo financiero Banorte-Ixe.
Los movimientos a la baja de los mercados el pasado lunes fueron los primeros efectos de la histórica decisión de S&P. La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se contagió del mal desempeño de las bolsas en Wall Street donde los principales índices cerraron con pérdidas. El índice de la bolsa mexicana cayó 5.9%, el peor retroceso desde octubre de 2008 cuando se desató la crisis financiera gestada por el mercado hipotecario estadounidense.
“Los inversionistas vendieron acciones para comprar activos de menor riesgo, paradójicamente, los bonos del tesoro de Estados Unidos son activos que dan seguridad y también el oro”, comenta el analista bursátil de Banorte-Ixe, Manuel Jiménez.
El desempeño negativo de la bolsa finalmente es resultado de la caída en el precio de las acciones de las 104 empresas que cotizan en ella. Después de la jornada negativa de este lunes las acciones de América Móvil, por ejemplo, descendieron 3.87% y las de Wal-Mart 5.97%, con la consecuente pérdida para sus inversionistas. Estos precios, sin embargo, son atractivos para quienes quieren comenzar a invertir, pero con un horizonte de mediano o largo plazo. “La inversión en bolsa debe ser vista con un horizonte de un año o año y medio, lo más recomendable es no actuar cuando hay ventas de pánico y dejar las inversiones a un mayor plazo”, dice Jiménez.
Aunque en los futuros días se vislumbra cierta volatilidad en los mercados, los analistas consideran que serán temporales y que retomarán su ritmo conforme se reduzcan los focos de incertidumbre y el mercado reconozca el buen trabajo de las empresas que cotizan en la BMV.
