La Jornada publica hoy que el Banco Central Europeo (BCE) decidió la compra de deuda pública de Italia y España, en un intento por aliviar los elevados intereses que exigen los inversionistas a los bonos de ambos países. Con esta decisión se busca contener la crisis de deuda de la eurozona y minimizar las tensiones en los mercados bursátiles. En la tarde del domingo se realizó una videoconferencia urgente convocada por el presidente del organismo, Jean-Claude Trichet, con los consejeros de la autoridad monetaria, en la que se tomó la decisión de aplicar activamente
el programa de compra de deuda de países con problemas.
En un comunicado hecho público cerca de las 11 de la noche (hora de España), no se detalla qué tipo de deuda se adquirirá; sin embargo, el documento comienza reconociendo las reformas en Italia y España y la convicción de que esesencial
aplicarlas para reducir desequilibrios, lo que significa que la tercera y cuarta economías de la zona euro (Italia y España, respectivamente) serán los países beneficiados por la compra de bonos. El BCE culminó casi tres horas de encuentro con la determinación deresponder decisivamente
a los embates de los mercados, según fuentes del organismo citadas por Reuters. El organismo analizó cuidadosamente
la situación de España e Italia, y valoró los anuncios de los gobiernos
de ambos países en el sentido de acelerar las reformas. El eurosistema intervendrá de forma muy significativa en los mercados y responderá de modo cohesionado
, aseguró la misma fuente a Reuters.
El programa de compra de bonos (Securities Markets Programme, o SMP) “ha sido diseñado para ayudar a restaurar una mejor transmisión de nuestras decisiones de política –tomando en cuenta segmentos disfuncionales del mercado– y para asegurar la estabilidad de precios en el área del euro”, señaló el BCE. El programa se activó en marzo, en principio para adquirir bonos griegos, y el pasado jueves el presidente del BCE habló de reactivarlo, aunque sólo se detectaron movimientos que tenían como objetivo la deuda irlandesa y portuguesa. Pasar de auxiliar a esos países, de reducida dimensión, a intervenir en Italia y España –dos grandes economías– representa un importante paso en la estrategia de la autoridad monetaria.
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