Difícil que se adelanten las elecciones generales en España
Desde el aplastante triunfo del PP (Partido Popular) en las elecciones legislativas de mayo pasado, España se debate ante la posibilidad de que el Presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, adelante las elecciones generales programadas para efectuarse en marzo próximo.
Las encuestas más recientes colocan a los populares con una aplastante ventaja sobre el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) de entre 14 y 16 puntos porcentuales. De mantenerse la tendencia, habría nuevo presidente en España. Hay que recordar que el jefe de gobierno no es electo por voto directo de la población, sino que es propuesto por el rey, que suele elegir al líder del partido mayoritario tras las elecciones generales.
Por ello, desde su triunfo en las legislativas el Partido Popular ha presionado a Rodríguez Zapatero para que anticipe el proceso electoral. El líder de la agrupación Mariano Rajoy, que sería presidente en caso de que su partido ganase el proceso, señaló que hacerlo sería “un gesto de grandeza y justicia” porque consideró que el Ejecutivo socialista es “un freno evidente y notorio para la recuperación económica del país”.
No son sólo los populares los únicos en considerar que el adelantamiento electoral sería el camino a seguir por el presidente. Agrupaciones tan variopintas como el Partido Nacional Vasco, Izquierda Unida y los regionalistas catalanes de centro Convergencia i Unió han considerado la posibilidad de realizar un exhorto a Zapatero para hacerlo, aunque de ningún modo han sido tan vehementes como Rajoy.
Pese a ello, parece complicado que Zapatero ceda ante la presión. El presidente del gobierno sabe que si el proceso se realizara en octubre o noviembre como proponen los partidarios del adelantamiento, el PSOE estaría esencialmente condenado a la derrota. Esperar a marzo, sin embargo, le permitiría apostar a un posible desencanto del pueblo español con el Partido Popular, que tiene ya mayoría parlamentaria desde las elecciones de mayo y que ha prometido sacar al país de la crisis económica.
De no hacerlo, los populares perderían su mayor baza en contra de los socialistas, a quienes han criticado constantemente de no haber sabido manejar los problemas ocasionados por la crisis mundial desde 2008. Además, los cuestionamientos se han centrado sobre la figura de Rodríguez Zapatero, cuya popularidad se situaba en una calificación de 3.3 sobre 10 en los más recientes sondeos.
Por ello, para el próximo proceso electoral al que podría haberse presentado el actual Presidente de Gobierno, los socialistas decidieron nombrar en su lugar a su número dos Alfonso Pérez Rubalcaba, que goza de mucha mayor aceptación gracias a sus logros en la reducción de accidentes de tráfico y, particularmente, la lucha antiterrorista, en la que prácticamente desarticuló al grupo separatista vasco ETA.
Rubalcaba necesita tiempo para recuperar la popularidad del partido, Zapatero lo sabe y, pese a las presiones de los populares, difícilmente irá en contra de la lógica partidista. Más aún porque opiniones externas, como la del Financial Times consideran que “Cuando sólo quedan meses para la fecha, adelantar las elecciones sería un gran error. La derrota socialista en las legislativas no representa una pérdida de legitimidad paralizante y la volatilidad política agregada que supondrían unas elecciones generales le harían un flaco favor al país en un momento en que trata de dar seguridades a los mercados”.
