Milenio publica que la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) no sólo ha dejado pasar miles de armas a México, sino que también libera con apenas una amonestación verbal a los traficantes que abastecen a los cárteles de la droga.
Y el diario también refiere que esta táctica es similar a la empleada en la operación Rápido y Furioso, y gracias a la laxitud de las leyes antiarmas de Estados Unidos, la oficina regresó a las calles a un número indeterminado de traficantes de armamento a los que sólo impuso la libertad condicional.
Y es que en México la pena por tráfico de armas es de cinco a 30 años de prisión y si hay agravantes hasta de 45 años, mientras que la pena en Estados Unidos por el mismo delito es la libertad condicional por sólo un año.
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