México se encuentra en el punto más álgido de la lucha contra el crimen organizado y no se sabe por cuánto tiempo se pueda prolongar para comenzar a reducir el nivel de la violencia y la incidencia delictiva, aseveró el general en retiro de la Policía Nacional de Colombia, Luis Enrique Montenegro Rinco.
En una entrevista concedida en la ciudad de México, el que fuera subdirector de la Policía Nacional y jefe de la Policía Judicial del país sudamericano, quien combatió por 40 años a grupos de narcotraficantes y criminales colombianos, sostuvo que hoy los grupos criminales de la región latinoamericana se sienten acorralados.
Señaló que las presiones que han ejercido los gobiernos de Colombia y México a las organizaciones de narcotraficantes han generado un efecto de migración y las cabezas de esos grupos comienzan a viajar para sentar sus bases de operación en países centroamericanos.
Alertó que ante ello las naciones de la parte centro del continente deben fortalecer sus sistemas de seguridad, corporaciones e instituciones, pero sobre todo su marco legal con el fin de estar en condiciones de hacer frente al embate de los grupos narcotraficantes.
Consideró que entre los gobiernos de Centroamérica hay una resistencia a fortalecer sus instituciones de seguridad, porque piensan que no es necesario, además de que no han querido entender que el problema del narcotráfico y la delincuencia organizada les va a llegar.
Montenegro Rinco recordó que los grupos de narcotraficantes y de la delincuencia organizada buscan espacios de impunidad y pueden actuar de manera ilegal con más facilidad cuando los gobiernos tienen instituciones débiles y leyes laxas.
En ese sentido, el general Montenegro aseguró que “Centroamérica está en pañales en materia de fortalecimiento institucional, y de leyes para combatir a las organizaciones criminales, además de que se ha resistido a adoptar las leyes de extinción de dominio y sistemas de control de confianza y otros”.
Dijo que percibe poca disposición de los gobiernos para fortalecer a sus instituciones y sus instrumentos legales, lo que puede agudizar en el mediano y largo plazos la violencia y la incidencia delictiva.
Más adelante reconoció la lucha de México contra los delincuentes, aunque se debe trabajar mucho más en procesos de extinción de dominio y de empobrecimiento de las bandas criminales, porque es muy importante hacer que las drogas y el crimen dejen de ser negocios tan productivos.
El general en retiro explicó que mientras los delincuentes tengan dinero tendrán capacidad para corromper, podrán cooptar a las autoridades y mantener sus espacios de impunidad.
De ahí la importancia de detener a los grandes capos, a los líderes de las organizaciones criminales, aunque es igualmente prioritario empobrecer a los delincuentes, empobrecerlos para restarle capacidad de acción.
Aunado a ello, señaló, es necesario mantener el proceso de fortalecimiento institucional de las policías, sobre todo en los estados y municipios que se comprometan a trabajar contra los delincuentes.
“Si hoy la Policía Federal cuenta con 35 mil elementos, debe crecer más aún y llegar a una cantidad de 50 mil, porque todos los municipios y estados están pidiendo la presencia de federales”, planteó.
Expuso que para los estados y municipios con alta incidencia delictiva es muy cómodo pedir a la Federación que lleve a policías federales, pero eso no compromete a los gobernadores y alcaldes, porque ellos debían contar con policías fuertes y capaces de hacer frente a los criminales, sobre todo para abatir los delitos comunes.
Al respecto opinó que los estados no deben desentenderse del compromiso de la seguridad y deben preparar a sus corporaciones con el fin de que todos sumen esfuerzos.
Luis Enrique Montenegro argumentó que por ello es acertada la política del gobierno federal de apoyar a los gobiernos estatales para que fortalezcan a sus corporaciones, ya sean las estatales o las municipales.