Milenio publica que indestructibles sólo en apariencia por su blindaje, torretas giratorias y mirillas para francotiradores, los denominados “vehículos monstruos” decomisados al crimen organizado asemejan más artefactos de un set cinematográfico que unidades efectivas para el combate, pues son altamente vulnerables a la capacidad de fuego del Ejército e incluso a las bombas molotov.
Un diagnóstico de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) revela que su “blindaje artesanal” es inútil para contener el armamento con el que están dotadas las tropas y considera que su fabricación es un “intento desesperado de los delincuentes para proteger a su gente de las bajas ocasionadas por parte de personal militar”.
En lo que va de la administración, el Ejército ha reportado el hallazgo de al menos ocho unidades de ese tipo en Tamaulipas, “que también son manufacturadas como una acción para tratar de amedrentar a los grupos rivales”.
Según informes del gabinete de Seguridad Nacional, la construcción de los “vehículos monstruos” se atribuye a Los Zetas y al cártel del Golfo, organizaciones antes aliadas y ahora en guerra por el control de las rutas de drogas hacia Estados Unidos.
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