La polémica en torno al operativo “Rápido y Furioso”, con el que autoridades de Estados Unidos permitieron deliberadamente la entrada de armas a México, no termina, ahora el senador republicano Charles Grassley quiere el despido de quien lo autorizó.
“No sé quién tuvo la autoridad, ni sé quién lo aprobó. Y eso es lo que intentamos averiguar (…) quien haya tomado la decisión debe ser despedido“, dijo Grassely en una entrevista divulgada hoy por el programa “Al Punto”, de la cadena televisiva hispana Univisión.
Para Grassley, lo grave del asunto es que, además del fracaso de la operación, “hay pruebas de que algunas de estas armas fueron utilizadas en otros crímenes en ambos lados de la frontera” común.
Grassley y otros líderes del Congreso han exigido cuentas a ATF, y han solicitado la entrega de documentos relacionados con el operativo.
El senador republicano de Iowa se manifestó “irritado” por lo que consideró una táctica obstruccionista de ATF al no entregar la información, aunque dijo: “hay indicios de que el Departamento de Justicia está dispuesto a cooperar con nosotros”.
A su juicio, la demora en la entrega de información sobre “Rápido y Furioso” se debe a que “alguien va a pasar vergüenza“, pero aseguró que él “llegará hasta el fondo del asunto”.
El objetivo del operativo “Rapido y Furioso” era rastrear el contrabando de armas hacia México y detener a los traficantes, sólo que los agentes le perdieron la pista a cerca de 2 mil armas de asalto.
Con información de EFE