El Universal publica que el sistema de evaluación universal para los maestros se convirtió en una estrategia de “alto riesgo”, porque no resuelve los viejos problemas de capacitación y mejora de la enseñanza en la educación básica; sólo “agrava y diversifica problemas”, con un alto impacto en los estímulos económicos, sin sanciones posibles a quienes no quieran mejorar, coincidieron investigadores del sector educativo. Para la Secretaría de Educación Pública (SEP), el régimen de valoración de profesores se trata de una reforma de tercera generación.
Al afirmar que la escuela mexicana se encuentra “sobreevaluada” y que a “termometrazos” no se resolverá el problema de la baja calidad del sistema, Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México, dijo que lo primero que hay que cuestionar es por qué el gobierno del presidente Felipe Calderón negocia la evaluación del sistema educativo.
“Es una obligación de la autoridad”, de lo contrario, es una muestra de la “abdicación que ha tenido este gobierno”, enfatizó Gil Antón.
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