Encinas, con Cárdenas a la izquierda y AMLO a la derecha

Fue en 2004 la última vez que Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador estuvieron juntos en una ceremonia política, durante la toma de protesta de la recién electa gobernadora de Zacatecas, Amalia García, a la que asistieron como invitados especiales, aunque como protagonistas centrales de un acto público su más reciente actuación, hasta ayer, se llevó a cabo hace casi 11 años, en agosto del año 2000, cuando el primero entregó al segundo las riendas del gobierno de la Ciudad de México.

Y es nuevamente en torno a un proceso electoral local, esta vez el del Estado de México, que ambos líderes de la izquierda se congregan en un mismo pódium, para apuntalar ahora la candidatura a gobernador de Alejandro Encinas, quien tuvo al michoacano a la izquierda, a la derecha al tabasqueño, y de frente a miles de perredistas, petistas y militantes de Convergencia que esperaron el arribo de la terna de políticos pacientemente.

Y añade: “Somos una sola coalición en un proyecto de transformaciones para el estado y para el país”, cuya misión es, subraya, no sólo sacar al PRI de la gubernatura, sino también “acabar con uno de los grupos políticos más autoritarios y corruptos que existen en el país: el mal llamado Grupo Atlacomulco“.

Qué bonita familia

Ahí está Porfirio Muñoz Ledo fumando un cigarro y viendo a la nada, y más allá Armando Quintero bailando al ritmo de La Bomba, de Riky Martin, aunque en una versión modificada para convertirla en himno proselitista de Encinas.

Más allá están el petista Gerardo Fernández Noroña y René Cervera, encargado de la Fundación Equipo (con la que Ebrard hace puntos por la candidatura presidencial de 2012) e incluso la líder municipal María Elena Reyes, o quien así dijo llamarse durante la consulta ciudadana organizada por PRD Y PAN, en la que estuvo encargada de pasar lista a los militantes que asistían a las casillas de Ecatepec para dar su apoyo a la alianza con el albiazul. Cerca de ella queda Luis Sanchez Jiménez, el dirigente estatal del sol azteca quien calificó el boicot lopezobradorista a dicho pacto con el panismo como una traición al perredismo mexiquense.

Es un par de minutos antes de las 19:00 horas que al acto hace su arribo triunfal Alejandro Encinas, cuyo primer gran logro fue hacer que cupieran en la misma camioneta, además de él, su chofer y su esposa, el ingeniero Cárdenas, López Obrador, así como el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard yArmando Ríos Piter, nuevo coordinador parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados.

Y el peso específico de cada uno se refleja en la elección de palabras que el presentador utiliza para mentarlos, empezando por Ríos Piter, quien ni siquiera es mencionado.

Como ya es costumbre, a López Obrador se le anuncia como “presidente legítimo de México y líder del Movimiento de Regeneración Nacional”.

Y de Ebrard se reitera que es el “mejor alcalde del mundo”, tal como viene haciéndose desde el año pasado.

El cambio sutil viene con Cárdenas, quien deja de ser calificado como el “líder moral del PRD”, lo que solía decirse de él hasta antes de su distanciamiento con López Obrador, y ahora queda únicamente como “fundador del PRD” hace 22 años… o como quien “empezó a construir el edificio de bienestar social” hace 14 años en la Ciudad de México (en palabras de Marcelo)… o como el “precursor del movimiento democrático de nuestro tiempo” (en palabras de Andrés)… o como quien “nos permitió ganar por primera vez la elección de la presidencia de la república” en 1988 (en palabras de Alejandro).

En fin, Cuauhtémoc es el único que parece tener mucho pasado, pero nada de presente.

Antiguas parejas

El de Cárdenas y López Obrador no fue el único acercamiento de la tarde. El líder del Morena y el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, también tenían una cita pactada, desde que las públicas intenciones de cada cual por hacerse de la candidatura presidencial de 2012 comenzaron a generar, hace unos meses, tensiones entre ambos.

Pero pesa a la competencia, el encuentro fue aprovechado por ambos para cruzarse halagos.

“Amigo y compañero –dijo de Ebrard el tabasqueño–, el gran gobernante que tiene la Ciudad de México”. Mientras que el mandatario capitalino calificó a su antecesor en el cargo como quien “construyó muchas políticas sociales y acciones concretas para cambiar las condiciones de vida de la gente, de los pobres, de la mayoría”.

Pero un tercer encuentro podía preverse, y tal vez también sus resultados no tan afortunados: el de Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, el otro pilar en la fundación del PRD hace más de dos décadas, y quien rompió con el ingeniero en 1999, cuando el ex representante de México ante el Consejo de Seguridad de la ONU decidió contender contra su antiguo aliado en la carrera por Los Pinos, bajo las siglas del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana.

Los antiguos camaradas, cascados ya por los casi 80 años que se cargan (Porfirio es del 33 y Cuauhtémoc del 34), llegaron ayer a estar a un metro de distancia en el pódium, pero no se dirigieron ni un vistazo, mucho menos cabe esperar que se dieran la mano. Y es que no hace ni tres años que Muñoz Ledo denunciara al dos veces candidato presidencial de beneficiarse con contratos de Pemex y de no haber defendido correctamente el triunfo del Frente Democrático Nacional en 1988.

Charla de sobremesa

Aunque estaban a unas cuadras, en el restaurante California de Ecatepec, según confesó el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, el candidato de izquierda a la gubernatura del Estado de México y sus distinguidos acompañantes llegaron a la explanada municipal con retraso.

– Estuvimos tomándonos un café, a unas cuadras de aquí –confiesa el dirigente perredista–, de ahí nos venimos todos juntos en una camioneta.

– Y, ¿de que hablaron?

– Dejamos atrás las cosas que nos estuvieron dividiendo.

Se refería, quizá, a aquella pugna por la alianza con el PAN que impulsó Zambrano, y por la cual el tabasqueño le pidió “quitarse la máscara” y revelar los acuerdos electorales que entabló su grupo político (Nueva Izquierda) con el presidente Felipe Calderón… Aquella pugna por la que López Obrador pidió licencia al PRD en febrero pasado, misma por la que Zambrano le exigió entonces que mejor renunciara al partido.

– ¿Volverá Andrés Manuel al PRD? –se le pregunta, casi tres meses después.

El líder nacional del sol azteca sonríe.

– ¡Nunca se ha ido! –es su respuesta.