A lo que México no se comprometió por la seguridad de los mineros
México rehusó unirse al Convenio 176 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el cual se acuerda que los países que suscriben deben “formular, aplicar y revisar periódicamente una política nacional coherente en materia de seguridad y salud en las minas”. Esto a pesar del estado de algunas de las minas de nuestro país y de los accidentes que han dejado muertos y desaparecidos como en Pasta de Conchos, y más recientemente en Sabinas Coahuila.
En 1998 la Secretaría del Trabajo y Previsión Social recomendó la no ratificación del Convenio 176 por considerar que la Ley Federal del Trabajo no cuenta con normas laborales tan específicas como las dispuestas por dicho convenio, en particular en los artículos 7 inciso f), -que establece la obligación del empleador de establecer un sistema de ventilación adecuado en todas las explotaciones subterráneas- y en el artículo 13 inciso e) -sobre el derecho de los trabajadores de retirarse de cualquier sector de la mina cuando hay motivos razonablemente fundados para pensar que la situación presenta un peligro grave para su seguridad o salud, según se detalla en el Informe de la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT, realizado en 2011.
A decir del informe de 2011, el gobierno mexicano indica que, a la fecha, no se han realizado modificaciones a la Ley Federal del Trabajo sobre estos dos aspectos del Convenio por lo que persisten los motivos por los que no se ha ratificado el Convenio 176 de la OIT. Sin embargo, resulta curioso que en la norma oficial mexicana NOM-032-STPS-2008 sí incluya determinaciones que coinciden con los artículos del convenio 176 de la OIT impugnados por México para no suscribirlo.
Por otra parte, a raíz del accidente de la mina de Pasta de Conchos la STPS implementó el programa “Fortalecimiento de la inspección federal en seguridad y Salud en el trabajo, para la región carbonífera”, en el cual se ha confirmado la necesidad de mayores acciones para mantener la seguridad de las minas del norte del país. Este programa tuvo tres fases en las que se detectaron cientos de irregularidades:
La primera etapa, de mayo de 2007, registró en 15 minas subterrráneas y al aire libre 652 presuntas violaciones directas a la normatividad de seguridad e higiene y 143 presuntas violaciones en materia de condiciones generales de trabajo.
La segunda etapa, llevada a cabo en julio del mismo año, revisó 15 minas en las que se dictaron 605 medidas técnicas de seguridad e higiene.
La última parte de esta revisión, hecha también en 2007, se revisaron 7 minas y se encontraron 45 violaciones en materia de condiciones generales de trabajo.
En total se visitaron un total de 56 empresas con un total de 8725 trabajadores. En estas minas se dictaron 1678 medidas de seguridad e higiene, se detectaron 596 violaciones directas en materia de seguridad e higiene, y se detectaron 237 violaciones directas en materia de condiciones generales de trabajo.
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Referencias:
