La Jornada destaca en primera plana que las muertes de los capos Ignacio Nacho Coronel Villarreal (julio 2010), Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta (noviembre 2010), y Nazario El Chayo Moreno González (diciembre de 2010, no comprobada legalmente), han modificado el mapa de los cárteles de las drogas en México, según funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.
Entre las principales consecuencias de esos fallecimientos destaca el resquebrajamiento del cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín El Chapo Guzmán Loera, Ismael El Mayo Zambada García y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, ya que la muerte de Coronel Villarreal provocó el surgimiento de dos nuevos grupos: el cártel de Jalisco Nueva Generación y La Resistencia, y con ello el fin de dos sociedades de conveniencia.
Los funcionarios entrevistados señalaron que el cártel de Sinaloa está perdiendo Jalisco, una de las plazas más importantes para esa organización, ya que se rompieron las sociedades que existían, por un lado con Los Valencia y La Familia, y por otro con los grupos que controlaba Coronel Villarreal (abatido por el Ejército Mexicano), situación que está provocando pérdida de territorios por la penetración de La Resistencia (sociedad Golfo-Valencia-Familia) y también de Jalisco Nueva Generación (integrado por grupos que operaban para Coronel en la zona occidente del país).
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