Aviones de la fuerza internacional comenzaron a patrullar el sábado el cielo de Libia, horas después que su líder Moamar Gadafi envió refuerzos, tanques y aviones contra esta ciudad portuaria dominada por los insurgentes, el corazón del levantamiento iniciado hace cinco semanas contra su régimen.
Los médicos dijeron que 27 cadáveres fueron llevados al hospital municipal para el mediodía. Al atardecer pudo escucharse el ruido de los aviones que efectuaban pasadas sobre la ciudad.
El presidente francés Nicolas Sarkozy dijo tras una reunión de emergencia realizada en París que cazas de combate galos comenzaron a atacar a las fuerzas de Gadafi. Los 22 participantes en el encuentro cimero del sábado “acordaron usar todos los medios necesarios”, especialmente militares, para hacer que Gadafi respete la resolución del jueves del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exigió un alto el fuego, dijo Sarkozy.
“Nuestros aviones han bloqueado los ataques aéreos contra la ciudad” de Bengasi, indicó, sin dar más detalles. En los últimos días la aviación francesa se había preparado para un ataque.
El sábado, un avión fue derribado en un suburbio de Bengasi y levantó una enorme nube de humo negro. Un reportero de The Associated Press vio caer el avión envuelto en llamas y oyó el estruendo de la artillería y el traqueteo de los disparos.
Los rebeldes celebraron el derribo del avión, aunque el gobierno negó haber perdido un avión o que hubiese habido cañoneo el sábado.
Abdel-Hafez, un residente de Bengasi de 49 años, dijo que los rebeldes combatían a los soldados del gobierno en instalaciones universitarias en el sur de la ciudad, y que avanzaban la infantería y los tanques del gobierno.
En una conferencia de prensa en la capital, Trípoli, el vocero del gobierno leyó cartas de Gadafi dirigidas al presidente estadounidense Barack Obama y a otros líderes involucrados en el esfuerzo internacional.
“Libia no es vuestra. Libia es para los libios. La resolución del Consejo de Seguridad es inválida”, dijo en la carta dirigida al presidente francés Nicolas Sarkozy, el primer ministro británico David Cameron y el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon. “Lamentarán si se atreven a intervenir en nuestro país”.
A Obama le dijo: “Si los hubiera encontrado apoderándose de ciudades estadounidenses con fuerzas armadas, dígame qué habría hecho”.
El portavoz del gobierno Ibrahim Musa dijo que los rebeldes son los que están violando el cese de fuego al atacar las fuerzas militares.
“Nuestras fuerzas armadas siguen retirándose, pero los rebeldes siguen disparándonos y provocándonos”, dijo Musa a la AP.
En una declaración conjunta dirigida a Gadafi, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia —respaldados por países árabes no especificados— instaron el viernes al líder libio a detener el avance de sus fuerzas hacia Bengasi y a retirarlas de las ciudades de Misrata, Aidabiya y Zauia.
También le exhortaron a restablecer el suministro de agua, electricidad y gasolina a todas las áreas. Agregaron que los libios tienen derecho a recibir ayuda humanitaria o “la comunidad internacional le hará sufrir las consecuencias” con acciones militares.