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La devastación es el panorama común en Japón
La devastación es el panorama común en Japón
3 minutos de lectura

La devastación es el panorama común en Japón

12 de marzo, 2011
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

A varios kilómetros de la costa, los sobrevivientes de esta ciudad recorrieron las calles llenas de árboles abatidos, vehículos destrozados e incluso avionetas.

El sábado, un día después que el tsunami barriera Sendai, los residentes examinaron la devastación que arrasó zonas enteras de esta ciudad portuaria de un millón de habitantes y situada a 120 kilómetros (80 millas) del epicentro del sismo, de magnitud 8,9.

Los equipos de rescate recorrieron la aguas enfangadas en medio de restos que flotaban por doquier, mientras los rescoldos de un gran incendio seguían humeando. El servicio telefónico y de electricidad sigue interrumpido y la ciudad continúa padeciendo poderosas sacudidas secundarias.

Los operarios ferroviarios perdieron el contacto con cuatro trenes que el viernes circulaban por las vías costeras y no los habían localizado para el sábado por la tarde, dijo la agencia noticiosa Kyodo. La empresa ferroviaria East Japan Railway Co. dijo desconocer cuántas personas iban a bordo.

El primer ministro Naoto Kan anunció que 50.000 soldados se unirán a los equipos de rescate y tareas de recuperación, ya que para el sábado por la noche no han sido registradas todavía algunas de las zonas más afectadas, unas 30 horas después del sismo.

Centenares de personas hicieron fila ante los pocos supermercados que seguían abiertos en Sendai, para adquirir bebidas y fideos, a sabiendas de que pasará mucho tiempo antes que la vida vuelva a la normalidad . Algunos recordaron cómo escaparon con vida cuando olas gigantescas penetraron hasta 10 kilómetros (seis millas) de la costa.

En un comercio situado a cinco kilómetros (tres millas) de la costa, el propietario abrió el negocio, aunque sin electricidad y con el piso cubierto por una espesa capa de lodo.

“La inundación vino por la parte trasera de la tienda y envolvió ambos costados”, dijo el propietario del establecimiento Wakio Fushima. “Vi pasar varios coches que flotaban en mitad de la corriente”.

Muchos residentes de Sendai pasaron la noche al aire libre o recorriendo las calles cubiertas de escombros, imposibilitados de regresar a sus casas dañadas o demolidas por el sismo o el tsunami. Los que encontraron un techo para refugiarse esa noche se despertaron rodeados de destrozos por doquier.

El distrito municipal de Wakabayashi, que se extiende directamente hacia el mar, estaba cubierto por agua marrón que llegaba hasta la cintura. La mayoría de las casas quedaron totalmente demolidas, como su hubiesen sido barridas por una topadora gigante.

Satako Yusawa, de 69 años, dijo haber sentido en su vida muchos sismos, pero ninguno como el del viernes por la tarde.

“Estaba tomando té en casa de una amiga cuando ocurrió el sismo. Intentamos desesperadamente sujetar los muebles, pero el temblor fue tan violento que nos entró el pánico”, contó la mujer.

Agregó que su hijo acababa de recibir un crédito importante para construir una casa y que la familia se trasladó al nuevo hogar el 11 de febrero. Afortunadamente, se encontraban fuera de la ciudad cuando ocurrió el sismo y el tsunami, pero el sábado no pudieron encontrar la vivienda, ni siquiera el solar que ocupó.

En una tienda de productos electrónicos de la ciudad, los empleados regalaron pilas, linternas y cargadores de teléfonos celulares. Varias decenas de personas hicieron fila frente al establecimiento.

 

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Imagen BBC