Los cables diplomáticos del embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, en los que se cuestionaba la actuación del Ejército mexicano en la lucha contra el narcotráfico sí provocaron desagrado entre los militares, aunque no afectaron la moral y el combate al crimen organizado, dijo un funcionario de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quien pidió no ser identificado conforme a procedimientos internos.
Rechazó que el ejército mexicano actúe con lentitud y “aversión al riesgo”, como fue calificado en uno de los cables, y consideró que mucha de los comentarios hechos por la representación estadounidense se sustentaron enla información de los medios de comunicación y no en datos de inteligencia.
En la primera referencia pública por parte de la Sedena al caso de los cables, el funcionario dijo que el ejército ha demostrado con hechos su compromiso en el combate al crimen organizado y una muestra es la reciente captura del principal sospechoso de haber asesinado a un agente del Servicio estadounidense de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Tras la divulgación de los cables, el gobierno mexicano no ha ocultado su molestia por el contenido.
El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, renunció el fin de semana en medio de las fricciones generadas por los cables.
AP