Excélsior destaca en primera plana que la Casa Blanca se dijo ignorante de las revelaciones sobre la forma en que agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (BATF, por sus siglas en inglés) permitieron que traficantes adquiriesen armas en Estados Unidos para llevarlas a los cárteles mexicanos en el marco del operativo Fast and Furious.
El portavoz Jay Carney dijo que durante la reciente visita del presidente Felipe Calderón, el mandatario Barack Obama hizo notar su preocupación por el flujo de armas hacia el sur, pero subrayó que más allá del hecho, carecía de información y desvió las preguntas hacia el Departamento de Justicia.
Carney dijo, incluso, que no sabía si Obama estaba al tanto de los alegatos específicos en torno a la operación Fast and Furious (Rápido y Furioso), desarrollado por la oficina del BATF en Phoenix, Arizona, en el marco del programa Gunrunner (Traficante de Armas), para reducir el trasiego de arsenal hacia México.
Cabe recordar que CBS News reportó que un agente federal estadounidense, asignado directamente para detener el flujo de armas de Estados Unidos (EU) a México, acusó que sus superiores le ordenaron dejar pasar rifles de asalto y otras armas hacia territorio mexicano, las cuales llegaban a manos de criminales.
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