El presidente Felipe Calderón reconoció públicamente que los cables del Departamento de Estado, filtrados por Wikileaks, en los que se critica la lucha de México contra el narcotráfico han causado “graves daños” en la relación con Estados Unidos.
De acuerdo con The Washington Post, Calderón también sugirió que las tensiones posteriores a la difusión de los cables habían aumentado de manera tan dramática que ya no podía trabajar con el embajador de Estados Unidos en su país, Carlos Pascual.
De gira por Washington, el mandatario mexicano sugirió que la liberación de los cables había causado confusión en su equipo de seguridad nacional y señaló un cable de Estados Unidos donde se sugiere que entre los militares mexicanos habían “hábitos de aversión al riesgo“.
“Es difícil si de pronto estamos viendo la valentía del Ejército (en tela de juicio). Por ejemplo, se han perdido probablemente 300 soldados … y de repente alguien de la embajada estadounidense, (dice) que los soldados mexicanos no son lo suficientemente valientes”, dijo Calderón al diario estadounidense antes de reunirse con el presidente Obama.
Calderón también hizo referencia a un cable firmado por el embajador Carlos Pascual en el que se describe cómo la Armada de México capturó a un traficante importante después de que los funcionarios de Estados Unidos les dieron información de que el Ejército mexicano no había querido actuar.
En ese sentido, los periodistas cuestionaron al presidente mexicano sobre si podía seguir trabajando con el embajador de EU, a lo que respondió: “Esa es una pregunta que tal vez voy a hablar con el presidente Obama”.