Los precios del crudo subieron el martes a su nivel más elevado en más de dos años mientras la violencia parecía salir de control en Libia y se debilitaba el régimen del hombre fuerte Moamar Gadafi, amenazando las exportaciones del combustible y fomentando los temores que la violencia se propague a países exportadores del Medio Oriente.
El crudo de referencia West Texas Intermediate subió 6,73 dólares, casi un 7%, a 92 dólares el barril en la última contratación del día de los contratos a término para entrega en marzo en la Bolsa de Materias Primas de Nueva York. La mayoría de la contratación se había pasado ya a los contratos de abril, que subieron 5,90 dólares, el 5,9%, a 95,59 dólares el barril, la mayor cotización desde el 2 de octubre de 2008.
La empresa energética española Repsol-YPF anunció el martes que suspendió su producción en Libia. Otras empresas petroleras, incluyendo la italiana Eni, la holandesa Royal Dutch Shell PLC, la británica BP y la alemana Wintershall, comenzaron a retirar sus empleados de Libia.
Mientras tanto, varios funcionarios libios de alto nivel dimitieron y varios pilotos de la fuerza aérea desertaron mientras continúa la cruenta represión de los manifestantes.
Los analistas dijeron que la economía mundial no podría funcionar sin las exportaciones libias, que aportan el 2% del consumo mundial de crudo. El principal temor de los mercados es que las revueltas en el Medio Oriente y el norte de Africa se extiendan a los pesos pesados de la OPEP, especialmente Irán, el segundo productor del cartel.
“Los que preocupa es qué ocurrirá ahora. ¿Qué pasa si persisten las protestas en Irán y la situación queda descontrolada?”, preguntó Víctor Shum, analista de mercados energéticos en la firma Purvin and Gertz, en Singapur.
La crisis del Medio Oriente y el norte de Africa —que acabó con los regímenes de Túnez y Egipto y desató algaradas en Yemen, Bahrein, Irán, Marruecos y Jordania— agregó unos 10 dólares al precio del crudo, según Capital Economics.