Un sismo de 6.3 grados sacudió el martes la ciudad de Christchurch en el sur de Nueva Zelanda. Hasta el momento no se tiene un reporte exacto de cuántos muertos y lesionados hay.
Tomas de video en vivo mostraron partes de las construcciones en ruinas en las calles, en las cuales había ladrillos y concreto destrozado. Las aceras y los caminos tenían grietas y en algunas partes estaban completamente rotos, al tiempo que los habitantes deambulaban por las calles sorprendidos, algunos de ellos gritando y llorando mientras se escuchaba el ulular de las sirenas por toda la ciudad.
Bob Parker, alcalde de Christchurch, dijo que se encontraba en el piso superior del palacio municipal cuando el sismo golpeó justo antes de la 1 de la tarde y lo arrojó al otro extremo de la habitación.
“Bajé a la calle y había escenas de gran confusión, muchas personas muy alteradas”, dijo. “Tengo noticias sobre algunas personas de nuestro edificio que resultaron lesionadas y he recibido algunos reportes de lesiones graves en toda la ciudad”.
El aeropuerto interrumpió sus actividades y el hospital de la ciudad fue evacuado. Los cables de la electricidad y teléfono cayeron en algunas partes, y las tuberías del servicio de agua potable se reventaron, llenando las calles de agua. Algunos vehículos que aparentemente estaban estacionados al costado de las aceras quedaron enterrados bajo los escombros.
“Lo que puedo ver desde donde me encuentro en el centro de la ciudad es que hay cantidades significativas de daños adicionales”, dijo Parker.
El Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que el sismo tuvo su epicentro a cinco kilómetros de distancia de la ciudad, a una profundidad de cuatro kilómetros. Una réplica de una magnitud de 5.6 grados golpeó poco después a 11 kilómetros al este de la ciudad.