Si en las redes sociales Carmen Aristegui y su salida de la radio son trending topic mundial; en las calles, entre los ciudadanos de a pie, ocurre lo mismo.
La noticia que hoy a las 11 de la mañana la comunicadora daría su posición respecto a la salida de su noticiario en MVS, se esparció ayer en pocos segundos. Lo mismo por Twitter que de boca en boca.
Antes de las 10 de la mañana en la puerta de Casa Lamm -centro cultural en el cruce de Álvaro Obregón y Orizaba- ciudadanos de a pie se congregaron con cartulinas. Primero unos 60. Después, se contaban más de 400. Amas de casa, trabajadores, estudiantes, desempleados que ya echan canas. Muchos quisieron hacerse pasar por periodistas. Algunos recurrieron a su credencial de estudiante de comunicación pero nadie, salvo la prensa, logró franquear la valla que formaron colaboradores de la periodista.
-¡Alcoholímetro en Los Pinos! -gritaron unos.
-¡Libertad de expresión! -corearon otros.
Entre el mitin improvisado se abrieron paso la escritora Guadalupe Loaeza, el periodista especializado en telecomunicacones, Jenaro Villamil, el actor Daniel Gimenez Cacho. En las primeras filas escucharon la posición que expresó Aristegui por casi 30 minutos.
Afuera, un puñado de elementos de Seguridad Pública vigiló la protesta a la que, sorpresivamente, se sumaron miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas.
‘No rectifico ni me disculpo’
En el pequeño salón dispuesto para el mensaje hubo medios grandes y pequeños. Los equipos de la agencia EFE, de Associated Press y otros de la prensa internacional estuvieron ahi. Síntoma de que la salida del aire de Aristegui ha trascendido fronteras.
Desde el lunes 7 de febrero, Carmen no volvió a los micrófonos. Frente a un centenar de reporteros, la periodista se negó a rectificar por la pregunta hecha al aire el viernes anterior, a propósito de una manta desplegada en la Cámara de Diputados por legisladores del PT.
-¿Tiene o no el Presidente problemas de alcoholismo? – preguntó el viernes 4 en su programa. Hoy, hizo un añadido al cuestionamiento.
“No rectifico ni me disculpo porque no hay nada que disculpar. Por el contrario, ratifico la pertinencia de que la Presidencia de la República se manifieste al respecto. Yo no tengo manera de corroborarlo pero, si fuera el caso, sería algo delicado que deberíamos saber.”
Siempre apegada al texto que tenía en sus manos, la comunicadora expresó que la razón de fondo de su “despedida” fue la resolución pendiente que el gobierno debe dar a MVS (propiedad del empresario Joaquín Vargas) sobre concesiones del espectro radioléctrico en la banda de 2.5 gigahertz.
http://www.youtube.com/watch?v=_g1Fs0cLTN0
“La resolución final de lo que pase con ellas se encuentra en el cajón del Presidente. La aprobación, que ha pasado ya por todos los filtros legales, jurídicos y técnicos para tormarse, está sujeta a la venia final del Presidente y ni siquiera a la venia final del Presidente, sino a quien, a su vez presiona al Presidente. Es decir, a los poderes dominantes de las telecomunicaciones, cuyo poder desmedido impide la entrada de nuevos competidores”, expresó entre el desorden impuesto por camarógrafos y fotógrafos que querían captar la mejor imagen. Desde fuera llegaban las consignas del mitin por la comunicadora.
Hacia el final de su discurso, Aristegui lanzó una propuesta a dueño de la estación donde de las 6:00 a las 10:00 horas, de lunes a viernes, se transmitía su informativo. En ella iba una salida a la controversia que Aristegui calificó como “digna, decorosa e inteligente”.
“Estoy dispuesta a regresar al aire este próximo lunes siempre y cuando se cumpla con una condición básica y única. Que MVS anuncie que retira de forma oficial el comunicado emitido junto con mi salida, en el que afirma falsamente, que transgredí nuestro código de ética y que promoví la difusión de rumores como noticias. Como consecuencia de ello pido que se publique otro comunicado oficial de la empresa, en donde la valoración sobre mi integridad ética y profesional que pretendieron dejar en entredicho quede resarcida. Si MVS acepta hacerlo se reconocerá tácitamente la naturaleza real de los sucedido. Con eso sería suficiente.”
Poco más añadió la comunicadora que, en varias ocasiones, repitió que no debe haber pregunta prohibida. Aunque, en su conferencia, no las admitió.
Apenas dijo “muchas gracias”, sus colaboradores la rodearon para sacarla del recinto sin poder evitar que, en los empujones, se rompiera un vidrio y un fotógrafo cayera ‘de sentón’.
A pesar que Aristegui había ya abandonado Casa Lamm por una puerta lateral, los periodistas quedaron encerrados por unos 10 minutos, pues, afuera, los simpatizantes de Carmen -como la llamaron familiarmente- aún intentaban entrar.
Sin poder enterarse de lo informado adentro por la comunicadora. Sus escuchas se quedaron a lanzar otra consigna: ¡Carmen sí, Felipe no!