Que 141 reos se hayan “fugado” del penal Centro de Ejecución y Sanciones de Nuevo Laredo, Tamaulipas, parece ser ya una noticia menor. Que aún no haya un responsable con nombre y apellido, también.
Hoy, lo realmente asombroso es que se sepa que días antes de un escape digno de Houdini, se estuvieron llevando a cabo “entrevistas de trabajo” con la intención de reclutarlos.
Pero todo no acaba allí, pues además se les ofreció una lanita, unos mil dólares, digamos, por salir de la cárcel para pasarse del bando de los malos, malísimos, osease el crimen organizado.