Empleados del Centro Médico Universitario llevaron a Giffords a una terraza del hospital el jueves, donde pudo respirar aire fresco y sentir el sol, dijo el cirujano Peter Rhee.
“Le vi la sonrisa más grande que pudo mostrar”, dijo Rhee. “Estamos muy felices de que ella disfrute del sol de Arizona”.
Giffords ha mostrado señales de avance casi a diario luego de recibir un balazo en la cabeza que afectó el cerebro en un ataque del 8 de enero que dejó seis muertos y otros 13 heridos.
Los médicos narraron otras señales de constante mejoría: pudo usar una computadora iPad, elegir objetos de colores diferentes y mover sus labios. No están seguros si intenta transmitir palabras ni tampoco saben cuánto puede ver.
AP