El disidente chino Liu Xiaobo no pudo asistir a la ceremonia donde recibiría el l premio Nobel de la Paz al permanecer en una celda de aislamientos en su país natal. Ante la ausencia del galardonado, el comité organizador decidió poner el premio en la silla que debió ocupar Xiaobo.
Sin embargo, Xiaobo estuvo presente a través de una foto presidió el escenario principal y la lectura del discurso que pronunció el propio premiado ante los jueces que lo condenaron hace un año, y en cual firmó no tener “enemigos” ni sentir “odio” hacia el régimen chino.
Es la quinta vez que un galardonado con el Premio Nobel no acude a la ceremonia y la segunda que nadie lo recoge en su lugar: el único precedente data de 1935, cuando el régimen nazi no dejó viajar al activista alemán Carl von Ossietzky y no se logró que él o algún familiar recibiera el reconocimiento.
Liu Xia, la esposa de Xiaobo, tampoco pudo asistir a la ceremonia porque está en detención domiciliaria desde el anuncio del Premio, el 8 de octubre. Las autoridades chinas impidieron además salir del país a los allegados del intelectual.
Thorbjorn Jagland, presidente del Comité Nobel, lamentó la ausencia de Xiaobo y dijo que el hecho de que no pudiera asistir por encontrarse encarcelado justificaba en sí mismo haberle concedido la distinción.
Con información de agencias