Los delincuentes organizados a los que se refiere Petróleos Mexicanos (Pemex) como los responsables de colocar tomas clandestinas en sus ductos, pertenecen a conocidos cárteles del narcotráfico que han visto afectadas sus finanzas y tratan de obtener recursos con delitos paralelos.
Tras la explosión ocurrida el pasado 19 de diciembre en un ducto de la paraestatal en San Martín Texmelucan, Puebla, se reforzaron las indagatorias oficiales, encabezadas por la averiguación previa AP/PGR/PUE/PUE/-III/1116/2010, por el delito de robo de hidrocarburo, indagatorias que en realidad fueron iniciadas hace por lo menos dos años hacia estos grupos, fundamentalmente contra los Zetas, quienes hasta hace poco eran el brazo armado del Cártel del Golfo.
Autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR) han advertido, desde aquellas fechas, la utilización de otras conductas delictivas de algunos cárteles de la droga para poder financiarse ante los golpes que les ha propinado el gobierno.
Un ejemplo son los secuestros o los asaltos bancarios que en un tiempo despuntaron en Tijuana -y que fueron imputados a la organización de los Arellano Félix-, así como el tráfico de indocumentados y el robo de combustible a ductos de Pemex, estas conductas atribuidas a células que trabajan para los Zetas.
Las indagatorias de la PGR, a cargo de la Dirección de Averiguaciones Previas de la Subprocuraduría de Control Regional, señalan que son por lo menos ocho estados de la República en los que se da el robo de combustible a través de tomas clandestinas: Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas, Nuevo León, Puebla, Hidalgo, el Estado de México y Coahuila.
Prácticamente en todas estas entidades han dominado las operaciones tanto de los Zetas como del Cártel del Golfo.
De acuerdo con Juan José Suárez Coppel, director de Pemex, durante 2010 se han detectado 600 tomas clandestinas, 200 más que las localizadas en 2009; mientras que en 2007, señalan datos de la PGR, hubo poco más de 300.
Las investigaciones del gobierno federal por el robo de combustible a Petróleos Mexicanos han desembocado en operativos en los que participa la Policía Federal para detectar las tomas clandestinas y hacer un rastreo a partir de información proporcionada por detenidos por estos hechos, quienes también trabajan para el tráfico de drogas.
Desde el 13 de enero de 2008 se fortalecieron estas investigaciones tras la captura de un grupo de “zetas” en Coahuila. Entre los 22 aprehendidos algunos tenían como encomienda robar combustible de ductos de la paraestatal en pipas, las cuales eran guardadas en casas de seguridad para después comerciar la gasolina.
Las tomas clandestinas y los enlaces con narcotraficantes siguieron apareciendo con el paso de los meses, hasta que apenas el 19 de diciembre ocurrió la explosión en San Martín Texmelucan, Puebla, que dejó como saldo la muerte de 29 personas.
Tras este hecho, el director operativo de Finanzas de Pemex, Carlos Alberto Treviño Medina, declaró apenas el 22 de diciembre, que la ordeña de ductos es realizada por bandas bien organizadas.