Las deficiencias del Ejército mexicano empiezan a alarmar a funcionarios de Estados Unidos. El ejército frecuentemente se basa en los números de inteligencia y recurre a tácticas de tiempo, tales como controles de carretera, los cuales -consideran diplomáticos de EU- son de uso limitado contra los traficantes de drogas.
En un recuento de LA Times sobre la información revelada tras la filtración de cables diplomáticos de EU, el rotativo retoma la información sobre la actuación del Ejército y la Marina mexicanos en su lucha contra el narco.
El papel del Ejército
Una de las preocupaciones de los diplomáticos norteamericanos es el papel de los retenes en México, su uso es sólo una táctica de retraso para los criminales, la cual es poco efectiva sobre todo en las ciudades. Además de la poca eficacia de los retenes, se afirma que estos puntos de revisión han sido el escenario de serias violaciones a los derechos humanos, incluyendo asesinatos de civiles.
Las acusaciones de abusos contra el Ejército se dispararon en el país y las comisiones de derechos humanos de México han recibido este año casi el doble de las quejas que tuvieron en conjunto los 3 años anteriores.
El Ejército ha entregado importantes victorias al gobierno al eliminar o capturar a varios capos y confiscar cargamentos de drogas, pero en lugares como Ciudad Juárez, donde Calderón ha apostado su reputación política, el número de muertos se ha ido a las nubes. En esta ciudad siete de cada diez negocios han sido obligados a cerrar como resultado de extorsiones y amenazas. EU reporta la ineficiencia del Ejército para contener la violencia en esta ciudad, lo cual representa una desmoralizante derrota, hasta que las tropas fueron sacadas de la ciudad y reemplazadas por la Policía Federal.
En su momento Galván Galván ha descrito los esfuerzos frustrados del Ejército para capturar al más buscado fugitivo en México, Joaquín “El Chapo” Guzman, afirmando que el capo se mueve entre 10 o 15 refugios rodeado de “círculos de seguridad de hasta 300 hombres” y redes de espías que “dificultan lanzar los operativos de captura”. Finalmente, Galván reconoció que la guerra durará “los próximos 7 a 10 años”.
A pesar de que funcionarios de EU han afirmado que la relación con las fuerzas mexicanas y el intercambio de inteligencia son más fuertes que nunca, sin embargo, la inteligencia norteamericana se ha apoyado más en la Marina mexicana que en el Ejército, pues las fallas de éste último para sus operaciones normales y para operativos con información de inteligencia han dejado desconfianza y frustración en EU.
Por el otro lado, la Marina ha recibido asistencia a sus fuerzas especiales por parte de EU, ha recibido información de inteligencia -incluso en tiempo real- con la que ha capturado a capos como Tony Tormenta y Arturo Beltrán Leyva. Lo que se desconocía hasta que los cables se filtraron, sin embargo, es que los americanos dieron al Ejército la posición de Arturo Beltrán Leyva primero que a la Marina, y el Ejército se negó a actuar. El ejército, sin embargo, mató a Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal este verano en un exclusivo suburbio de Guadalajara.
En diciembre de 2009 Carlos Pascual escribía: “(El Ejército mexicano) está bien entrenado, bien equipado y ha demostrado ser capaz de responder rápidamente a inteligencia procesable)”.
Pascual continúa sobre el éxito del Ejército en su detención de Nacho Coronel: “Su éxito pone al ejército en la difícil posición de explicar por qué se ha mostrado reacio a actuar con buena inteligencia y realizar operaciones contra objetivos de alto nivel”.
La Marina mexicana
Carlos Pascual en su cable de diciembre del 2009 afirma que “Funcionarios de EE.UU. han encontrado en la Marina a un aliado mucho más cooperativo”, describiendo sus 2 mil o 3 mil tropas como “dispuestos, capaces y listos”, mientras el ejército es considerado como lento y con “aversión al riesgo”.
Las razones hay que buscarlas en la formación diferente, la historia y las culturas de las dos fuerzas. La doctrina del Ejército contiene lecciones de largo plazo en las ambiciones expansionistas de EU, con la historia de sus intervenciones militares en América Latina. En consecuencia, el ejército ha conservado su vieja desconfianza a los EU.
La marina, por el contrario, está dispuesto a compartir. Además de atrapar a Beltrán Leyva, los infantes de marina -con información de EU- mataron a Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, alias Tony Tormenta, el líder del cártel del Golfo.
Según información filtrada, las fuerzas especiales de la Marina tienden a trabajar en conjunto con los norteamericanos pues son suficientemente pocos para mantenerse ágiles y menos susceptibles a la corrupción. Al mismo tiempo, el reducido tamaño de estas fuerzas de élite de Semar, las obliga a operaciones de comando dirigidas contra capos bien identificados o para desmantelar células criminales, por lo que no pueden mantener una presencia masiva para controlar la violencia que se ha esparcido a todo el país ni recuperar los teritorios perdidos como Juárez, la frontera norte de Tamaulipas o el triángulo dorado, bastión del narco en la frontera entre Durango, Chihuahua y Sinaloa.