La izquierda, única salida a la crisis: Ebrard
Quiero felicitar y agradecer al arquitecto Felipe Leal y a todo su equipo el excelente trabajo que hicieron y que hoy entregamos al pueblo de México, evoca este monumento la grandeza de la Revolución Mexicana, los logros que trajo consigo, el impulso vital que le dio a México durante décadas, hasta que la confusión, el abuso de poder, la corrupción, el extravío, se alejó de los objetivos de la Revolución Mexicana e impidió o truncó la realización de sus objetivos.
Evoca el más grande movimiento social que México ha tenido, evoca los valores que hoy todavía, por fortuna, congregan a la mayor parte de la Nación: la separación de la iglesia del Estado, la defensa de los derechos de los trabajadores, la propiedad de la Nación sobre los bienes nacionales, incluyendo desde luego, el petróleo; el compromiso de transformar la sociedad mexicana a través de la educación pública, laica y gratuita.
Ésos son los valores de la Revolución Mexicana que evoca este gran Monumento y hemos querido iluminarlo el día de hoy y entregar esta Plaza en el aniversario de la Revolución Mexicana, para recordar aquellos grandes mexicanos que hicieron la Revolución, que llevaron a cabo su programa, especialmente el general Cárdenas por los años treinta, que le dio a México la posibilidad de tener su petróleo, su educación pública gratuita y laica y el reparto agrario a gran escala, entre otros.
Que nunca olvidemos de dónde venimos y por qué hoy nuestro país está en la desesperanza, no podemos pensar el siglo XXI como el siglo XX, pero sí tenemos que tener claro en nuestro ánimo, en nuestro corazón, que todo puede ser distinto en México, que podría ser de otro modo, que no es inevitable que vivamos en la desesperanza, que aumente la pobreza extrema o que cada vez haya más violencia en México, que puede y debe ser de otra manera, que necesitamos tener otro impulso vital, por vías pacíficas, por vías legales, por la organización política, dentro de la Ley, y que ese impulso vital sólo puede venir de las fuerzas progresistas, democráticas y de izquierda de México.
Y que es el momento, hoy, a 100 años, de hacer el compromiso de que seremos leales a esos principios, a esos valores, que defenderemos los bienes de la Nación, sus convicciones, los pilares que nos han permitido ser un país independiente, una gran Nación y que además, todas las aspiraciones personales que tengamos, legítimas, estarán subordinadas y llegarán a estarlo a la causa superior de que México pueda encontrar el rumbo, en el siglo XXI, que necesita.
Y ese rumbo y ese camino tiene que ver con una forma de pensar totalmente distinta a la de quienes nos han gobernado en las últimas décadas. Ha llegado el momento, amigas y amigos, compañeras, compañeros, de que la equidad, la justicia, el patriotismo, presidan la acción pública en México, que le demos la espalda a la resignación y al conformismo y que vayamos hacia delante.
Y por eso qué bueno que sea hoy, a los 100 años de nuestra Revolución, de la cual todas y todos estamos orgullosos que hagamos este compromiso en esta gran plaza, la Plaza de la República, que nos reúna pronto para festejar el triunfo de la izquierda y de los valores de avanzada en México.
¡Qué viva la Revolución Mexicana! ¡Qué viva México!
