El Instituto Federal Electoral vive en el filo de la navaja. Y es que ante la ausencia de tres de sus consejeros, cada resolución que vote en comisiones puede ser impugnada en el Tribunal Electoral porque tales comisiones están fuera de la ley.
Pero al mismo tiempo, si los consejeros quieren cumplir la ley al pie de la letra, tendrían que paralizar sus actividades, cuando están encima procesos electorales como el de Guerrero, donde habrá de elegirse gobernador en enero próximo, y el IFE tiene una participación en temas clave como elaborar el catálogo de emisoras de radio y tv y aprobar las pautas publicitarias.
Lo cierto es que el Instituto podría vivir en este limbo legal hasta febrero o marzo próximo, si es que la Cámara de Diputados sostiene su decisión de trasladar la elección de los nuevos consejeros al próximo periodo de sesiones.
Al finalizar octubre, tres de los consejeros del IFE (Marco Gómez, Arturo Sánchez y Virgilio Andrade) terminaron su periodo en el cargo, pero hasta la fecha no hay sustitutos.
De acuerdo a los propios diputados, la disputa radica en cuántos consejeros “le tocarán” a cada partido. El PRI ha pedido dos de los tres cargos en disputa, pero el resto de los partidos se ha opuesto a esta decisión.
El limbo se deriva de la disposición, que establece la ley electoral (Cofipe), según la cual el IFE tiene la obligación de integrar seis comisiones, dedicadas a estudiar cada tema que se presente y elaborar dictámenes y proyectos de resolución.
Las comisiones son de Capacitación, Organización, Prerrogativas y Partidos Políticos, Servicio Profesional Electora, Registro Federal de Electores y Quejas y Denuncias.
Sin embargo, la ley establece que cada comisión debe tener tres consejeros y cada uno de ellos puede participar hasta en dos comisiones (artículo 116, párrafo 2 del Cofipe).
Ese mismo párrafo dispone que los Consejeros Electorales podrán participar hasta en dos de las comisiones antes mencionadas por un periodo de tres años. Aun cuando no existe una justificación legal que lo impida, Leonardo Valdés, consejero presidente, no forma parte de ninguna de las comisiones, lo que deja como única posibilidad que los cinco consejeros restantes integren tales comisiones.
Por ende, resulta matemáticamente imposible la integración de las seis comisiones permanentes sin violentar lo dispuesto por el artículo 116.
Aun así, los consejeros tomaron un acuerdo para autorizar que los consejeros electorales en funciones tuvieran la posibilidad de integrar hasta tres comisiones. Como los propios consejeros reconocieron, es una resolución que pasa por encima de la ley, pero permite que el IFE funcione.
En ese tenor, hoy Leonardo Valdés, hizo un llamado a la Cámara de Diputados para que apresure la construcción de un amplio consenso político que permita la designación de tres consejeros electorales.