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100 días sin el ‘Jefe’ Diego
100 días sin el ‘Jefe’ Diego
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100 días sin el ‘Jefe’ Diego

23 de agosto, 2010
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 
Diego Fernandez de Cevallos
El desaparecido, Diego Fernandez de Cevallos. // Foto:Cuatoscuro

El día de hoy se cumplen 100 días desde que la mañana del sábado 15 de mayo, Felipe Calderón hizo oficial la desaparición de uno de los más connotados panistas, Diego Fernández de Cevallos, conocido como “El Jefe” debido a sus capacidades de “facilitador” en la política mexicana.

El secuestro de Fernández de Cevallos fue tan quirúrgicamente ejecutado que 100 días después, el gobierno sigue sin pistas y sin investigaciones sobre lo sucedido, incluso han tenido que soportar el agrio humor que los “misteriosos desaparecedores” han hecho a costa del gobierno.

Entre las cosas sacadas a la luz durante estos 100 días de cautiverio de Fernández de Cevallos están sus propiedades, y es que durante la ausencia de Diego, la información sobre él ha empezado a difundirse, un ejemplo perfecto de sus propiedades publicadas por Proceso son: 193 automóviles sólo en Querétaro; minas de marmol en Vizarrón, Querétaro; y “un vasto patrimonio” en Guanajuato y Querétaro.

Otra “indiscresión” tuvo lugar el 16 de mayo, cuando La Jornada publicó que el despacho de abogados de Diego Fernández de Cevallos y Fernando Gómez Mont había evitado la entrada de la policía a la clínica Santa Mónica, donde habría fallecido Amado Carrillo Fuentes en una supuesta cirugía estética. Según La Jornada, el despacho pudo detener también las investigaciones en la Funeraria García López, donde fue velado ‘El Señor de los Cielos’.

Las hipótesis sobre los “misteriosos desaparecedores”

A lo largo de estos más de tres meses, las hipótesis sobre la identidad de los secuestradores han ido y venido, en resumen: el cártel de Sinaloa, el EPR, la TDR-EP, criminalidad ‘común’, rivales políticos, ajuste de cuentas,  y por último, ¡policías!

Días después de la desaparición, Edgardo Buscaglia, analista, académico y experto en temas de seguridad y narcotráfico comentó que el secuestro de Diego pudo haber sido una reacción del Cártel de Sinaloa ante la supuesta captura de ‘Nacho’ Coronel. Las dos hipótesis cayeron días después con el desmentido de  la captura del capo y su posterior muerte.

Durante los siguientes meses se rumoró que el EPR tendría prisionero al ‘Jefe’ Diego, pero no fue sino hasta el día 23 de julio que José Cardenas, locutor y columnista, publicó a través de su cuenta de Twitter una nueva foto de Fernández de Cevallos y afirmó que la Tendencia Democrática Revolucionaria – Ejército del Pueblo (TDR-EP, una escición del EPR ) era el grupo captor. Cárdenas inculpó directamente por el secuestro al comandante José Arturo, dirigente histórico y posiblemente fundador del EPR en 1996.

José Arturo es un alias para Constantino Alejandro Canseco Ruiz, a quien el ejército señala como parte de la guerrilla, mientras su hermano Felipe Edgardo lo declara inocente: “Recordó que entre 1976 y 1977 su hermano Constantino Alejandro participó en ‘el movimiento democrático universitario en la ciudad de Oaxaca’, y a raíz de dicha participación recibió un disparo en el pecho que lesionó su corazón y un pulmón. Como consecuencia, sufrió dos paros cardiorrespiratorios”.

La hipótesis que pone a la guerrilla detrás del secuestro, tiene más detractores y críticas. El mismo Felipe Edgardo recuerda algo en común en todos los secuestros hechos por la guerrilla  en el pasado: siempre se han hecho demandas de tipo políticas y, en cambio, esto no fue hecho con Fernández de Cevallos. Asimismo, la TDR-EP, único grupo que acepta el secuestro para allegarse de recursos, no ha reivindicado la acción y ha mantenido un largo e inusual silencio.

En la revista Proceso (1761, del 1º de agosto), en entrevista con especialistas que prefirieron guardar su identidad, se proponen tres hipótesis:

“La primera, que es la acción de un grupo político interesado en tener recursos para la campaña presidencia de 2012. La segunda es que podría tratarse de un núcleo del gobierno interesado e anular a la facción de Fernández de Cevallos; y la tercera, por la que se inclinaron más, es que el secuestro lo planeó un grupo del crimen organizado al que el exsenador le quedó debiendo por algún negocio fallido.

Finalmente, en el último fin de semana, Max Morales, asesor privado en liberación de rehenes, dijo a la agencia EFE que Diego habría sido privado de su libertad por una banda de la delincuencia organizada que “se hace pasar por un grupo guerrillero y en la que hay policías y ex policías”. Morales afirma que el 90 por ciento de las bandas de secuestradores en México tienen como miembro al menos a un policía, lo que hace difícil perseguirlas.

‘El Jefe’

Fernández de Cevallos, con una larga historia en la política mexicana, había iniciado su militancia en el PAN desde los inicios de la década de los sesenta y en la época donde el Movimiento Estudiantil de 1968 iniciaba sus reuniones en la Ciudad Universitaria de La niversidad Nacional, Diego formaba parte del ultraderechista Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), que trataba de erradicar el comunismo de la UNAM y del país.

En los años siguientes, mientras el PAN construía la oposición legislativa en los 20 años que pasaron del 68 al 88, Diego fue escalando dentro de su partido, para llegar finalmente al momento de ruptura que significaron las elecciones después de las cuales Carlos Salinas de Gortari fue nombrado presidente.

En aquel entonces, Fernández de Cevallos participó en marchas y mítines históricos en los que al lado de Manuel “Maquío” Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Ibarra exigía abolir el fraude electoral y el presidencialismo de carro completo para el PRI.

Sin embargo, “El Jefe”, se adaptó  a las condiciones y para el año siguiente, después de la muerte de Maquío, negociaba la quema de boletas electorales a cambio de las primeras gubernaturas panistas y la extensión de los municipios controlados por su partido. Esto, sumado a la amplia presencia en el Congreso de la Unión que su partido tuvo desde 1988, año en el que al lado del Frente Democrático Nacional (que a la postre se convertiría en el PRD) arrancaron de las manos tricolores, la ansiada mayoría en la Cámara de Diputados.

En 1993, obsequian a Fernández de Cevallos los terrenos de Punta Diamante (en Acapulco, aunque el desarrollo habitacional de lujo aún estaba por hacerse) que previamente fueron robados de ejidatarios de la región. Los terrenos, que comprenden 60 mil metros cuadrados, fueron un regalo que venía de parte del gobernador Ruiz Massieu, cuñado de Carlos Salinas. No se sabe exactamente el motivo del regalo, pero se piensa que es el pago por el papel en la quema de las boletas electorales.

En 1994 fue candidato presidencial por el PAN, compite contra Ernesto Zedillo y Cuauhtémoc Cárdenas. Recordamos su participación en el debate presidencial en el que la prensa le otorgó la victoria. Existe la acusación que hacia el final de la campañas presidenciales Diego frenó su campaña, incluso desapareció por una semana de los medios de comunicación. La entonces subordinación/asociación del panismo en relación al PRI (que tal vez volvamos a ver después de 2012) y su relación con Carlos Salinas y la cúpula priista, tal vez guíen al porqué.

Después de la trágica crisis económica y financiera provocada por Salinas y Zedillo, Diego ayudó a dar la puntilla al país al convertir miles de millones de dólares, de deuda privada de los bancos, en deuda pública cargada al erario. Su papel fue coordinar a la fracción parlamentaria panista para votar en tal sentido. Se dice también que la negociación fue directamente entre Salinas de Gortari y Fernández de Cevallos que en esta época tras su cercanía con Salinas, se ganó el mote de “El Jefe”.

En el año 2000, ampliaría su campo de negocios al entrar en el litigio contra el Estado. Con su despacho logró que la SHCP devuelva a  la empresa Jugos del Valle  mil 800 millones de pesos por concepto de IVA e IEPS. Años después, los legisladores tuvieron que crear una ‘Ley AntiDiego’ que trata de acabar con los conflictos de interés en los que incurren los congresistas que al mismo tiempo son representantes de la nación y litigan contra ella.

En 2003 el entonces jefe de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, lo señaló como abogado de los dueños de los predios de El Encino, caso que estuvo detrás del desafuero de AMLO y que buscaba sacarlo de la competencia electoral de 2006. Ahora sabemos que la maquinación de tal artimaña se negoció también con Salinas, y que operaron para la difusión del videoescándalo realizado a través de Carlos Ahumada como parte de la campaña para reducir las preferencias electorales de López Obrador.

En ese mismo año, se comprometió  con José Luis Magaña a apoyar la ampliación de una carretera que uniera los municipios de Tepatitlán con Arandas, en Jalisco. Esta obra fue conocida como la “carretera del amor” porque unía el municipio en el que vivía su pareja con el suyo, todo con un costo de 334 millones de pesos.

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Imagen BBC

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