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Pensiones: Qué es el ‘modelo 97’, qué se necesita para pensionarse y qué propone AMLO
Pensiones: Qué es el ‘modelo 97’, qué se necesita para pensionarse y qué propone AMLO
10 minutos de lectura

Pensiones: Qué es el ‘modelo 97’, qué se necesita para pensionarse y qué propone AMLO

Pensiones equivalente al 100% del último salario es lo que promete el presidente. Pero, especialistas explican no hay espacio fiscal para destinar más dinero en pensiones.
17 de enero, 2024
Por: Siboney Flores
@SiboneyFt 

Una pensión equivalente al 100% del último salario, es lo que promete el presidente Andrés Manuel López Obrador con una iniciativa de reforma que puso de nuevo sobre la mesa el tema del sistema de pensiones y la presión que representan para las finanzas públicas. 

Misma que a decir de especialistas hace inviable lo que plantea el mandatario, al menos sin una reforma fiscal que aumente los recursos públicos disponibles, ya que actualmente 22 pesos de cada 100  del presupuesto de egresos está destinado al pago de pensiones. 

Solo 26.1 millones de trabajadores en México, que equivale al 44%, podrían beneficiarse de la reforma que propone el presidente, pues se encuentran trabajando de manera formal, de acuerdo a Encuesta Nacional  de Empleo y Ocupación (ENOE). 

Otros 32.4 millones de mexicanos, que equivalen a más del 55% de la fuerza laboral en el país, están en el sector informal y no tienen acceso a ese tipo de pensión. 

A continuación te presentamos puntos clave sobre el sistema de pensiones en México, qué fue la reforma del 97, cuánto aporta para su retiro cada trabajador y el gobierno, y qué papel juegan las afores: 

¿Qué es una pensión? 

En México existe el concepto de “pensión contributiva”, que significa que una persona después de trabajar por un periodo de su vida o tras sufrir una discapacidad a causa de su trabajo pueda recibir de manera mensual un monto económico, para vivir sin necesidad de continuar en la actividad laboral. 

Cuánto recibirá de pensión depende de: cuántos años trabajó en el sector formal, cuál era su salario -del que cada quincena se retuvo una porción para su retiro-, y en qué año comenzó a trabajar, ya que en 1997 hubo una reforma clave sobre las pensiones. 

De ahí que se hable de que hay trabajadoras y trabajadores que deben seguir los lineamientos de modalidad 73, en referencia a la ley de pensiones de aquel año, y otro más joven bajo la ley 97.

¿Qué se necesita para pensionarse?

Para acceder a la pensión, actualmente se deben cumplir varios requisitos. Si estás bajo la modalidad 73, debes acreditar por lo menos 10 años de trabajo y tener más de 60 años. Si es por la modalidad 97 deben ser al menos 16 años de trabajo y tener más de 65 años. 

El IMSS tiene actualmente poco más de 4 millones de pensionados y el ISSSTE poco más de un millón 200 mil personas, de acuerdo a sus reportes más recientes. 

¿Cuál es la diferencia entre pensión y jubilación? 

Dentro del concepto de pensión, existe el término “jubilación”. Se utiliza cuando un trabajador cumple con el mínimo de semanas laboradas y cotizadas ante el seguro social, o tiene más de 65 años  y entonces accede a una pensión. 

Mientras que cuando se habla de pensión, se incluye a un espectro de beneficiarios más amplio. Están las personas jubiladas, las personas trabajadoras que pudieron acreditar que sufren de discapacidad a raíz de su actividad laboral, las personas incapacitadas, las que son viudas de un trabajador, son huérfanos de un trabajador o los padres perdieron a su hijo trabajador. 

¿Cómo funciona la ‘modalidad 97’?

La Ley del Seguro Social tuvo una reforma en 1995 e inició su vigencia el 1 de julio de 1997. A esta reforma se le conoce como ‘reforma del 97’ o ‘modalidad 97’.

Si tienes menos de 50 años, es muy probable que sea esta modalidad por la que te jubiles, ya que aplica para todas las personas trabajadoras que comenzaron a cotizar a partir del 1 de julio de 1997.

Surgió tras la crisis financiera de 1994, cuando se devaluó la moneda y entonces México recurrió a un préstamo del Banco Mundial que, como parte de los requisitos para otorgar el dinero, le pidió cambiar su esquema pensionario. 

La apuesta del Banco Mundial era promocionar el sistema pensionario de Chile que había arrancado en 1981, explica  Carlos Contreras, actuario e investigador de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social. 

La reforma estableció que ahora las personas trabajadoras se pensionan con base al monto que logren ahorrar a lo largo de su vida laboral, a través de aportaciones obligadas por la ley, aportaciones voluntarias y lo correspondiente a aportaciones patronales. 

Las aportaciones son depositadas en una cuenta individual que es gestionada por una  Administradora de Fondos para el Retiro, conocida como afore, con el fin de invertir y generar ganancias. 

En palabras de Ángel Edoardo Ruiz, académico de la Universidad de Guadalajara, esto significa que privatizaron el derecho a la pensión. “Ahora se tiene el derecho de comprar una pensión. Parece una diferencia mínima, pero no lo es”, enfatiza. 

¿Con qué montos se están pensionado?

La  reforma lleva 26 años en activo y los trabajadores adscritos a ella ya comienzan a pensionarse. Entre enero de 2021 y septiembre de 2023, 68 mil 930 trabajadores obtuvieron una pensión bajo esta modalidad, detalla el informe trimestral más reciente, de  la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). 

Encontraron que quienes se están jubilando están recibiendo montos que están “por debajo de lo ideal”. Las pensiones promedio otorgadas eran de 5 mil 483 pesos, entre 2022 y 2023, detalla el IMSS. Quedando por debajo del salario mínimo mensual que es de 7 mil 468 pesos. 

¿Por qué son tan bajas las pensiones de la modalidad 97? 

Durante toda su vida laboral los trabajadores adscritos a este modelo hicieron aportaciones obligatorias del 6.5% de su salario, un porcentaje menor en comparación con otras partes del mundo, detalla la Consar. Por ejemplo, en Chile, las aportaciones son del 10% y en países integrados a la OCDE es del 19.6%. 

Aportando el 6.5% de su salario a lo largo de su vida laboral, y con lo que aportan el gobierno y los patrones, se estima que reciban como pensión el equivalente al 30% de lo que ganaban,  explica Carlos Contreras, actuario e investigador de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social. 

Con una reforma en 2020 a la Ley del Seguro Social (LSS) y la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro (LSAR), se estableció un crecimiento gradual de la aportación, para partir de 6.5% y llegar al 15% en 2030.

Pero la reforma mencionada también modificó el número de semanas cotizadas para acceder a una pensión. 

En 2024 se le pide a la trabajadora o trabajador tener un acumulado de 825 semanas cotizando. La cifra crece cada año, y se prevé que para 2031 sean 1,000 semanas para poder pensionarse bajo la modalidad 97. 

¿Cómo funciona la afore?

La Administradora de Fondos para el Retiro o Afore se encarga de guardar en una cuenta individual el dinero del trabajador y busca generar rendimientos a través de inversiones. 

Cuando una persona se registra en un afore, el contrato advierte que esta puede perder parte de los rendimientos generados al intentar reinvertirlos, y no está obligada a regresar el monto dado que es un riesgo del mercado financiero. 

Las afores cobran un monto por administrar la cuenta, resguardar e invertir. “El negocio de las afores es ese, que nunca dejan de cobrar”, explica el actuario Carlos Contreras. Este 2024 el promedio de cobro es de 0.56%.

Antes de 2018 se cobraba más por el mismo servicio. Era del 1%, pero la Consar estableció reducirlo porque en países como Estados Unidos y Chile el promedio de cobro es del 0.6% y en Colombia del 0.5%. 

¿Cuánto me cobra de comisión mi afore? 

El afore cobra un porcentaje del total del dinero de una cuenta por administrar el servicio. Por ejemplo, si una persona trabajadora suma 45 mil 275 destinados a su “Retiro, cesantía en edad avanzada y vejez”, la Afore le cobrará de manera anual el 0.56%, que son 253.54 pesos. 

“Siempre se me ha hecho un robo que se cobren comisiones del porcentaje que sea, (por)que es directo de los trabajadores y no tienen opción de que un afore les invierta o no, están obligados por la ley”, dice Ángel Edoardo Ruiz, segurólogo y académico de la Universidad de Guadalajara.

En México solo existen 10 afores. Penssioniste es la única del tipo gubernamental. Las restantes son privadas: Inbursa, Profuturo, Sura, XXI Banorte, Principal, Invercap, Coppel, Citibanamex y Azteca. 

Hasta junio de 2023, las afores del país administraban un total de 5 billones 568 mil millones de pesos. 

¿Por qué los pensionados del 97 reciben menos que los del sistema previo? 

La ‘modalidad 73’ era una reforma de pensiones que se concentraba en poder pagar las pensiones de los jubilados con el dinero ingresado por los trabajadores en activo.

Estableció que solo se calculara cuánto se debe recibir de pensión con el salario promedio de los últimos 5 años. Para jubilarse sólo se pedía un mínimo de 10 años cotizando ante el seguro social y tener por lo menos 60 años. 

En cambio con la ‘modalidad 97’ las personas se pensionan considerando el dinero que ahorraron a través del Afore. Es decir, contrario a lo que pasaba en la modalidad anterior, no importa el último salario, sino lo que se acumuló a lo largo de la etapa laboral . 

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) detalla que las generaciones que se jubilan bajo la ‘modalidad 73’, pueden recibir por lo menos el 40% de su último salario. En cambio, bajo la ‘modalidad 97’ es de 30%. “Cuándo se recomienda que internacionalmente, oscile entre 50% y 70%”, apunta su informe

Por ejemplo, con la ‘modalidad 73’: una persona que ganó durante los últimos cinco años de su vida laboral 20 mil pesos, se estima pueda recibir una pensión máxima mensual de hasta el 60% de su salario, que equivale a 12 mil pesos, aunque durante los primeros años de trabajo su sueldo promedio fue inferior a 10 mil pesos.

Mientras que una persona con la ‘modalidad del 97’, recibirá una pensión mensual equivalente a lo ahorrado en su afore, sin importar cuál era el monto del último salario. Lo que significa que aunque su sueldo promedio de toda su vida laboral fuera de 20 mil pesos mensuales, lo que recibirá podría ser cerca de un 30% de su salario, lo que equivale a menos de 10 mil pesos.  

Además, actualmente pide un mínimo de 16 años trabajando para poder pensionarse y tener 65 años.  Y para 2031 se prevé que el requisito llegue a un mínimo de 20 años trabajando. 

Sin embargo, bajo el sistema del 73 tampoco se entregaban pensiones equivalentes al 100% de su último salario, advierte Carlos Contreras, actuario e investigador de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social. 

“Con 30 años y jugando con los datos de la tabla, podríamos decir que las pensiones mejorcitas, oscilan entre un 60% y 65%”, calcula el actuario. 

Ejemplo del calculo de una pensión bajo la modalidad 73.
Ejemplo del calculo de pensión. Cortesía: actuario Carlos Contreras.

 

¿Por qué el gobierno termina poniendo dinero del presupuesto para las pensiones?

El gobierno de México destina un presupuesto anual para cubrir lo que se conoce como “cuota social” de cada trabajador. Esta cuota es un derecho del trabajador y debe ser garantizada por el estado. 

Por ejemplo: 

  • Paga el 0.75% de la cuota correspondiente al seguro de enfermedades y maternidad
  • Paga el 7.3% del total de las cuotas patronales para el seguro de invalidez y vida

Además, cuando un trabajador no alcanza a pensionarse con el salario mínimo mensual, el estado aporta el dinero restante para que obtenga una “pensión mínima garantizada”.

¿Es viable un sistema de pensiones del 100%?

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostiene que presentará una iniciativa de reforma el próximo 5 de febrero para que los trabajadores se jubilen con el 100% de su último salario. 

“Para tranquilidad de empresarios y trabajadores, sobre todo de los empresarios, para que no los atemoricen, el gobierno va a asumir una parte considerable de este equilibrio”, dijo López Obrador durante la conferencia matutina del 15 de enero. 

Pero según especialistas no hay espacio fiscal para destinar más dinero en pensiones. Este 2024, dos billones de pesos, que son el 22% del dinero del presupuesto de egresos, está destinado para el pago de pensiones. 

Esto representa el 5.4% del Producto Interno Bruto del país (PIB), un monto mayor al de otros rubros. Por ejemplo, el monto destinado al sector salud representa menos del 3%, detalla el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). 

Las economistas Valeria Moy, directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Gabriela Siller, académica del Tec de Monterrey, advierten que para hacer posible el pago del 100% a pensiones, el gobierno tendría que endeudarse y no hay un plan de sostenibilidad financiera para cubrir la deuda. 

Ambas enfatizan que al no haber información de un plan financiero, el tema suena a una promoción en medio de campañas electorales. 

Actualmente el país tiene un déficit fiscal, lo que implica que está teniendo mayores gastos que ingresos fiscales. “En México ya tenemos un elevado déficit fiscal, para este año se está presupuestando un déficit de 4.9% del PIB que sería el mayor déficit desde 1988”, detalla Siller. 

Además, la propuesta enfrenta el reto de que año con año se incrementa el gasto público destinado a pensiones, porque la población está envejeciendo, detalla la  organización México Cómo Vamos

En 2023, el 8.2% de la población era mayor a 65 años y se prevé que en 2050 sea el equivalente al 17% de la población. 

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Imagen BBC
José María Velasco, el primer artista latinoamericano al que la National Gallery de Londres le dedica una exposición
11 minutos de lectura

El artista del siglo XIX contribuyó a la creación de un sentido de identidad mexicana, y fue, además de pintor, un polímata.

07 de junio, 2025
Por: BBC News Mundo
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“José María Velasco, mexicano. Pinto México”.

Así firmó en la esquina inferior derecha la que se consideraba como su obra maestra, “Vista del Valle de México desde el cerro de Santa Isabel”, en 1877.

La había pintado explícitamente para enviarla a la Exposición Universal de París de 1878.

Parece haber querido dejarle claro al mundo no meramente quién era él, sino que lo que estaban viendo era ese joven país que hacía apenas 10 años se había librado del austriaco Maximiliano de Habsburgo a quien Napoleón III había instalado como emperador de México para establecer un imperio satélite en América.

Tal vez no debía haberse preocupado, al fin y al cabo, para entonces ya era conocido, en México y en el exterior.

De hecho, José María Velasco había recibido numerosas distinciones, una de ellas justamente de manos del emperador Maximiliano en 1864, así como la medalla de oro de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de México de 1874 y 1876, y la medalla de oro de la Exposición Internacional de Filadelfia.

Un gran cardón con un hombre al lado
Museo Nacional de Arte, INBAL, Ciudad de México
“Cardón, Estado de Oaxaca”, 1887. (Foto: Francisco Kochen)

La pintura de 1877 tuvo tal éxito en París que le pidieron que hiciera copias, y una de ellas fue entregada al papa León XIII.

No fue la única vez que triunfó en la capital francesa.

En la Exposición Universal de 1889 presentó 68 de sus obras y, contó en una carta:

“… los cuadros míos han producido mucho efecto, agradan bastante y se han sorprendido de ver que en México se puedan pintar estas obras que juzgan de bastante mérito“.

Ayer he recibido la Condecoración de Caballero de la Legión de Honor, es una recompensa que me honra mucho y la considero como una gran distinción“.

Así, acumuló premios, elogios y admiración, no menos de sus alumnos en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), donde fue profesor de artistas como Diego Rivera, desde 1868 hasta 1903.

Y sin embargo, durante sus últimos años dejó de estar tan presente.

Tanto, que su muerte no fue registrada en la prensa mexicana hasta dos días más tarde, como constató la periodista Kathya Millares en Nexos.

Uno de los dos diarios que informaron sobre su fallecimiento fue El Imparcial, dando poco más que datos de su funeral.

El Diario se extendió más, señalando que “El anciano señor Velasco había dado prestigio al arte nacional, pues en exposiciones de gran nombradía, efectuadas en París, Viena, Madrid, Italia, Milán, Chicago y otras, había conquistado los primeros diplomas y los primeros premios”.

No obstante, ese relativo olvido fue rápidamente remediado por las autoridades con exposiciones, celebraciones y conmemoraciones.

Pronto, le aseguraron un lugar insigne en la cultura oficial, no sólo por sus dotes artísticas sino también por contribuir a cimentar la identidad mexicana.

Lago y volcanes en el fondo
Museo Nacional de la República Checa, Praga
“Lago Chalco”, 1885. (Foto: Denisa Dimitrovova)

Hasta el día de hoy, las obras de José María Velasco son conocidas en su país, aunque quienes las encuentren familiares quizás no sepan quién las pintó.

Pero fuera de México, se le recuerda poco, y a veces nada.

¿Por qué?, se preguntó el artista británico Dexter Dalwood, quien vive en México y se interesó en la pintura de Velasco.

Paso seguido, le propuso a la National Gallery de Londres, con la que tiene una larga relación, hacer una exposición, con él como cocurador.

La idea fue acogida.

“Por feliz coincidencia, el evento marca los 200 años de las relaciones diplomáticas entre México y Reino Unido”, le dice a BBC Mundo Daniel Sobrino Ralston, también curador de la muestra.

Esa no fue la única feliz coincidencia.

“Velasco es un pintor muy eminente del México del siglo XIX, y pensamos que encajaba muy bien con el arte que tenemos en la National Gallery, sobre todo con una serie de exposiciones que hemos hecho sobre paisajes nacionales de ese siglo”.

Hasta ahora, explica, “las que no han sido europeas, han sido de artistas de países angloparlantes”.

Velasco se convirtió en la excepción en esa serie de paisajistas del siglo XIX.

Más que eso: aunque la prestigiosa galería ha adquirido y exhibido obras de artistas latinos y latinoamericanos, “esta es la primera vez que la National Gallery dedica una exposición a un artista latinoamericano”, destaca Sobrino.

Así, más de un siglo después de su muerte, Velasco se ganó otra distinción.

Siempre romántico

José María Tranquilino Francisco de Jesús Velasco y Gómez-Obregón nació en Temascalcingo en 1840, el mismo año en el que nació en Francia Claude Monet, iniciador y líder del Impresionismo.

A pesar de ser parte de la misma generación de artistas, mientras los europeos revolucionaban el arte, Velasco hacía lo contrario.

Estructura prehispánica labrada en piedra y comúnmente conocida como el Baño del Rey o el Baño de Nezahualcóyotl.
Museo Nacional de Arte, INBAL, Ciudad de México
“Los baños de Nezahualcoyotl”, 1878.

“No era un innovador”, señala el curador.

“Tiene su estilo, su objetivo, y no cambia mucho. Mantiene el estilo romático de su maestro Landesio, pero llega a un estilo un poco más realista, objetivo, científico”.

Ese maestro, el pintor italiano Eugenio Landesio, enseñaba en la Academia de San Carlos, la primera academia de Bellas Artes en el continente americano (ahora parte de la UNAM), y dejó una marca indeleble en Velasco.

Su obra siempre mantuvo ese acento romántico que busca exaltar la naturaleza, en línea con el movimiento artístico de la última parte del siglo XIX que estaba dando sus últimos coletazos.

Como concordaba con el canon del momento, mientras que las pinturas de los impresionistas eran rechazadas en las exposiciones del Salón en Francia, las de Velasco eran aceptadas, y laureadas.

“Es un artista muy sobrio, muy serio”, indica Sobrino.

Su México

José María Velasco sazonó ese academicismo de origen europeo con toques de la tradición y el paisaje de su país.

E hizo precisamente lo que declaró en esa esquina de esa pintura: pintó México.

Particularmente su México, pues, así como no exploró otros caminos en el arte, a diferencia del común de los paisajistas, Velasco no era muy dado a partir con sus pinceles y pinturas a lugares distantes en busca de horizontes desconocidos.

Viajó poco y ni siquiera pintó en su periplo más largo, a la Exposición Universal de 1889, cuando recorrió Europa durante un año.

Según su biógrafo Luis Islas García, de esa experiencia cosechó “fotografías de los principales monumentos; extrañeza por el Impresionismo; alarma por las costumbres y una publicidad merecida”.

“La extrañeza, mejor, el desdén que tuvo por la pintura que conoció en Europa le salvó de influencias quizá perniciosas, y siguió pintando con su estilo propio, sin preocuparse de los pintores extranjeros”, añadió ese autor.

En tierras remotas, conoció la nieve, pero en su obra solamente aparece en los picos de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. También conoció el mar, pero sólo lo pintó una vez.

Vista panorámica del conocido cerro del Cabrío, ubicado en la zona de San Ángel,
Museo Nacional de Arte, INBAL, Ciudad de México
“El Cabrío de San Ángel”, 1863.

A todas luces, lo que lo inspiraba infinitamente era su entorno, desde los detalles de la topografía, flora y fauna, hasta los panoramas magníficos e inagotables, así como los cambios introducidos por los humanos, incluida la llegada de la industrialización.

Esos humanos, sin embargo, a menudo están ausentes.

“La figura humana sólo aparece cuando necesita subrayar la desolación o la grandeza solitaria de la naturaleza, en medio de la cual el hombre es siempre un intruso”, observó el poeta, ensayista y premio Nobel Octavio Paz en 1942.

Cabe anotar que Paz no tenía una opinión muy amable del pintor.

“Frío, riguroso, insensible y lúcido, JMV sólo es una mitad del genio. Pero es una mitad que nos advierte de los peligros de la pura sensualidad y de la sola imaginación”, concluyó.

No obstante, la apreciación del arte cambia dependiendo del momento y de los ojos que lo miran.

Muchos aprecian no sólo el registro que dejó de una época, sino la majestuosidad de sus paisajes, así como sutilezas en tonalidades y luces, y la manera en la que plasmó capas de historia, celebrando la identidad mixta mexicana.

“Hay como un proyecto intelectual que transmite a través de su obra: te cuenta de la historia, te cuenta de la ciencia”, apunta Sobrino.

De la historia y de la ciencia

Efectivamente, Velasco solía retratar más que un paisaje; retrataba historia.

A veces, esa historia era larga, como la que aparece en sus cuadros del Valle de México.

Valle de México, con lagunas, rocas, caminos, ciudades y montañas
Museo Nacional de Arte, INBAL, Ciudad de México
“Vista del Valle de México desde el cerro de Santa Isabel”, 1875. (Foto: Francisco Kochen)

En el fondo, la modernidad: los contornos de la capital de la República, al lado del lago Texcoco.

Hacia el centro, la basílica de Guadalupe, una huella del pasado colonial.

Está en la ladera del cerro del Tepeyac donde, según la tradición católica, se le apareció la Vírgen de Guadalupe al indígena Juan Diego en el siglo XVI, cuando empezó la conquista española y las tradiciones se mezclaron.

En primer plano, la pintura recuerda el pasado prehispánico, con una indígena y sus dos hijos.

En la versión de 1877 que aparece al principio de este artículo, los indígenas fueron reemplazados con dos símbolos patrios: un nopal y un águila.

Según la leyenda, los mexicas escucharon el llamado del dios Huitzilopochtli de ir a buscar su tierra prometida, que reconocerían cuando vieran un águila posada en un nopal con una serpiente en su pico.

La encontraron en una isla en medio de unas lagunas en el centro de México, y ahí fundaron Tenochtitlan, hoy el centro histórico del DF.

La obra llegó a conocerse como México 1877, un indicio de su importancia para la identidad nacional de México.

En otros de sus cuadros, se remonta aún más atrás en el tiempo.

El cerro de Atzacoalco, ubicado en el Valle de México, con sus características rocas y vegetación
Museo Nacional de Arte, INBAL, Ciudad de México
“Rocas del cerro de Atzacoalco”, 1874.

“Estaba enterado de desarrollos recientes en geología, los cuales indicaban que la edad de la Tierra era de millones de años en lugar de miles, como se pensaba”, explica Sobrino.

“Comenzó a estudiar la forma en que se depositan las rocas”.

Y ese Valle de México tan cercano a sus afectos era un lugar ideal.

“Su base es volcánica, por lo tanto los geólogos estaban muy interesados en cómo se formó, y él decidió observar más de cerca esas increíbles rocas erráticas glaciares”.

Las retrató tan bien que cuando envió una de sus pinturas a EE.UU. en 1876, “la geóloga mexicana María Lamberson la usó para ilustrar su conferencia acerca de geología”.

Pintura sin terminar de vegetación y planta separada
Archivo José María Velasco, Museo Kaluz, Ciudad de México
“Hojas de Mafafa”. (Foto: Jorge Vertiz)

Su maestría en pintar las rocas no sorprende al tener en cuenta que, como muchos artistas de la historia, a Velasco le interesaba profundamente la ciencia.

En la Academia había estudiado botánica, zoología, geografía y arquitectura, y tras graduarse siguió instruyéndose sobre estas y otras materias.

Esos conocimientos se volcaban en el lienzo, produciendo imágenes puntillosamente exactas.

Al mirarlas con detenimiento descubres detalles que justifican el que Octavio Paz lo llamara anfibio, por ser un artista que vivía entre el arte y la ciencia.

Vegetación exhuberantemente verde
Museo Nacional de Arte, INBAL, Ciudad de México
“Bosque de Pacho”, 1875.

“En Velasco se da una convergencia de monumentalidad y de capacidad para reproducir en el grano más fino el detalle de las rocas, plantas y cielos”, afirmó el escritor Adolfo Castañón.

“Esto no podría haberse dado sin una formación de dibujante científico”, añadió.

Su legado, de hecho, se extiende a las ciencias naturales y sociales.

Creó una serie de estampas sobre la evolución de la flora y fauna terrestre y marina, que convirtió en fuente de estudio de la ciencia en su país, por lo que en 1881 fue nombrado presidente de la Sociedad Mexicana de Historia Natural.

Al final

Durante los últimos años de su vida, a José María Velasco le afligió el corazón, literal y figurativamente.

Pero ni su deterioro físico ni la tristeza que lo invadió impidió que siguiera pintando.

Una de las obras más llamativas de esa época es “El Gran Cometa de 1882”, el cual fue tan brillante que podía ser observado incluso durante el día, cerca del Sol, y fue visible a simple vista en México hasta febrero de 1883.

Cometa en el cielo reflejado en lago
Secretaría de Cultura de Veracruz
“El Gran Cometa de 1882”, 1910. (Colección Museo de Arte del Estado de Veracruz)

“Cuando lo vio, Velasco hizo algunas anotaciones, pero sólo lo pintó en versión grande en 1910”, explica Sobrino.

“Muestra de una manera poco común cuán consciente estaba de la situación política mexicana pues en ese año fue el del fin del régimen de Porfirio Díaz y el inicio de la Revolución Mexicana”, añade.

Además, en 1910 se avistó el cometa Halley.

Con su cola blanca reflejada en un lago plateado que se disuelve en la sombra, el cometa de Velasco es una metáfora.

Evoca momentos cargados de simbolismo en México, como el avistamiento del cometa por Moctezuma en 1517, antes de la llegada de los españoles en 1519, conectando largas historias y momentos de gran cambio, resalta el curador.

Moctezuma observando un cometa
Getty Images
Como un presagio funesto consideró Moctezuma II, entre otros aconteceres, la aparición de un gran cometa. (Fray Diego Durán, Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme, t. I, cap. LXIII).

Siguió pintando hasta el fin de sus días, aunque a una escala más pequeña.

Sus últimas obras eran tamaño postal.

El 26 de agosto de 1912 tomó una de esas tarjetas de 9×14 centímetros en las que para entonces recreaba con óleo las imágenes que guardaba en su imaginación.

Y, “según María Elena Altamirano Piolle, la bisnieta de Velasco -cuenta Sobrino-, pintó el cielo por la mañana y murió por la tarde”.

Archivo José María Velasco, Museo Kaluz, Ciudad de México
Archivo José María Velasco, Museo Kaluz, Ciudad de México
“Estudio de nubes”, 1912. (Foto: Jorge Vertiz)

*La exposición “José María Velasco, A View of Mexico” estará en la National Gallery de Londres hasta el 17 de agosto de 2025 y a partir el 27 de septiembre en The Minneapolis Institute of Art en EE.UU.

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BBC

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