¡Que no se te pase! Saca el calendario y anota cuándo será el próximo eclipse solar en México, pues será un espectáculo maravilloso. Y tranqui, aquí te contamos todos los detalles para que disfrutes de él con todas las medidas de seguridad.
Aunque los eclipses de Sol ocurren aproximadamente dos veces al año, no son visibles en todo el planeta. Sin embargo, el próximo sí podrá disfrutarse en México.
Mira: NASA quiere llevar tu nombre a la luna de Júpiter en su misión Europa Clipper y así puedes hacerlo
La fecha es el sábado 14 de octubre del 2023 y este será visible en Estados Unidos, México y otros países de Centro y Suramérica.
De acuerdo a la NASA, la trayectoria del eclipse solar de octubre comenzará en Estados Unidos, viajando por la costa de Oregón a Texas. Ahí seguirá su camino hacia México, Belice, Honduras y Panamá.
Y agárrate, que el 08 de abril del 2024 tendremos un eclipse solar total.
Aunque el eclipse de Sol pasa por nuestro país, la mejor vista solo la tendrán tres estados: Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
Eso no quiere decir que en el resto de México no veamos parte del fenómeno, solo que lo veremos como uno parcial.
Aparta tu mañana, pues de acuerdo al Instituto de Astronomía UNAM, el eclipse inicia a las 09:30, su punto máximo será a las 11:09 y termina a las 12:50 (hora de la capital).
Por si no recuerdas tus clases de primaria: un eclipse solar ocurre cuando la Luna se coloca entre el Sol y la Tierra, por lo que tapa por unos instante la luz solar y el día se oscurece.
Pero ojo, hay varios tipos de eclipses solares:
Pero ojo, por la trayectoria en México lo veremos como un eclipse solar parcial.
Aunque nos gane la fascinación por el cielo, ¡nunca mires directamente al Sol! Pues aunque se trate de un eclipse, esto puede dañar tu visión.
Para ver un eclipse solar necesitas gafas especiales para ver el sol, con certificación internacional ISO 12312-2. También pueden servir las gafas para soldar (del número 14 o superior) que venden en ferreterías y tlapalerías.
Si eres muy pro tener un telescopio que cuente con un filtro solar certificado.
Y no, sin importar qué tan oscuros parezcan o que te pongas cinco al mismo tiempo, los lentes de sol regulares no sirven.
Para adentrarte en el firmamento: Observatorios y planetarios en México que debes visitar
La NASA también advierte NO mirar al Sol a través de una lente de cámara, telescopio, binoculares o cualquier otro dispositivo óptico mientras usas tus anteojos para eclipses o un visor solar de mano. “Los rayos solares concentrados atravesarán y quemarán el filtro, y entrarán en tus ojos, causando lesiones graves”, menciona la agencia.
Otra alternativa para observar el evento natural sin riesgo es con métodos indirectos.
Por ejemplo utilizando un cartón que tenga un pequeño orificio de 4 milímetros de diámetro, espacio por donde entrará la luz del Sol y el astro se proyectará en el piso facilitando la observación de eclipse sin riesgo alguno.
Acá te dejamos el tutorial paso a paso para hacer tu propio proyector de eclipses usando una caja de cartón, una hoja blanca de papel, cinta adhesiva, tijeras y papel de aluminio.
Con el Sol detrás de ti, la luz solar pasará a través de un agujero perforado en el papel de aluminio pegado sobre un agujero a un costado de la caja.
Mira dentro la caja a través de otro agujero cortado en la caja para ver la imagen proyectada. ¡Nunca mires al Sol a través del agujero!
Aquí te dejamos el tutorial de la NASA usando una caja de cereal:
Te puede interesar: La carrera por llegar al polo sur de la Luna, la región más desconocida de nuestro satélite
Afortunadamente, hay varios grupos especializados que estarán armando eventos para que veas el eclipse de Sol de forma segura.
Uno de ellos es organizado por la Sociedad Astronómica de México. La cita es en el Planetario Joaquín Gallo (Miguel Laurent #133, Portales Norte) de 08:30 a 14:00.
Igual puedes lanzarte al picnic gratuito en las Islas de la UNAM donde tendrán varias actividades. El picnic bajo la sombra iniciará a las 9:36 y habrá personas que guiarán al público para ver de manera segura el eclipse a través de métodos indirectos (¡hay que proteger los ojitos!).
UNIVERSUM estará presente en este evento de las Islas de la UNAM donde igual tendrán observaciones con telescopios con filtros y a través de un observatorio solar.
Las redes de Ruta Eclipse también comparte métodos seguros de observación y pueden resolver tus dudas.
Igualmente la NASA tendrá una trasmisión en vivo del eclipse solar para que lo veas de forma 100% segura:
Ya está en Netflix la última adaptación al cine de la famosa novela mexicana. Una obra que supo identificar elementos centrales de la vida y la idiosincrasia de los mexicanos. Acá te explicamos por qué Pedro Páramo terminó siendo tan ilustrativa de este país inabordable.
Y está luego porque, si bien es una de las tres o cuatro novelas insignes mexicanas, Pedro Páramo no entra en los moldes y códigos usuales de la literatura: es compleja, ambiciosa, enigmática, intensa. Y por eso, muy mexicana.
Ahora la novela, precursora del llamado “boom latinoamericano” y descrita por Jorge Luis Borges como “una de las mejores de las literaturas de lengua hispánica, y aun de la literatura”, llegó al cine.
Es la cuarta vez que se intenta una adaptación cinematográfica de la novela. Se hizo en 1966, 1978, 1981. Y la nueva es, probablemente, la más ambiciosa.
La produjo Netflix. La dirigió Rodrigo Prieto, un reputado cinematógrafo mexicano. La escribió Mateo Gil, un laureado guionista español. Y ha generado, como era de esperarse, críticas y elogios enérgicos, porque el reto es mayúsculo, casi inabordable.
Este es un libro colosal de solo 132 páginas. Propone un abordaje profundo, amplio y trascendental de México. Lo hace con innovaciones conceptuales, narrativas y visuales.
Y es tan emblemático porque expuso facetas de la mexicanidad que quizá hoy parecen obvias, pero que en los años 50 se estaban empezando a identificar, y hoy siguen vigentes.
Rulfo, en parte por su condición de huérfano, de víctima de guerras civiles, de curioso viajero, supo no solo identificar, sino mágicamente exponer cinco de las facetas de México que acá recogemos de manera breve.
Como le muestran al mundo cada 1 y 2 de noviembre, los mexicanos tienen una íntima relación con la muerte: la acogen, la honran, la tienen en cuenta.
Y Pedro Páramo es, sobre todo, una novela de fantasmas.
La premisa de la novela es más o menos esta: el joven Juan Preciado viaja al pueblo de Comala tras la muerte de su madre en busca de su padre, Pedro Páramo, un cacique y patriarca en tiempos de guerra civil que sufre una pena de amor.
Preciado, alucinado y confundido, se encuentra con personajes que, como el pueblo, parecen estar en tránsito hacia la muerte.
Juan Villoro, un escritor mexicano, explicó en una conferencia de 2016 sobre el tema en el Colegio Nacional mexicano: “Los fantasmas de Rulfo no son para dar miedo, sino fantasmas en pena, ánimas que están tratando de llegar al más allá, y no llegan (…) Los fantasmas de Rulfo, al ser pobres, son fantasmas de verdad”.
Preciado busca a su padre, pero en el camino se da cuenta que está en el mismo tránsito que los personajes que se topa.
“Ha atravesado —elabora Villoro— el río de la inmoralidad y pasa la historia buscando un segundo río que le conceda la muerte, la muerte como bendición (…) Los personajes esperan no solo una muerte física, sino también una muerte que los redima moralmente”.
Una muerte, pues, entendida a la mexicana.
Pedro Páramo es, también, una novela sobre la realidad social de un país.
Julia Santibáñez, escritora y gestora cultural, explica: “Rulfo sufrió las consecuencias de la guerra y fue víctima de la economía que surgió de las guerras (…) La pobreza, la exclusión y la violencia no son solo temas que le importan, sino que vivió y que están en la novela de manera tentacular, en cada página”.
Los padres del escritor murieron cuando él tenía menos de 10 años en plena Guerra Cristera por las reformas liberales de una revolución que recién terminaba. Rulfo se crio en orfanatos, no fue a la universidad y trabajó en la burocracia del Estado y fundaciones, cargos que le permitieron viajar y ver el país de primer mano.
Volvemos con Villoro: “Rulfo plantea una historia de aquellos que han sido expulsados de la historia de los hechos. Son tan pobres, están tan desposeídos, que ni siquiera tienen derecho a que nada les suceda: no tienen propiedad, destino propio ni historia”.
Esta es una novela sobre los excluidos. Una obra sobre un país de pobres. Una realidad social que en 70 años ha cambiado, pero que en muchos sentidos sigue igual: hoy, uno de cada tres mexicanos es pobre y la desigualdad está entre las cinco más agudas del mundo.
La novela, según Villoro, “nos hace preguntarnos cuántos mexicanos están en la condición de expulsados de la historia”.
Hay expresiones de los personajes de Pedro Páramo que, aunque sea inventadas por Rulfo, parecen sacadas de la calle en cualquier rincón de México.
Santibáñez explica que Rulfo “puso el centro de gravedad en el lenguaje y creó un lenguaje que se parece al del campo, pero que no es estrictamente igual y podríamos morir pensando que es el lenguaje del campo”.
Y esa, según Villoro, fue la clave de la gran innovación lingüística de la novela, porque “toma elementos del habla popular, pero lo recrea de tal manera que el habla popular se convierte en algo más auténtico que lo que dicen los campesinos (…) Es algo incluso más auténtico que el mundo de los hechos”.
Qué puede parecer más mexicano, así no lo sean del todo, que adjetivos como “desconchinflado”, o arcaísmos como “si consintiera en mí”, o frases involuntariamente poéticas como “tú que tienes los oídos muchachos”, o enunciados redundantes como “esto prueba lo que te demuestra”.
Los mexicanos tienen expresiones, dialectos, formas que revelan parte de su idiosincrasia: van desde expresiones simples como “a poco” y “qué crees” hasta construcciones complejas como “de tocho morocho” y “nos cayó el chahuistle”.
Y Rulfo, más que hacer el ejercicio periodístico de reportar las expresiones más mexicanas, creó otras tan originales, tan mundanas, tan cercanas, que parecen sacadas de la boca de cualquier habitante de este país.
La vida de Rulfo estuvo, no precisamente por razones felices, en constante movimiento: cuando joven vivió en varias partes del diverso estado de Jalisco, pasó tiempo en Guadalajara y Ciudad de México y, ya adulto, recorrió el país como parte de sus labores como burócrata, investigador y fotógrafo aficionado.
Gracias al movimiento conoció las regiones de México, un país que tiene todo tipo de ecosistemas, pero que en su mayoría se conoce como un espacio seco, árido, caliente e inhóspito.
Dice Villoro que Comala, el pueblo donde trascurre la novela, remite el comal, esa plancha de barro sobre la cual los mexicanos han cocinado sus alimentos durante siglos, porque se trata de un lugar caliente y seco.
Famosa es esta frase de uno de los personajes: “Dicen que en Comala los que se mueren y se van al infierno regresan a Comala por su cobija”.
“Es un paisaje filtrado, indeciso, intermedio, inseguro; lo que ves está tamizado; hay nieblas, polvo, tolvaneras, humo, oscuridad, sombras que tienen eco”, explica Villoro.
Pero además de esta recreación precisa del espacio mexicano, Rulfo también hizo un análisis político sobre la tierra, que tras la revolución habría de ser distribuida equitativamente, pero la promesa se rompió.
“El reparto que hubo a consecuencia de la revolución fue terrible, porque se supone que se repartió para responder a las exigencias revolucionarias, pero luego se supo que eran arenales, tierras no cultivables como son las tierras de Comala”, señala Santibáñez.
Pedro Páramo es, también, un perfil crítico del hombre mexicano.
Un quinto elemento del retrato que hace Rulfo de México tiene que ver con la figura del patriarca en una sociedad machista: Pedro Páramo, el cacique en Comala, es padre de niños que no reconoce, revolucionario que traiciona la revolución y tirano que asesina a sus adversarios impunemente.
“No es que Rulfo tuviera una preocupación por el machismo o una mentalidad feminista, sino que identificó algo central de la personalidad del mexicano”, dice Santibáñez.
Alrededor del 40% de las familias mexicanas, según datos oficiales, carecen de una figura paterna. Eso ocurre hoy, pero viene de décadas atrás.
“Pedro Páramo es la figura del padre tiránico de la familia mexicana”, dice Villoro.
Y lo es por varias razones: porque abandona a sus hijos, porque administra el poder de manera arbitraria y traicionera y porque lleva el desamor de Susana San Juan de manera arrogante y arbitraria.
Una faceta que, en general, sigue vigente en la cultura mexicana, según Santibáñez: “Pedro Páramo bien le podría cantar a Susana una canción de Luis Miguel diciendo ‘tengo todo excepto a ti’”.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.