En respuesta a los importantes cambios de contexto en Siria, incluyendo el desplazamiento sustancial causado por las hostilidades en curso en la parte norte del país, Médicos Sin Fronteras (MSF) brindamos asistencia crítica a decenas de miles de personas desplazadas. Según las autoridades locales, más de 80 mil personas han sido desplazadas a las zonas de Tabqa, Raqqa y Hassakeh.
En Tabqa, el estadio y las escuelas se utilizan para recibir y albergar a las personas desplazadas. La situación en estos lugares es terrible. Las temperaturas descienden por debajo de los cero grados y la gente no tiene mantas ni abrigos adecuados. Las instalaciones no están diseñadas para albergar a las personas. Las letrinas, el agua potable y los alimentos son insuficientes, ya que las autoridades no han tenido tiempo ni recursos suficientes para prepararse adecuadamente. Los servicios médicos existentes en algunas zonas que reciben a personas desplazadas se han visto rápidamente desbordados por la afluencia de gente.
“Por ahora no tenemos ningún plan. No podemos ir a Qamishli o Kobane (Ain Al Arab) por falta de dinero, no podemos permitírnoslo. Esperamos buenas noticias todos los días para ver si podemos regresar. Incluso si tuviera dinero, volvería a mi pueblo en Afrin. Somos originarios de Afrin. Esta fue la segunda vez que nos desplazamos. Hubo ataques aéreos, disparos, así que abandonamos la zona. Esperamos que algún día podamos regresar a nuestro pueblo. Ahora la situación ha cambiado todo”, contó una mujer desplazada.
En MSF recibimos informes de personas desplazadas que se enfrentan a múltiples violaciones durante su viaje desde Tal Rifaat (Shahba), en el norte de Alepo, hasta el noreste de Siria. “Shahba parecía una pesadilla, no sabíamos qué estaba pasando. En el camino nos topamos con demasiadas personas armadas. Nos amenazaron. “Les seguiremos”, dijeron. Nos dijeron malas palabras. En medio del viaje, después de medianoche, había un convoy de 400 coches o más. Personas con linternas y uniformes militares nos detuvieron. Les gritaron a las personas que les dieran sus teléfonos; vestían uniformes militares, pero no sabemos quiénes eran”, dijo un hombre desplazado.
“La situación a la que se enfrentan las personas desplazadas es abrumadora”, afirma Allen Murphy, responsable de los programas de MSF en el noreste de Siria. “La población necesita urgentemente acceso a servicios esenciales, como atención médica, agua potable y refugio, ya que la temperatura está bajando considerablemente. En la situación actual, también existe el riesgo de nuevas olas de desplazamientos”.
Durante la semana pasada, los equipos de MSF distribuyeron más de 10 mil botellas de agua, 200 tiendas de campaña grandes, paquetes de fórmula para bebés y pañales, mantas y colchones a las personas que más lo necesitaban en Tabqa. Estos suministros esenciales son vitales para garantizar la salud, el confort y la dignidad de quienes se han visto obligados a huir de sus hogares.
Además de proporcionar estos artículos, también hemos llevado a cabo actividades para mejorar el acceso al agua potable, incluyendo el transporte de agua en camiones a centros colectivos, la provisión de refugios de emergencia y el funcionamiento de clínicas móviles para proporcionar atención médica que se necesita con urgencia.
“Estamos comprometidos a seguir respondiendo a las nuevas necesidades que van surgiendo en la población”, afirma Martine Flokstra, responsable de operaciones de MSF en Siria. “Sin embargo, la magnitud de las necesidades supera la capacidad y los recursos disponibles de los equipos de respuesta. Las poblaciones vulnerables, muchas de las cuales han sufrido desplazamientos múltiples veces, requieren un aumento urgente y drástico de la asistencia humanitaria para apoyarlas”.
La situación de seguridad que nuestros equipos están viendo sobre el terreno en el noreste de Siria se caracteriza por una violencia localizada constante y hostilidades activas con amenazas potenciales de países vecinos, que presentan un riesgo inmediato para la seguridad de la población civil.
“Los desafíos que enfrentan las personas no se solucionan de la noche a la mañana, y el contexto es de inestabilidad y desplazamiento en curso, por lo que, aunque muchas personas actualmente están optando por regresar a Siria, sigue siendo fundamental que se trate de una elección voluntaria”, añade Flokstra.
Médicos Sin Fronteras hace un llamado a la protección de la población civil y a todas las partes en conflicto para que adopten todas las medidas necesarias para evitar que la población siria siga sufriendo y siendo desplazada. Además, pedimos el acceso seguro a las poblaciones afectadas de parte de las organizaciones humanitarias, para que puedan brindar servicios vitales de forma eficaz.
En el noreste de Siria, MSF apoyamos clínicas de atención primaria que brindan atención a personas con enfermedades no transmisibles, incluyendo programas de salud mental y apoyo psicológico; unidades de hospitalización y ambulatorias para el tratamiento de la desnutrición; y una sala de emergencias. En el campo de Al-Hol, MSF también gestionamos una planta de purificación de agua por ósmosis inversa para proporcionar agua potable a la población.
Además, los equipos de MSF responden con frecuencia a brotes de sarampión y cólera, al tiempo que mantienen capacidad para gestionar otras emergencias.
Actualmente, Médicos Sin Fronteras no trabajamos en las zonas que hasta hace poco estaban controladas por el anterior gobierno sirio.
El grupo islamista que lideró la ofensiva que derrocó al régimen de Al Assad, HTS, utiliza una bandera muy similar a la que usan los talibanes en Afganistán desde hace décadas.
El nuevo primer ministro interino sirio, Mohamed al Bashir, presidió el martes su primera reunión en Damasco.
Detrás de Al Bashir ondeaban dos banderas: la “bandera de la revolución” siria, que es verde, blanca y negra con tres estrellas rojas en el centro, y una bandera blanca con el juramento musulmán de fe transcrito en negro.
Esta segunda bandera, que es la que utiliza oficialmente el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), que controla partes de Siria, se parece a la bandera de los talibanes, que fue reinstaurada en Afganistán cuando el grupo islamista retomó el control del país en 2021.
HTS y otros grupos armados de la oposición tomaron el control de Siria cuando el régimen de Bashar al Assad cayó el 8 de diciembre.
El grupo había avanzado hacia el sur desde su bastión en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, a fines de noviembre.
Desde entonces, el líder del grupo, Abu Mohammed al Jolani (ahora conocido como Ahmed al Sharaa), ha estado tratando de tranquilizar a los sirios diciendo que habrá un gobierno unificado que represente a todas las diversas facciones minoritarias dentro del país, y que ningún grupo será perseguido.
También ha estado tratando de tranquilizar a la gente diciéndoles que no deben temer a un sistema de gobierno islámico.
Sin embargo, la aparición de esta bandera blanca ha suscitado un debate entre los sirios sobre qué mensaje envía sobre el futuro político de Siria.
El incidente “dejó a mucha gente en estado de shock”, informa el corresponsal especial del Servicio Árabe de la BBC, Feras Kilani, desde Siria.
“Esto sugiere que el nuevo gobierno podría seguir el modelo talibán y crear un Estado islámico gobernado por la ley sharía”, dice Kilani.
La sharía es el sistema legal islámico que, en su conjunto, es un código de conducta que determina todos los aspectos de la vida de los musulmanes.
Algunas personas expresaron su “decepción” por la aparición de la bandera en las redes sociales.
El activista político y periodista sirio Rami Jarrah dijo que la exhibición de una bandera islámica detrás de Al Bashir cuando se dirigía a los sirios es “un insulto”.
“Se supone que este hombre representa a los sirios de todos los orígenes religiosos, esto es un insulto escandaloso para todos nosotros”, escribió en X.
Otros han expresado su oposición a que se enarbole “cualquier bandera junto a la bandera de la revolución” en las instituciones gubernamentales.
“Hemos terminado con el partido Baaz y no queremos entrar en otro ciclo de agitación”, afirmó el periodista Nedal al Amari en X.
Pero otros sirios no tienen ningún problema con la bandera blanca, pues creen que no significa necesariamente que el gobierno talibán vaya a ser el modelo a seguir en Siria.
Algunos dicen que podría considerarse como la bandera de su partido, “siempre que permitan que otros partidos políticos estén representados” en Siria.
Los talibanes en Afganistán siguen una ideología sunita y yihadista extrema.
El grupo ha estado usando la bandera blanca con el juramento musulmán de fe escrito en negro desde que llegó al poder por primera vez en Afganistán en 1996.
HTS también ha estado usando esta misma bandera durante algún tiempo, y aparece en instituciones civiles que brindan servicios en la ciudad de Idlib.
Si bien la bandera de HTS y los talibanes es similar, un alto funcionario del gobierno talibán le dijo a la BBC que los dos grupos “no la han copiado el uno del otro”.
El gobierno talibán en Afganistán ha estado celebrando los logros políticos y militares de HTS en Siria, y expresó la esperanza de que esto conduzca al establecimiento de un “gobierno islámico” en el país.
Los partidarios de los talibanes y algunos de sus aliados distribuyeron dulces en reuniones en muchas provincias para celebrar la salida de Al Assad del poder.
La “conexión ideológica” entre los talibanes y HTS es una de las razones por las que los primeros se identifican con los segundos en Siria.
Un alto funcionario talibán, que trabaja en la oficina presidencial, escribió en su cuenta X: “La historia de Kabul y Damasco es la misma, ambas cayeron un domingo, ambas fueron capturadas en 11 días y los líderes de ambos países huyeron”.
Esa misma bandera apareció detrás de Al Jolani en su entrevista con CNN la semana pasada, junto a la “bandera de la revolución”.
Durante la entrevista, dijo que la gente no debería temer a un sistema de gobierno islámico, asegurando que todas las diversas facciones de la sociedad siria estarían representadas.
El experto en grupos islamistas en Siria, incluido el llamado Estado Islámico (EI), Aymenn al Tamimi, le dice a la BBC que el uso de la bandera muestra que HTS quiere representar “un proyecto de gobierno islámico” en Siria.
“Esta bandera es coherente con la posición de larga data [de HTS], mostrándose como representante de los sunitas de Siria”, añade.
Sin embargo, Al Tamimi explica que “sería muy difícil para HTS imponer el mismo modelo de gobierno que los talibanes, ya que la sociedad [siria] en general no aceptaría restricciones como privar a las niñas de la educación superior o el establecimiento de un gobierno autoritario que impida las elecciones populares”.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.