Home
>
Analisis
>
Invitades
>
La estrategia del gatopardo en el IMSS-Bienestar: cambiar todo para que nada cambie
Blog invitado
Blog invitado
Espacio de análisis, blogueo y... Continuar Leyendo
4 minutos de lectura

La estrategia del gatopardo en el IMSS-Bienestar: cambiar todo para que nada cambie

En papel, el IMSS-Bienestar nace como solución al desorden, al desabasto y a la fragmentación del sistema. En los hechos lo que enfrentan hospitales, personal médico y proveedores es un ecosistema de pedidos mal generados, logística fallida, bloqueos administrativos y un trato institucional que raya en la burla. La simulación de la reforma es cada vez más evidente.
09 de diciembre, 2025
Por: José Luis García Rodríguez

En México, la política de salud pública vive una paradoja peligrosa. Dice que es una de las transformaciones más profundas del Estado, pero en su operación diaria reproduce viejos vicios con nuevos nombres. El caso del IMSS-Bienestar es hoy el mejor ejemplo de la estrategia del gatopardo aplicada al sector salud: cambiar la estructura institucional para que, en el fondo, nada cambie realmente. El discurso se transforma, la realidad operativa permanece —o empeora—.

En papel, el IMSS-Bienestar nace como solución al desorden, al desabasto y a la fragmentación del sistema. En los hechos lo que enfrentan hospitales, personal médico y proveedores es un ecosistema de pedidos mal generados, logística fallida, bloqueos administrativos y un trato institucional que raya en la burla. La simulación de la reforma es cada vez más evidente.

El primer gran problema está en el origen de todo: los pedidos mal planeados. Órdenes incompletas, duplicadas con claves erróneas o volúmenes que no corresponden a la demanda real. Se compra sin escuchar al hospital; se ordena sin dialogar con el consumo histórico; se programan insumos sin inteligencia clínica. El resultado es absurdo: almacenes llenos de productos que no se requieren y estantes vacíos de medicamentos esenciales. El sistema compra, pero no abastece; registra, pero no resuelve.

A esta falla estructural se le suma una logística nacional colapsada: retrasos crónicos, rutas ineficientes, entregas parciales e inventarios mal distribuidos. Medicamentos tardan semanas en llegar o arriban cuando el tratamiento ya no es útil. Cada error logístico no es un simple retraso administrativo: es una cirugía pospuesta, terapia interrumpida y complicación evitable. En salud pública la ineficiencia logística también enferma.

El tercer eslabón de esta cadena de disfunciones es el bloqueo sistemático de los procesos de revisión y pago: proveedores que cumplen con entregas enfrentan un viacrucis administrativo: sistemas que no cargan, ventanillas que no reciben, observaciones repetidas sin criterios claros. El derecho al pago se convierte en carrera de resistencia; administración que no audita, desgasta, y mientras tanto la deuda crece en silencio.

Pero quizá el elemento más corrosivo del modelo actual sea la normalización del maltrato a proveedores: no sólo por los pagos tardíos que reciben, sino por una cultura institucional de incumplimiento, promesas vacías y silencios asfixiantes. Financieramente quienes sostienen el abasto son las empresas, muchas de ellas pequeñas y medianas, operando durante meses sin recibir un solo peso, financiando de facto al Estado sin garantías ni certidumbre ni respeto. El gobierno exige puntualidad absoluta, pero responde con retraso crónico.

Nada de esto es casual. La estrategia del gatopardo no busca resolver de fondo, sino administrar el conflicto sin tocar las estructuras reales de poder y control. Se centraliza la operación, se concentran las decisiones, se desmontan esquemas previos, pero no se construyen capacidades técnicas suficientes. Se privilegia la narrativa política sobre la logística, la propaganda sobre la planeación, el control sobre la eficiencia.

El costo de esta simulación no es abstracto. Se mide en pacientes sin medicamento, en médicos sin insumos, en proveedores al borde de la quiebra. Cada pedido mal planeado y mal hecho, es una cama sin tratamiento. Cada factura no pagada es una cadena productiva que se rompe. Cada retraso logístico es una oportunidad perdida de salvar una vida.

Desde una mirada de política pública, el IMSS-Bienestar opera hoy como un sistema hipercentralizado sin inteligencia operativa. Se transformó la arquitectura institucional, pero se descuidó lo esencial: el pedido correcto, la ruta eficiente y el pago oportuno; cambió la forma, pero no el fondo, justo la esencia del gatopartidismo.

La paradoja es brutal: mientras el discurso oficial responsabiliza históricamente a los proveedores de los males del sistema, en la práctica son ellos quienes sostienen financieramente la operación día a día. Sin créditos públicos, sin financiamiento garantizado y sin reglas claras, el Estado que debería ser el pagador más confiable del país se ha convertido en uno de los deudores más riesgosos.

Lo más inquietante es que este modelo parece funcional al control político: precariedad genera dependencia; caos permite discrecionalidad; adeudo produce sumisión. Un sistema desordenado es más manejable desde el poder, que uno eficiente y transparente.

La salud pública no tolera simulaciones porque el cuerpo humano no entiende discursos; los medicamentos no llegan con propaganda. Hay un sistema que funciona o hay un colapso administrado. Y hoy, bajo lógica del gatopardismo, lo que tenemos no es transformación real sino una reconfiguración burocrática que mantiene intacta la ineficiencia, la opacidad y la deuda moral con pacientes y proveedores.

México no necesita más cambios cosméticos en el sector salud; necesita planeación real, logística profesional, trazabilidad en pedidos, pagos puntuales. De lo contrario seguiremos cambiando todo… para que nada cambie.

* José Luis García Rodríguez es presidente de la Asociación Mexicana para la Distribución Institucional de la Salud, A. C. (@ASMEDISmx).

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Los mapas que muestran las islas caribeñas que están ayudando a EU en sus operaciones militares contra lanchas de Venezuela
10 minutos de lectura

Hasta 7 naciones o territorios en el Caribe están dando apoyo logístico al ejército estadounidense en su despliegue militar.

08 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

La creciente campaña de presión militar del presidente estadounidense Donald Trump sobre Nicolás Maduro en Venezuela cuenta con la oposición de muchos líderes latinoamericanos, pero el apoyo logístico de varias naciones en el Caribe.

En el arco geográfico que va de República Dominicana a Trinidad y Tobago han surgido distintos aliados a la “Operación Lanza del Sur” de Estados Unidos con roles disímiles.

El enorme despliegue de fuerzas militares de la primera potencia del mundo necesita todo tipo de asistencia: pistas de aterrizaje, puntos de abastecimiento, radares en puestos avanzados, maniobras o campamentos para sus soldados. También misiones de reconocimiento o espacio para almacenar equipos.

En agosto de este año, Trump ordenó el envío de tres buques de guerra de la Armada al Caribe Sur para interceptar embarcaciones sospechosas de transportar drogas que salían de Venezuela. Hasta la fecha Estados Unidos realizó más de 20 ataques contra estos botes en aguas internacionales, que causaron la muerte de más de 80 personas.

Un portaviones y dos barcos atraviesan un mar calmo.
Getty Images
Estados Unidos ha desplegado en el Caribe su mayor operación militar en años.

Desde entonces, el despliegue acumula en aguas de la región al menos 12 buques de guerra, un submarino nuclear, aviones, helicópteros y drones, además dos portaviones: el USS Gerald R. Ford y el Iwo Jima. Se cree que el número de efectivos militares supera ya los 15.000.

“En general, es probable que los aliados en el Caribe proporcionen vigilancia, logística o apoyo de contingencia, siendo la República Dominicana la nación que más explícitamente lo está haciendo”, le dice a BBC Mundo Evan Ellis, profesor e investigador de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.

“Pero todos evitarán ser puntos de lanzamiento de ataques ofensivos, a menos que las circunstancias cambien”, añade.

Mapa que muestra las naciones alrededor del Mar Caribe
BBC

Washington asegura que su objetivo es frenar el tráfico de drogas hacia EE.UU., pero tanto Caracas como numerosos observadores creen que lo que se pretende es forzar un cambio de gobierno en Venezuela.

De hecho, la mayor parte del tráfico de drogas que los carteles latinoamericanos envían al norte el pasa por el Océano Pacífico oriental -el 74% de los envíos según la DEA- y no es ahí donde se concentran ahora mismo las operaciones militares.

“El hecho de que la administración Trump presente las operaciones antidroga como un acto de autodefensa nacional marca un giro profundo en la política exterior estadounidense”, afirma Björn Beam, responsable de Investigación Tecnológica y analista geopolítico senior de la firma Arcano Research.

Beam explica que al declarar un “conflicto armado” contra actores no estatales que operan desde territorio venezolano, Washington ha difuminado la frontera entre la lucha contra el terrorismo y el cambio de régimen.

“El resultado es una operación jurídicamente flexible, que podría evolucionar desde ataques limitados en el mar hasta acciones selectivas en tierra, todo ello sin necesidad de contar con la aprobación del Congreso”, añade.

Hasta el momento, además de Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, República Dominicana y Trinidad y Tobago le han dado acceso a EE.UU. a sus infraestructuras, pero hay más.

Estas son hasta la fecha las islas y territorios que están dando cobertura al ejército estadounidense:

Mapa que muestra la situación geográfica de Aruba y Curazao
BBC

Aruba, Curazao y Bonaire

Aruba, Curazao y Bonaire están a 80 kilómetros de Venezuela. Son territorios de ultramar que pertenecen a los Países Bajos y aunque poseen un estatus especial y de autogobierno, su uso para cualquier ataque requeriría, en teoría, autorización del país europeo.

Estados Unidos tiene una base de operaciones avanzada en Curazao y una más pequeña en Aruba. Su misión, según fuentes oficiales, es la detección y monitoreo aéreo de presuntas actividades de narcotráfico aéreo y marítimo.

En sus conversaciones con diplomáticos y altos rangos del ejército, Ellis nota nerviosismo.

“Creo que parte de su preocupación radica en que si Venezuela percibe que apoyan militarmente a Estados Unidos, podría dirigir operaciones contra ellos. Aunque probablemente Maduro no sería tan insensato, hay inquietud ante un posible escenario como este”, dice el experto militar.

Hace tan solo unas semanas, el portal de monitoreo aéreo Flightradar24 documentó la presencia de bombarderos estadounidenses sobrevolando el espacio aéreo entre Aruba y Curazao.

Mapa que muestra la situación geográfica de Trinidad y Tobago
BBC

Trinidad y Tobago

A 11 kilómetros de la costa este venezolana, estas islas son las más cercanas a Venezuela y por lo tanto las más expuestas. Durante mucho tiempo han sido uno de los países más perjudicados por el flujo de migrantes venezolanos y las actividades de diferentes grupos criminales.

El gobierno de Kamala Prisad-Bisisier -que asumió en mayo- ha mostrado posiciones muy proestadounidenses desde el principio. En sus primeros meses al frente del país, se reunió con el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine, para estrechar lazos y favorecer el intercambio de datos de inteligencia militar.

Recientemente el gobierno de Trinidad y Tobago recibió buques de guerra estadounidenses y facilitó entrenamiento de fuerzas especiales de Estados Unidos. Prisad-Bisisier confirmó que infantes de marina estadounidenses operan en el aeropuerto de Tobago, trabajando en una pista, en una carretera y que están instalando y modernizando un radar. Además, varios aviones militares han usado la isla para reabastecerse de combustible.

El gobierno justifica el proyecto como parte de la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico en sus aguas.

“Han apoyado mucho la operación de las fuerzas estadounidenses y ven con buenos ojos la presencia de infantes de marina en el territorio, pero han dejado muy claro que, a menos que Venezuela los ataque, no se lanzarán operaciones ofensivas estadounidenses desde su territorio. Esa es la línea trazada”, explica Ellis.

Un Humvee militar estadounidense en Aguadilla, Puerto Rico, el 30 de noviembre de 2025.
Getty Images
En Puerto Rico se reúnen gran parte de los equipos militares.

República Dominicana

Es otro de los países que se ha visto gravemente afectado por el flujo de drogas, el crimen organizado y la migración en la región y es el que más abiertamente ofreció apoyo logístico a la “Operación Lanza del Sur”.

Desde la primera administración de Trump, el gobierno de Luis Abinader siempre ha estado muy alineado con Washington. República Dominicana se beneficia enormemente del turismo que llega desde Estados Unidos y del acceso al mercado estadounidense a través del Tratado de Libre Comercio CAFTA-DR.

“Esta lucha contra el narcotráfico constituye una prioridad para su administración [la de Trump], por tratarse de una amenaza que afecta la estabilidad nacional y regional”, afirmó Abinader.

“Esta lucha es esencial para proteger a nuestras familias y para preservar la estabilidad. Ningún país puede ni debe enfrentarla sin aliados”, añadió.

En medio de la escalada con Venezuela, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, visitó República Dominicana y firmó una serie de acuerdos, que incluían el uso militar de zonas restringidas de la Base Aérea de San Isidro y del Aeropuerto Internacional de Las Américas.

Mapa que muestra la situación geográfica de República Dominicana
BBC

Además, República Dominicana permite el reabastecimiento de combustible a naves estadounidenses, traslado de equipos y de personal técnico a través de su territorio.

“A Abinader le interesa la cooperación de Trump para contener el problema de Haití, pero la estrategia de las autoridades de República Dominicana de posicionarse como un aliado clave de Washington responde a la ambición de tener un papel más importante en los asuntos regionales”, estima el profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos.

“Por ejemplo, recientemente, el país solicitó integrarse como miembro asociado de Caricom, un espacio clave para el comercio y la cooperación de las naciones del Caribe, lo que aumentaría considerablemente su cooperación en temas como el intercambio de información de inteligencia contra el crimen organizado”, dice Ellis.

El apoyo a las operaciones de Estados Unidos se presenta como temporal, técnico y limitado, enfocado en reforzar vigilancia aérea y marítima contra el crimen organizado transnacional.

Mapa que muestra la situación geográfica de la isla de Granada
BBC

Granada

La distancia entre la isla de Granada y Venezuela es de aproximadamente 145 km en línea recta a través del mar Caribe.

EE.UU. solicitó instalar equipos de radar y personal técnico de forma temporal en el Aeropuerto Internacional Maurice Bishop. Ellis señala que esta solicitud se remonta al mandato de Biden o incluso antes, pero al parecer está siendo efectiva ahora.

“Como parte de la lucha contra el narcotráfico, Granada necesita un radar para su aeropuerto que le dé visibilidad sobre vuelos con posibles cargamentos. El ejército estadounidense estaba de visita, pero no ha trascendido públicamente si era para la instalación o se llevaron a cabo conversaciones técnicas que ayuden a instalarlo”, afirma Ellis.

Washington es uno de los principales socios comerciales de Granada. El país se beneficia de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), que otorga entrada libre de aranceles a muchos de sus productos.

Granada y Estados Unidos han firmado varios tratados para facilitar la cooperación policial y el intercambio de información y el ejército de EE.UU. ha proporcionado capacitación y equipo a las fuerzas de seguridad granadinas.

Mapa que muestra la situación geográfica de las Islas Vírgenes de Estados Unidos.
BBC

Puerto Rico e Islas Vírgenes de EE.UU.

Los dos territorios estadounidenses, que se encuentran aproximadamente a 800 kilómetros de Venezuela, se están utilizando para albergar personal militar y brindar apoyo logístico a las operaciones.

Según una investigación gráfica realizada por la agencia Reuters, la estación naval estadounidense Roosevelt Road -una antigua base de la Guerra Fría clausurada en 2004- se encuentra en proceso de modernización, con la repavimentación y la ampliación de las pistas, en las que ya están operando aeronaves de gran tamaño, como el gigantesco Boeing C-17 Globemaster, usado por las fuerzas estadounidenses para el transporte rápido de tropas y de suministros.

Además, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció una zona de vuelo restringida que afectará el espacio aéreo frente a la costa sureste de Puerto Rico desde el 1 de noviembre de 2025 hasta el 31 de marzo de 2026.

Esto facilitaría las operaciones militares de alta intensidad cerca del Aeropuerto José Aponte de la Torre. Allí han sido desplegados los cazas F-35 de última generación movilizados por el Pentágono y se han visto operaciones de aviones de combate y transporte.

En estas instalaciones se queda la mayor parte del personal terrestre.

Un helicóptero MV-22 Osprey del Cuerpo de Marines de EE. UU. se encuentra en el Aeropuerto Internacional Mercedita, el 2 de diciembre de 2025, en Ponce, Puerto Rico.
Getty Images
En los últimos tres meses, la antigua base naval de Roosevelt Roads en Puerto Rico se ha reactivado.

También hay registro de aviones militares en el Aeropuerto Henry E. Rohlsen de Islas Vírgenes, que funciona como plataforma operativa y logística para despliegues regionales.

En Saint Croix, la mayor de las Islas Vírgenes estadounidenses, se aloja personal militar adicional en el “Man Camp” de Port Hamilton Refining and Transportation (PHRT).

Y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) reportó que la Base Naval que Estados Unidos tiene en la Bahía de Guantánamo (Cuba) ha aumentado el número del personal militar estacionado permanentemente.

¿Desde donde se lanzaría?

Todo este progresivo aumento de fuerzas lleva a una pregunta. Si hay una operación de Estados Unidos, ¿cuál es el punto en el que se lanzararía?

“Cualquier operación se lanzaría desde múltiples puntos. Personalmente, creo que podríamos ver ataques terrestres limitados antes de una operación de derribo importante”, cree Ellis.

“Si hubiera ataques terrestres limitados, probablemente provendrían de misiles estadounidenses, tal vez los misiles Tomahawk. Porque Venezuela aún tiene algunas defensas aéreas bajo su control. No son las mejores, pero los sistemas rusos S-300, por ejemplo, representan una amenaza para las aeronaves de Estados Unidos”, añade.

Un avión AV-8B Harrier II del Cuerpo de Marines de EE. UU. sobrevuela el Aeropuerto Internacional Mercedita, el 2 de diciembre de 2025, en Ponce, Puerto Rico.
Getty Images
En Puerto Rico se han desplegados los cazas F-35 de última generación.

Por eso, cree el experto, no se lanzarían los F-18 de los portaaviones mientras esas defensas aéreas siguieran funcionando.

“Quizás podríamos ver el despliegue militar de algunas Fuerzas de Operaciones Especiales en el terreno, pero si tuviera que adivinar, diría que los ataques iniciales serían con misiles, simplemente porque es la forma más segura de hacerlo”.

“También se podrían lanzar misiles desde submarinos, ya que con un submarino se puede llegar relativamente cerca. Pero si se realizara una operación mayor, probablemente se necesitarían múltiples bases”.

Según el CSIS, las fuerzas estadounidenses comprometidas actualmente son insuficientes para un desembarco anfibio o una invasión terrestre. Esto requeriría al menos 50.000 soldados. “Sin embargo, los recursos aéreos y navales acumulados en los últimos tres meses han proporcionado suficiente potencia de fuego al Caribe para lanzar ataques aéreos y con misiles contra Venezuela”, explican los expertos del think tank.

Mapas por Caroline Souza y diseño de imagen por Daniel Arce, del Equipo de periodismo visual de BBC Mundo

Línea gris de separación.
BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...