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Policía desaloja edificio de la Universidad de Columbia tomado por manifestantes propalestinos
Policía desaloja edificio de la Universidad de Columbia tomado por manifestantes propalestinos
4 minutos de lectura
Policía desaloja edificio de la Universidad de Columbia tomado por manifestantes propalestinos
Un grupo de policías subió a través de una plataforma instalada en un camión hasta el segundo piso del Hamilton Hall.
30 de abril, 2024
Por: AFP
@AFP 

Decenas de policías entraron la noche del martes al campus de la Universidad de Columbia, en el corazón de Nueva York, y desalojaron un edificio que había sido tomado por estudiantes en protesta por la intervención militar de Israel en la Franja de Gaza.

Todos los manifestantes fueron evacuados de las instalaciones, según medios estadounidenses.

Un grupo de policías -entre ellos decenas de antidisturbios- subió la noche del martes (alrededor de las 01H30 GMT del miércoles) a través de una plataforma instalada en un camión hasta el segundo piso del Hamilton Hall e ingresó en el edificio.

Decenas de personas fueron detenidas y subidas a autobuses policiales, constató la AFP. Afuera del campus la multitud gritaba “¡Palestina libre!”.

“Lo que pasó anoche en el campus no nos dejó otra opción”, escribió la rectora de la universidad, Minouche Shafik, en una carta pública en la que pedía a la policía de Nueva York que interviniera en este establecimiento privado ubicado en Manhattan.

Hasta el 17 de mayo

En la carta, Shafik también pidió a las autoridades que “mantengan presencia en el campus hasta por lo menos el 17 de mayo para mantener el orden y garantizar que no se instalen campamentos”.

De la noche del lunes al martes, los manifestantes se atrincheraron en ese edificio de la Universidad de Columbia y prometieron luchar contra los intentos de desalojarlos, mientras varias instituciones se esforzaban por contener las protestas propalestinas en docenas de campus en todo Estados Unidos.

Policía desaloja edificio de la Universidad de Columbia tomado por manifestantes propalestinos
Foto: AFP

La Universidad de Columbia había advertido que los estudiantes que ocupan el Hamilton Hall corrían el riesgo de ser expulsados.

Los estudiantes respondieron: “Permaneceremos aquí, aprovechando las lecciones de nuestro pueblo (Gaza), que se queda quieto y firme incluso en las peores condiciones”, dijo desde el edificio a los periodistas una manifestante que no quiso dar su nombre.

La ocupación del Hamilton Hall de la prestigiosa universidad ocurrió horas después de que las autoridades del centro dijeran que habían comenzado a suspender a los estudiantes por no cumplir con una orden de desalojo del campamento que habían levantado en los jardines.

El grupo también señaló que había cambiado el nombre del edificio a “Hind’s Hall”, en honor a una niña gazatí de seis años muerta en la ofensiva israelí contra el grupo islamista palestino Hamás.

Entre otras exigencias, los manifestantes pedían que la Universidad de Columbia rechace toda financiación vinculada a Israel. La institución se negó el lunes en la noche y no las partes no llegaron a un acuerdo.

La toma del edificio fue reprobada por el presidente Joe Biden, que en había pedido garantizar la libertad de expresión de los estudiantes y evitar actos antisemitas.

De costa a costa

Las protestas se han extendido por las universidades del país. En muchas se han levantado campamentos en los jardines del campus, después de que alrededor de 100 manifestantes fueran arrestados por primera vez en Columbia el 18 de abril.

El martes, la Universidad de Brown logró un acuerdo para que los estudiantes retiren su campamento a cambio de que la institución celebre una votación sobre la desinversión en Israel, una concesión importante para una universidad estadounidense de élite.

En la Universidad de Carolina del Norte, la policía intervino para despejar un campamento y detuvo a algunos manifestantes.

En Cal Poly Humboldt, en el norte de California, la ocupación de una semana terminó en la mañana del martes con la intervención de la policía y el arresto de una treintena de manifestantes que se había tomado edificios y obligado el cierre del campus.

Policía desaloja edificio de la Universidad de Columbia tomado por manifestantes propalestinos
Foto: AFP

En la Universidad de Texas, en Austin, la policía se enfrentó a los manifestantes el lunes, incluso usando gas pimienta, y realizó arrestos mientras desmantelaba un campamento, sumándose a las más de 350 personas detenidas en todo el país durante el fin de semana.

Paul Quinzi, del gremio de abogados de Austin que ayuda a los detenidos, dijo a la AFP que calculan “al menos 80 arrestos”.

Las protestas contra la guerra de Gaza han planteado un reto a las autoridades universitarias para equilibrar el derecho a la libertad de expresión con las quejas de que las concentraciones han derivado en odio y antisemitismo.

“Derecho de reunión pacífica”

El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, expresó el martes su preocupación por las medidas de mano dura adoptadas para dispersar las protestas y dijo que “la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad”.

Turk añadió que “la incitación a la violencia o al odio por motivos de identidad o puntos de vista, ya sean reales o supuestos, debe ser repudiada enérgicamente”.

Los organizadores de la protesta niegan las acusaciones de antisemitismo, y defienden en cambio que sus acciones están dirigidas al gobierno de Israel y su manejo del conflicto en Gaza.

La guerra de Gaza comenzó después de que Hamás, en un ataque sin precedentes, matara en territorio israelí a 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP de cifras oficiales israelíes.

La represalia de Israel ha matado al menos a 34.535 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio dirigido por Hamás.

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Cómo Dearborn se convirtió en la primera ciudad de mayoría árabe de EE.UU.
8 minutos de lectura
Cómo Dearborn se convirtió en la primera ciudad de mayoría árabe de EE.UU.

Ubicada en las afueras de Detroit, la ciudad de Dearborn tiene un alcalde que es musulmán y árabe y ahí se ubica la mayor mezquita de Norteamérica. Te contamos su historia.

08 de mayo, 2024
Por: BBC News Mundo
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Una tarde de domingo en una panadería llamada Shatila Bakery en Dearborn, Michigan, en EE.UU., se veía a una fila de clientes reunida alrededor de las vitrinas llenas de baklava hojaldrado, montones de meshabek (pastel egipcio) y macarons dorados al estilo libanés.

Mientras los empleados corrían para completar los pedidos, los lugareños hablaban con entusiasmo entre sí en una mezcla de árabe e inglés, y uno de ellos bromeaba con un amigo: “¡Ahí quedan mis planes para comer saludablemente!”.

En muchos sentidos, Chatila es un microcosmos de Dearborn. Fundada por un inmigrante libanés en la década de 1970, la panadería está rodeada de docenas de restaurantes, negocios, mercados, carnicerías halal, peluquerías y mezquitas de propiedad árabe-estadounidense.

Letreros en árabe e inglés se alinean en las dos calles más importantes de Dearborn (Warren Avenue y Michigan Avenue) y durante el siglo pasado esta ciudad ubicada en las afueras de Detroit, que durante mucho tiempo ha sido sinónimo de la fabricación de los automóviles de la Ford Motor Company, se ha convertido en posiblemente el lugar más árabe de EE.UU.

En 2023, Dearborn se convirtió en la primera ciudad de mayoría árabe del país.

La ciudad de 110.000 habitantes alberga tanto el Museo Nacional Árabe Estadounidense como la mezquita más grande de América del Norte.

Es una de las pocas ciudades de EE.UU. cuyo alcalde es a la vez musulmán y árabe, la primera ciudad de EE.UU. que hace del Eid -el fin del ayuno del Ramadán- un feriado pagado para los empleados de la ciudad y uno de los pocos lugares en el país donde se permite que el adhan islámico (llamado a la oración) se transmita desde los altavoces de una mezquita.

Es, como me dijo un lugareño, “la patria lejos de la patria”.

Hoy en día, ofrece a los viajeros una tentadora oportunidad de recorrer Medio Oriente, por así decirlo, mientras exploran cómo los árabes estadounidenses han dado forma a la ciudad y a la nación.

Otro producto Ford

El museo de innovación Henry Ford
Alamy
Dearborn es el hogar del Museo Henry Ford de Innovación Estadounidense y su historia de construcción de automóviles está intrínsecamente ligada a los árabes estadounidenses.

Según Jack Tate, curador del Museo Histórico de Dearborn, la ciudad fue poco más que una tierra de cultivo escasamente poblada hasta principios del siglo XX. Todo eso cambió en la década de 1920, cuando el fabricante de automóviles y futuro magnate de los negocios Henry Ford trasladó la sede de su Ford Motor Company de Highland Park, a 10 millas de distancia, a Dearborn.

“En ese momento era una pequeña comunidad bastante tranquila. Y una vez que se abrió la [nueva] planta, venía gente de todo EE.UU. y de todo el mundo con la intención de trabajar para el señor Ford”, dijo Tate. “Ese fue el gran comienzo para la población de Medio Oriente aquí”.

Cuando Ford comenzó a fabricar sus famosos automóviles Modelo T en 1908, necesitaba trabajadores. El industrial, conocido por sus políticas de contratación racistas hacia los afroestadounidenses y su antisemitismo hacia los judíos, buscaba mano de obra entre los inmigrantes recién llegados del Medio Oriente al área de Detroit.

Pronto, oleadas de trabajadores de áreas ahora pertenecientes a Líbano, Siria, Irak, Yemen y los territorios palestinos acudieron en masa al gran Detroit en busca de estos nuevos empleos bien remunerados. (Incluso hay una leyenda local que dice que Ford una vez le dijo a un marinero yemení en un puerto que su fábrica pagaba a los trabajadores el entonces generoso salario de 5 dólares al día, lo que provocó esa oleada de yemeníes y otras personas de Medio Oriente que llegaron a la zona).

A principios de la década de 1920, la mayoría de los trabajadores de la línea de montaje del Modelo T de Ford eran de ascendencia árabe.

Cuando Ford se mudó a Dearborn, muchos de sus empleados lo siguieron. Esto no sólo transformó la ciudad de una tranquila aldea de 2.400 habitantes a la sede de la planta industrial más grande del mundo, sino que también allanó el camino para que Dearborn se convirtiera en el hogar de la mayor concentración de árabes en EE.UU.

Según el censo de 2020, el 54,5% de los casi 110.000 habitantes de la ciudad afirman tener ascendencia de Medio Oriente o del Norte de África.

Nace un “enclave”

Museo Nacional Árabe Americano
Alamy
El Museo Nacional Árabe Estadounidense es el único museo en EE.UU. dedicado a contar la experiencia árabe americana.

Un imán para los árabes

Según Matthew Jaber Stiffler, director del Centro de Narrativas Árabes, a medida que más árabes y árabes estadounidenses se trasladaron a Dearborn a lo largo de las décadas, se creó una red comunitaria que animó a otros a seguirles.

“Comenzaron a abrir consultorios médicos, restaurantes y tiendas de comestibles, con lo que se crea un enclave. Y luego, desafortunadamente, en sus países de origen (especialmente el Líbano, Yemen, Palestina e Irak) hubo continuos conflictos, que seguían obligando a la gente a migrar. Entonces, Dearborn seguía recibiendo gente nueva porque [ya había] gente aquí [de esos países]”.

Una historia similar fue la de la familia de Amanda Saab. La chef libanesa- estadounidense nació y creció en Dearborn después de que sus padres emigraran aquí en la década de 1970 cuando aún era niña.

Como tantos otros, sus padres se sintieron atraídos por la promesa de empleos en automotrices bien remunerados, y la ciudad les llamó la atención porque otros miembros de su familia ya estaban allí.

[Dearborn] siempre ha sido una especie de faro, el centro, la fortaleza… Todas las cosas que realmente nos conectan con la comunidad y la fe para mí están en Dearborn“, dijo.

En 2015, Saab fue la primera mujer musulmana con hijab en competir en el reality MasterChef USA. En respuesta a la guerra entre Israel y Gaza, creó Chefs for Palestine, una serie de cenas en las que algunos de los mejores cocineros de la zona se reunieron para recaudar dinero en apoyo del Fondo de Ayuda para Niños Palestinos y la Asociación Médica Palestino Estadounidense.

Como explicó Saab, debido a que tantos residentes llegaron a Dearborn en busca de una vida mejor después de soportar conflictos en sus países de origen, la ciudad no sólo ha servido como un refugio de esperanza para los árabes estadounidenses, sino también como un sistema de apoyo para aquellos que tienen familias extensas sufriendo en el extranjero.

“Dearborn es una de las comunidades más hospitalarias, amables y generosas”, dijo Saab.

La cultura de la comida árabe

Una mujer haciendo pan
Alamy
La gente viene de todo el Medio Oeste para comer en los numerosos cafés y restaurantes del Medio Oriente de Dearborn.

Hoy en día, la fuerte presencia árabe en Dearborn quizás se sienta más fuertemente en su escena gastronómica, con amantes de la gastronomía que acuden en masa desde todo el medio oeste estadounidense a sus numerosas tiendas de comida, cafés y restaurantes de Medio Oriente.

“Dearborn es una aventura gastronómica en sí misma”, dijo Saab.

Mientras degustas la cultura del Medio Oriente de Dearborn, también hay mucho que ver.

En 2005, el Centro Islámico de EE.UU. inauguró una enorme mezquita en Ford Road, a sólo dos millas de la sede de la Ford Motor Company. Además de ser la mezquita más grande de América del Norte, también es la mezquita chiita más antigua de EEUU, con espacio para 1.000 personas en oración.

Da la bienvenida a personas de todas las religiones, y los turistas pueden admirar las cúpulas doradas de la mezquita, los altísimos minaretes y la ornamentada caligrafía islámica en su interior.

En el extremo sur de Dearborn, la Sociedad Musulmana Estadounidense también está abierta a todos y ofrece recorridos turísticos. Construida en 1937 y ampliada a lo largo de los años hasta incluir un auditorio que acoge a conferenciantes invitados los fines de semana, fue la primera mezquita en EE.UU. a la que se le permitió transmitir el adhan a través de un altavoz.

Conservando la cultura árabe estadounidense

El jardín patrimonial del Museo Árabe Americano
Dorothy Hernández
Al-Hadiqa, el nuevo jardín del Museo Nacional Árabe Estadounidense, exhibe plantas históricamente cultivadas en todo el mundo árabe.

La fe es una parte central de la vida de muchos de los residentes árabes-estadounidenses de Dearborn, pero no es toda la historia.

Eso es lo que el Museo Nacional Árabe Estadounidense pretende explicar.

El museo, que se anuncia a sí mismo como “el primer y único museo de su tipo en EE.UU. dedicado a registrar la experiencia árabe-estadounidense”, cuenta las historias de la inmigración de la comunidad y muestra notables contribuciones árabe-estadounidenses a la sociedad del país.

Además de sus galerías principales y eventos anuales, como el Festival de Cine Árabe, el museo también inauguró su jardín patrimonial Al-Hadiqa en 2023.

En la azotea, Shatha Najim, uno de los historiadores comunitarios del museo, señaló plantas en diversas etapas de crecimiento, desde las incipientes vides abrazadas a marcos de alambre hasta las robustas cebollas egipcias que habían sido cosechadas recientemente.

Dijo que el jardín, que abrirá sus puertas el 8 de junio, fue creado en conjunto con las historias que estaba recopilando para la colección de historia oral del museo, muchas de las cuales describen las experiencias de las personas que abandonaron sus países de origen.

“Creo que una de las mejores maneras de conectarse realmente con la patria es a través de las plantas”, dijo. “Plantar alimentos y hierbas de casa, y tenerlos aquí es como establecer un nuevo hogar y un nuevo entorno que sientes que te resulta familiar”.

Najim dijo que estas historias orales pintan una imagen más completa de la vida en EE.UU., ya que a menudo para los árabes estadounidenses, “gran parte de la narrativa la cuentan por nosotros y no para nosotros”. Pero en Dearborn es diferente.

“Estás con personas que están familiarizadas con tu cultura. Tal vez no sean del mismo país, pero comparten muchas similitudes contigo”, dijo. “Todo eso crea una nueva sensación de patria y de existir en un lugar nuevo y de crear un nuevo y hermoso hogar. Tal vez no fue intencional que todos terminaran aquí [pero lo hicimos lo mejor que pudimos]… de ahí las [palabras] ‘ “Árabe estadounidense”. Sentimos conexión con ambas”.

Línea
BBC

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