Las luchas feministas se escucharon en todos los estados del país, a pesar de los actos de represión que se suscitaron en algunos lugares como Puebla y Zacatecas. 

 En Monterrey, por ejemplo, mujeres exigieron a las autoridades justicia por los casos de feminicidio que siguen sin resolver. En Jalisco las manifestantes protestaron por las tres jóvenes asesinadas el pasado 6 de marzo.

Mientras que en Guerrero se observó que el contingente era diverso por las historias de las mujeres que participaron en esta marcha y por las luchas que representan.

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Vestida de color lila y repleta de salpicaduras de pintura roja, una joven toma el micrófono frente a las 50 mil manifestantes que se concentran en la Glorieta de las y los Desaparecidos en Guadalajara. El sitio estandarte de protesta en la metrópoli. 

La adolescente solloza y toma un largo respiro antes de hablar, mientras le gritan que no está sola. Con una voz entrecortada dice: “Hoy no estamos todas, falta mi mejor amiga, falta Aylin”. 

Su madre, su abuela y sus amigas acudieron a la marcha para recordar que el caso sigue impune. Su asesino sigue en la calle y denuncian, amenaza a toda la familia. 

Pero, no es el único caso por el que se toma el micrófono. También piden justicia por las tres jóvenes asesinadas el pasado 6 de marzo. Un joven les arrebató la vida con un hacha y un cuchillo. A una de ellas fue en el interior de un motel en Guadalajara y a las otras dos, dentro de las instalaciones del campus Olímpica de la Universidad Tecnológica De Guadalajara (UTEG). 

En medio de las manifestantes hay una estudiante del UTEG, del campus Pedro Moreno, que carga un cartel de color verde fluorescente. Pide justicia para las asesinadas y seguridad para ella y sus compañeras. Va sola con su cartel. Cuenta que ningún compañero acudió, porque la directiva les amenazó con correrles sí se manifestaban. 

A la marcha acuden diferentes contingentes, cada uno tiene exigencias: contingente carriolas, exigen seguridad para que crezcan sus hijas e hijos; contingente de discapacidad y adaptación, piden un alto a la discriminación y al capacitismo; familiares víctimas de feminicidio, justicia para todas; familiares de personas desaparecidas, búsqueda y localización de todas; colectivas en defensa de Palestina, piden justicia y libertad para el pueblo palestino. También acude un contingente mixto que corea “ni una más” a lo largo de la marcha. 

En la manifestación se encuentran historias. Como la señora María de Lourdes Cruz. Su hija Brenda Johana, de 18 años, fue asesinada en 2015. Tardó dos años en ver a su asesino en la cárcel. “Vengo a apoyar a los demás, mientras yo pueda, aquí voy a estar, aquí seguimos en la lucha”, dijo mientras acompañaba al contingente de madres buscadoras. 

También está Diana. Acude acompañada de su nieta Lisa. Cuenta que hace 30 años no imaginaba un movimiento social así en Guadalajara. En su tercera marcha, está convencida que quiere ser parte de la revolucion feminista y le pide a su nieta que “no se quede callada frente a la injusticia y la miseria”. 

El caso de la señora Luz Puch. Es su primera marcha y fue acompañada por su hija Katia y la amiga de su hija Frida. Decidió unirse al movimiento, “porque tengo una hija y siempre está en peligro”. Luz pasa por un proceso de cáncer  y necesita de una silla de ruedas, es parte del contingente de discapacidad y adaptación. Cuenta que su movilidad ha sido difícil.  “A la ciudad le falta muchísimo banquetas, que se reparen lámparas, que haya consideración con el discapacitado”. 

A unos metros de ella, camina Regina. Es una niña de 10 años. Pide justicia para todas las mujeres y le pide a las niñas “que nunca se rindan”. Está acompañada por su mamá, su tía y su prima. “La consigna que más me gusta es no es desfile, es protesta y justo venimos a seguir luchando por las que ya no están y justo ellas crezcan en un ambiente libre y que no les pase nada nunca”, dice su madre. 

La manifestación ha tardado cuatro horas en llegar de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres hacia la Glorieta. En medio de un período electoral, las manifestantes solo encontraron un Palacio Municipal de Guadalajara custodiado por vallas y el templo de Nuestra Señora del Carmen custodiado por un contingente antiderechos. 

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“El Nuevo Nuevo León ¡Es feminicida!” 

Las asistentes a la marcha denunciaron en la capital del estado el incremento de la violencia en Nuevo León durante el gobierno del emecista Samuel García.

Recordaron que en este gobierno, se ha evidenciado la falta de competencia de las autoridades para resolver casos de feminicidio como el de Debanhi Escobar. Entre las víctimas, también conmemoraron a Ángela Acosta Flores, quien fue asesinada en 2022 y exigen pena máxima para el feminicida Bryant Andrade.

“Pinche Samuel, cuéntanos bien”, escribieron en una pared del Palacio Municipal de Monterrey, mientras que mujeres policías y de protección civil manifestaron su apoyo portando pañuelos morados en el cabello pero cumpliendo con sus obligaciones laborales.

Por otro lado, un grupo de asistentes denunció la violencia policial que vivieron el año pasado durante la marcha del 8M. 

“Fuerza Civil, no te deseo lo que me hiciste” escribió Susan Contreras en su pancarta. Ella fue víctima de violencia por parte de la policía, y exige que se atienda su caso y se haga justicia.

En un acto de sororidad, Meli y Dani, un par de amigas, repartieron brazaletes que hicieron ellas mismas para las asistentes.

“Estoy aquí por todas” dijo Dani, mientras mostraba un brazalete con la leyenda ‘libre’.

Con un póster pintado a mano, Lily Campos marcha para honrar la memoria de su abuelita, quien falleció un 8 de marzo. Ella considera que esto la hace sentirse más cercana a ella y que es una buena manera de recordarla. La marcha se llevó a cabo de manera pacífica en el centro de la ciudad, y concluyó en punto de las 19 horas en la Explanada de los Héroes frente al Palacio de Gobierno Estatal.

Para quienes han asistido a la marcha en Monterrey en años pasados, fue muy notoria la ausencia de colectivas trans y queer. En protesta y solidaridad, otras colectivas decidieron no participar por la exclusión a estos grupos, por lo que la marcha tuvo una concurrencia menor a las anteriores.

“Bujas de Irapuato” se manifiestan en Guanajuato

Aunque el recorrido fue breve, la manifestación de las mujeres Irapuatenses tuvo una fuerte presencia para protestar contra la violencia de género. Convocada por las colectivas “Brujas de Irapuato”, “Mamás feministas”y “Renacidas”, las mujeres comenzaron a agruparse en Parque Irekua a partir de las 4:20 p.m. para salir en punto de las 5:00 pm.

El grupo de mujeres vestidas con sus pañoletas moradas y verdes gritó consignas como “No me cuida la policía, me cuidan mis amigas”, “No somos una, ni diez, pinche gobierno cuéntanos bien”, “Lorena no es aliada, es privilegiada”, este último como una protesta hacia la actual presidenta Irapuatense Lorena Alfaro García.

Se realizaron pausas en silencio durante la marcha para recordar a todas las mujeres irapuatenses que nos faltan hoy, en forma de listado sus nombres eran pronunciados en el megáfono mientras todo el contingente gritaba “¡Presente!”.

Después de varios pasos atravesando mayormente avenida Guerrero, los cantos, gritos y pancartas llegaron aproximadamente a las 6:30 al Palacio Municipal, en la zona centro de la ciudad. 

Las colectivas que exigieron justicia y un alto a la violencia, también recordaron que durante la movilización del 8 de marzo de hace dos años, los elementos de seguridad no actuaron de manera apropiada.

“Nosotras solo queremos ser escuchadas, pongan un alto a la violencia en lugar de reproducirla”, exigió la colectiva “Brujas de Irapuato”.

El micrófono se abrió para que las denunciantes hicieran públicas sus historias, en medio de un ambiente lleno de sororidad y enmarcado por los gritos de: “hermana no estás sola”.

“Tuve que mentir porque sabía que me iban a echar la culpa a mí por haber salido tarde de casa”; “Mi familia protege al agresor”; “Tenía 14 años”; son algunas de las historias sobre las que se exigió justicia. 

Finalmente se abrió un espacio para realizar el tendedero de denuncias, mientras las manifestantes pasaban a las fachadas del edificio para escribir nombres, denuncias, fotos de familiares desaparecidos y pegar sus pancartas, la colectiva pidió que se acuerpara a las denunciantes para que se protegiera su identidad.

Así continuaron los gritos, cantos y exigencias enfrente del palacio municipal, que ya se encontraba resguardado con tablas, vallas y elementos de seguridad.

En Zacatecas hubo detenciones al final de la marcha

En Zacatecas, las protestas de las mujeres en el marco del 8M concluyó con detenciones y hechos de violencia en la Plaza de Armas. Medios locales y activistas narraron como al concluir la marcha, policías estatales detuvieron a un número aún no confirmado de mujeres que intentaron retirar las vallas colocadas para proteger la fachada del Palacio de Gobierno.

“Lanzando gases y accionando extintores, comenzaron a tomar por la fuerza a las mujeres de forma aleatoria, pues incluso aprehendieron a una periodista que se encontraba cubriendo el evento, y también intentaron detener a otras representantes de los medios de comunicación, entre ellas a una fotorreportera de El Sol de Zacatecas, quien en sufrió varios golpes de los uniformados”, informó El Sol de Zacatecas.

La Red Rompe el Miedo, también alertó que Zacatecas, periodistas locales reportan la detención arbitraria de al menos dos periodistas quienes cubrían la manifestación : Isis Alvarado y Nancy García. Además, de otras tres agresiones a periodistas en cobertura.

Fuerzas de seguridad en Puebla también violentaron a las mujeres en la marcha

Manifestantes feministas y medios de comunicación reportaron en redes sociales ataques por parte de las fuerzas de seguridad  durante la marcha que buscaba exigir justicia ante la violencia de género,  visibilizar los casos de desaparición en Puebla y exigir la localización de sus familiares.

Una de las contingentes estuvo conformada por universitarias que atravesaron las calles cantando: “el que no brinque es macho”.

De acuerdo con la cronología realizada por el medio Manatí, ante la protesta de mujeres buscadoras que integran el Colectivo Voz de los Desaparecidos, la Fiscalía de Puebla fue resguardada por elementos de seguridad con equipo antimotines. 

Mientras que el Ayuntamiento fue rodeado por una gran valla metálica; que, según medios locales, no se veía desde hace mucho tiempo. Sin embargo, cuando las manifestantes llegaron al recinto, personas detrás de la muralla metálica arrojaron gas y agua para tratar de dispersarlas.

Mujeres periodistas también fueron amedrentadas por elementos de la policía municipal, y una mujer fue detenida  cuando se manifestaba en el zócalo de la capital poblana. Ante la exigencia de las colectivas, fue liberada ante visitadores de la Comisión de Derechos Humanos de Puebla.

8M: exigen justicia para mujeres asesinadas y desaparecidas en Guerrero

“Soy feminista por mi propia historia”, se leía en una pancarta elevada sobre el contingente de mujeres que esta tarde transitó por las calles del centro de la ciudad para conmemorar el 8M, el Día Internacional de la Mujer. 

Las mismas historias de muchas lo ratifican y dan sentido a las palabras escritas en las pancartas. Las hay en diferentes proporciones, muchas de ellas reflejan una serie de abusos y las luchas personales que han dado por salir de esas violencias, como la que ha dado Carmen León Rodríguez, una docente de la Escuela Normal Regional de la Montaña, ubicada en Tlapa, quien pasó por acoso y tocamientos del ex director del plantel, Saúl Rivera Mercenario; después por acusaciones de robo de recursos de un programa educativo por la misma persona, y una agresión sexual de un hombre que no identifica, pero que se aseguró de decirle que ya no hablara más públicamente contra el ex director ni contra las profesoras que lo secundaron en desacreditarla.

En el contingente diverso, también estaba Frida, una mujer joven que llevaba la lona con la imagen de la niña Tania Samantha Vélez Morales, quien ahora tendría 30 años. Fue asesinada en Hidalgo un día antes de cumplir los 15 años y su agresor, quien era una persona con influencia en ese estado hizo desaparecer, se entiende, el expediente de su caso. Ahora que Frida vive en Guerrero y participó en esta marcha conmemorativa en Chilpancingo recordó a su amiga y desde acá reclamó por la justicia negada. 

En un ejercicio por nombrar las historias de las mujeres que participaron en esta marcha y por las luchas que representan, se observó que el contingente era diverso, había mujeres de diferentes edades, pero destacaban muchas muy jóvenes por las consignas que gritaban y que dejaron en el pavimento de las calles, bardas y paredes de edificios públicos que visitaron.

Ahí estaba Lucero, de 10 años, quien participaba por primera vez en la marcha y coreaban las consignas, porque se sabía la mayoría. “¡Mi mamá marchando, también está luchando!”, fue una de las que dijo. Junto a ella estaba Cristal, su madre, quien compartió que hasta ahora pudo llevar a Lucero a una marcha porque en Acapulco, donde antes vivía, no le daba confianza hacerlo.

Una situación que no fue obviada durante la protesta son las muertes y desapariciones de mujeres en Guerrero y el país. Durante el mitin, algunas de las oradoras, quienes participaron en la coordinación de la marcha, dieron algunos datos oficiales para exponer la situación: en Guerrero, unas siete de cada 10 mujeres menores de 15 años o más han experimentado algún tipo de violencia en sus vidas. En 2023 ocurrieron 126 feminicidios, y en lo que va de 2024 los números son éstos: ocho feminicidios y 18 mujeres no localizadas.

Para cerrar el acto conmemorativo, las mujeres nombraron a sus hermanas asesinadas y no localizadas. Aquí los nombres de las víctimas de feminicidio nombradas: Ilze Melody, Brenda Yuritzi, Delfina, Briseida, Carina, Abelina, Marlene, Doris, Yanei, Julia Magdalena, Claudia, Griselda, Leslie, Teresa, Sandra, Margarita, Luis Fernanda, Cecilia, Ayelín Iczae, Frida Alondra, Gabriela Lizet, Ana Carolina. Para todas ellas la consigna fue: “¡Justicia!”.