El pasado viernes, el presidente López Obrador atacó a María Amparo Casar en la conferencia mañanera. Sin duda es molesto el abuso cotidiano que hace de su tribuna, lo disparejo que se torna la deliberación pública, pero hasta ahí, se siguió un guion predecible. Guion que por cierto no debemos normalizar.
Sin embargo, hacia la tarde de ese viernes la presidencia de la república subió a su página electrónica un extenso expediente de más de 300 hojas, pletórico de documentos con datos personales, con el que pretende poner en duda un asunto juzgado hace muchos años. Son varios los asuntos irregulares.
El primero es que el expediente resuelto estableció que Carlos Márquez Padilla, esposo de María Amparo Casar, falleció de manera accidental y hoy se quiere sembrar la idea de un suicidio. Ello no se desprende de la lectura del abigarrado documento que subió la presidencia el viernes. Pero se ha insistido en que, si hubo suicidio, entonces estamos ante un caso de corrupción por haber cobrado, la familia de Márquez, prestaciones que no correspondían.
El segundo asunto es que el presidente sostiene que la transparencia es el eje de la democracia y tiene razón, lo es la transparencia que respeta la ley. En este caso, AMLO reiteró la embestida en la mañanera del lunes y justificó dar a conocer datos personales porque, según él, se trata de un asunto de corrupción. Por supuesto que el INAI inició una investigación de oficio que, evidentemente sin prejuzgar si existe corrupción o no, tutela la protección de datos personales.
La distancia de AMLO con la normatividad en materia de transparencia es evidente. Las violaciones sistemáticas a la ley son flagrantes y -fiel a su costumbre- quiere aparecer como víctima. Creo que en este asunto se han rebasado varios límites.
Acreditan la más profunda incomodidad del presidente con el reciente trabajo de Casar “Los puntos sobre las íes, el legado de un gobierno que mintió, robó y traicionó”. Los que no lo hayan hecho, hay que leerlo. Como siempre: si no puede desmentir los mensajes, hay que tratar de desprestigiar al mensajero. No hay corrupción, hay venganza.
Se desató la ira presidencial. Es un hecho demasiado grave y ominoso. Los riesgos que el accionar del mandatario le impuso a la seguridad personal de María Amparo Casar y su familia no son menores. Ojalá pronto se reencaucen las aguas.
* Rodrigo Morales M. (@rodmoralmanz) fue consejero electoral en el Instituto Electoral del Distrito Federal y en el Instituto Federal Electoral. Actualmente es consultor internacional en materia electoral.
El ministro del Interior, Ahmed Vahidi, dijo que los equipos de rescate siguen intentando llegar al lugar debido a las difíciles condiciones meteorológicas.
Un helicóptero que transportaba al presidente de Irán, Ebrahim Raisi, sufrió un “aterrizaje forzoso”, según informan los medios de comunicación estatales, y se desconoce su paradero.
Por el momento no están claras las razones del suceso ni el estado de Raisi ni de las otras personas que iban a bordo.
El presidente Raisi viajaba con el ministro de Asuntos Exteriores iraní en un convoy de tres helicópteros que sobrevolaban la zona.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, máxima autoridad del país, pidió a los iraníes que recen por Raisi.
“Si el pueblo de Irán mantiene la calma, el país seguirá trabajando con normalidad”, dijo al reclamar calma.
El ministro del Interior, Ahmed Vahidi, dijo que los equipos de rescate siguen intentando llegar al lugar debido a las difíciles condiciones meteorológicas.
“Las cosas están bajo control y los equipos de rescate están haciendo su trabajo”, agregó.
La espesa niebla está dificultando la búsqueda en el lugar donde se cree que pudo aterrizar el helicóptero, según un periodista de la agencia de noticias Fars.
Dijo que la visibilidad en la zona montañosa y boscosa era de solo unos cinco metros.
El presidente de Irán, de 63 años, es considerado como un clérigo de línea dura con posturas políticas ultraconservadoras.
Raisi se convirtió en fiscal en Teherán con solo 25 años y siguió escalando en la carrera judicial antes de ser nombrado fiscal general de Irán en 2014.
Sorprendió al postularse a la presidencia del país por primera vez en 2017, cuando fue segundo. En 2019, el ayatolá Jamenei lo colocó en la poderosa posición de jefe del sistema judicial.
En junio de 2021 fue elegido presidente, que es la segunda autoridad del país tras el líder supremo. El presidente mantiene un alto perfil público pero su poder está limitado por la Constitución, que subordina el poder Ejecutivo al líder supremo.
Irán es una teocracia islámica en la que el líder supremo ejerce control político e ideológico en un sistema dominado por clérigos como Raisi.
En el helicóptero también viajaba el jefe de la diplomacia iraní, Hossein Amir-Abdollahian, protagonista de las continuas conversaciones con aliados y rivales desde el inicio en octubre de la guerra de Israel en Gaza.
Desde que Raisi asumió la presidencia, Abdollahian ha sido el enviado a negociar para evitar el aislamiento de Irán, sujeto a sanciones internacionales.
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