Vecinos del inmueble ubicado en el número 67 del viaducto Miguel Alemán, en la colonia Roma Sur de la delegación Cuauhtémoc, denuncian que su edificio dañado por el sismo del 19 de septiembre ha sido objeto de constantes saqueos debido a que en las noches no hay presencia policial en la zona.
[contextly_sidebar id=”lOxH7SS0P2pfnicHWyl98wifyGe5F1mX”]“La vigilancia es solo durante el día, hasta las seis de la tarde –comenta el señor Enrique Gabriel, quien es dueño de un departamento en el lugar desde hace 37 años-. Pero al caer la noche, los rateros son los amos y señores de nuestro edificio”.
El inmueble, que hace esquina con la calle Tonalá, es una estructura angosta de seis plantas y una cochera en al que se acumulan restos de escombro. De acuerdo con el último reporte de Protección Civil de la delegación, se trata de uno de los 56 edificios que, aun cuando no están en peligro de colapso inminente, sí fueron catalogados de “alto riesgo” para sus moradores, ya que tienen elementos a punto de desplomarse, tales como muros, acabados, cornisas, ventanales, o tuberías, por lo que deben ser “intervenidos” para garantizar la seguridad de las personas.
Sin embargo, ni las aparatosas grietas, ni las fracturas en columnas –en la parte que da a la calle Tonalá, el sismo tumbó paredes completas dejando a plena vista los dormitorios- no han amedrentado a los ladrones. Al contrario, denuncian los vecinos. En los últimos tres meses, la presencia de extraños ocupando los departamentos se ha incrementado, sobre todo en las noches.
-Los rateros llevan meses saqueando nuestro edificio y las autoridades no hacen nada. Se llevaron el motor de la puerta del garaje, la bomba de agua, que pesa 40 kilos, y hasta los polines de madera que sostenían el inmueble por el riesgo de colapso”, denuncia Enrique Gabriel, que ante la ausencia de elementos policiacos accedió a su departamento, y comprobó que le habían sustraído una televisión de plasma, entre otras pertenencias.
La señora Virginia Nájera, dueña de un departamento en el quinto nivel, cuenta indignada que los ladrones también hicieron boquetes en las paredes del edificio para robar y ocupar las viviendas. Incluso, añade, los ladrones “se pasean” con tal “desfachatez e impunidad”, que hasta abren las botellas de licor que se quedaron en los departamentos desalojados y luego pasan la noche en los dormitorios, “como si estuvieran en su casa”.
-Es indignante que a nuestro edificio solo puedan pasar los rateros. Mientras que a nosotros, que somos los dueños, la policía no nos deja acceder porque dicen que estamos en riesgo –subraya la vecina.
El señor Juan González, dueño de otro de los departamentos desde hace 22 años, teme que si la Secretaría de Seguridad Pública capitalina no incrementa los turnos de vigilancia en la noche, los saqueos van a continuar hasta “vaciar por completo” su edificio.
De hecho, dice mientras señala una extraña letrada pintada con spray negro junto a una de las entradas de la edificación, sospecha que los delincuentes se están comunicando a través de ese tipo de señales.
-Eso no es un grafiti cualquiera, porque no estaba ahí antes del sismo. Creemos que se trata de una señal para decirse que el edificio está inhabitado, sin vigilancia, y que aún quedan cosas en el edificio por robar –apunta el señor González.
Ante esta situación, un grupo de vecinos acudió el jueves 11 a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia capitalina para interponer una denuncia por los saqueos más recientes. Y además, estudian realizar otro tipo de medidas en protesta por la falta de vigilancia durante las noches, como cortes al tránsito en el Viaducto Miguel Alemán, una de las arterias más concurridas de la Ciudad de México.
Además de los robos, otra situación que afecta a los vecinos es que, más de 100 días después del temblor, sobre las puertas del inmueble aún cuelgan carteles anunciando que todavía están a la espera del dictamen de daños de un Director Responsable de Obras (DRO), el cual es de vital importancia para saber si el edificio será demolido, o si puede ser reconstruido.
-Han pasado casi 4 meses, pero aquí no pasa nada –lamenta de nuevo Enrique Gabriel-. La delegación nos manda con la Seduvi (Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda), y la Seduvi nos manda con otra secretaría, y así una y otra vez. Estamos hartos de pasárnosla de un lado para otro, como si fuéramos pelotas de pimpón.
Quienes sí cortaron parcialmente los laterales de Viaducto fueron los damnificados de la delegación limítrofe, la Benito Juárez. Ayer jueves, un grupo de vecinos se manifestó en esta vialidad para protestar también por la falta de seguridad en sus edificios dañados, así como por el abandono de las autoridades.
Los damnificados denunciaron que las autoridades capitalinas les dejaron la responsabilidad de la reconstrucción de los inmuebles dañados, por lo que, a casi cuatro meses del sismo, miles de personas afectadas por el temblor viven en una situación de permanente incertidumbre.
Esta no es la primera vez que damnificados por el sismo protestan por su situación. El pasado 13 de noviembre, Animal Político publicó un reportaje en el que vecinos de varios inmuebles en riesgo de colapso denunciaron que ellos tenían que asumir la vigilancia y el resguardo de las zonas dañadas para evitar los asaltos y para proteger a transeúntes y automovilistas.
Uno de los casos reportados fue el del edificio Osa Mayor, en la colonia Doctores, de la delegación Cuauhtémoc, donde los vecinos se turnan en guardias bajo una carpa para vigilar que nadie termine de saquear lo poco que les resta de patrimonio tras el temblor.