El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, otorgó este domingo un “indulto humanitario” al ex presidente Alberto Fujimori. Según el “fallo histórico” de la Corte Suprema que lo condenó en 2009, Fujimori debería permanecer preso hasta 2032 por estar detrás de 25 asesinatos y dos secuestros.
La noticia de su indulto se supo apenas horas antes de la Nochebuena y luego de que una junta médica recomendara su liberación por enfermedad.
“El señor Fujimori padece de una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”, informó la Presidencia de la República en un comunicado. Añadió que “las condiciones carcelarias significan un grave riesgo a su vida, salud e integridad”.
Fujimori, de 79 años, fue trasladado el sábado desde la prisión hasta una clínica en Lima tras sufrir un cuadro de hipotensión y arritmia.
El indulto llega días después de que su hijo y congresistas allegados salvaran al presidente Kuczynski, de la destitución. Esta semana, el presidente superó una votación en el Parlamento que, de haber perdido, hubiera supuesto su salida de la presidencia.
En la votación en el Congreso resultaron decisivas las abstenciones de Kenji Fujimori, hijo del ex presidente indultado, y otros nueve legisladores afines del partido opositor Fuerza Popular.
Fujimori, fue condenado a 25 años de prisión por dos matanzas, la de Barrios Altos, en 1991, con 15 muertos, y la de la Universidad La Cantuta, en 1992, con 10 muertos. Ambas fueron cometidas por un escuadrón paramilitar conocido como el grupo Colina. También, se le acusó de los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer en 1992.
El fallo para su encarcelamiento fue considerado “histórico”, pues fue la primera vez que un ex mandatario constitucional latinoamericano fue juzgado en su propio país por crímenes de lesa humanidad.
Durante la lectura de la sentencia, los jueces de la Corte Suprema de Justicia dijeron que el fallo respondía a la “gravedad” de los hechos juzgados, los cuales se inscribían en un plan de desapariciones forzadas y asesinatos a cargo del Estado, las fuerzas armadas y el servicio de inteligencia.
El ex presidente también fue encontrado culpable de entregarle 15 millones de dólares de fondos públicos a su entonces asesor Vladimiro Montesinos y de otros casos de corrupción, entre los que se encontraban soborno de congresistas, espionaje telefónico y compra ilegal de canales de TV.
Fujimori, que gobernó entre 1990 y 2000, es una figura que divide Perú. Sus detractores lo consideran
un dictador de mano dura y corrupto, mientras que sus seguidores le dan crédito por sacar al país sudamericano de una crisis económica y por terminar con el terrorismo.
En 2000 su régimen se desmoronó tras la difusión de un video en el que se veía a Montesinos entregando dinero a un congresista de la oposición. Fujimori se escapó a Japón, país de nacimiento de sus padres, desde donde envió su renuncia por fax. En 2005 viajó a Chile y desde ahí fue extraditado a Perú en 2007.
Desde 2009 permaneció en una prisión en Lima adaptada para él y que sus opositores consideraban una “jaula de oro” por tener mejores condiciones que la mayoría de presos. Allí recibía continuamente visitas de familiares y partidarios.
Sus hijos han seguido con su legado politíco. Kenji, fue el congresista más votado en las elecciones de 2011 y 2016. Keiko quedó segunda en las elecciones presidenciales de los mismos años.
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