El gobierno mexicano junto con desarrolladores privados invirtieron millones de dólares para construir viviendas a bajo costo, para que todas las personas pudieran acceder a una.
[contextly_sidebar id=”X4RF7iGQbJtFp2wSDsgtzVzpWg0nxtHi”]Así se crearon enormes conjuntos habitacionales en lo que antes eran pastizales y viejas haciendas.
De 2001 a 2012, se estima que 20 millones de personas -una sexta parte de la población de México- abandonaron las ciudades, barrios marginales y zonas rurales por la promesa de una vida mejor y una casa propia, señala en una investigación el diario Los Angeles Times. Pero, refiere, México no logró crear un suburbio ordenado.
De acuerdo al diario, estos complejos habitacionales carecen de servicios y se han deteriorado rápidamente, convirtiéndose en un peligro para sus habitantes.
“Los propietarios tienen que salir con sus cubetas en mano para buscar agua en los camiones repartidores. En los arroyos de las calles pueden verse las aguas residuales sin tratar, procedentes de tuberías rotas. Las calles se hunden, las aceras se desmoronan y las plantas de tratamiento de agua no sirven. En algunos desarrollos, los apagones pueden durar varios días”, señala el diario.
Las casas se encuentran en mal estado: tienen goteras, grietas y el cableado eléctrico en malas condiciones, lo que ha provocado incendios.
Mientras las constructoras obtuvieron grandes ganancias, trabajadores de fábricas, propietarios de pequeños negocios, jubilados y servidores públicos que compraron las casas, se quedaron atrapados con préstamos hipotecarios complejos y con pagos que aumentan a medida que sus hogares y vecindarios van decayendo.
Muchos desarrollos se construyeron lejos de los centros de empleo en tierras marginales -humedales, márgenes de ríos y laderas inestables- con escaso acceso al agua corriente. Parques y escuelas que se prometieron pero que nunca se materializaron.
Además, las casas son de apenas 30.18 metros cuadrados, más pequeñas que un garaje típico de dos automóviles en Estados Unidos. Muchas familias de seis, siete o más personas viven en estas mini viviendas, durmiendo a un lado de la lavadora o en los pasillos.
Los Angeles Times visitó 50 desarrollos de viviendas económicas desde Tijuana hasta el Golfo de México y entrevistó a cientos de propietarios, trabajadores de la construcción y funcionarios del gobierno.
Hay desarrollos no terminados por todo el país. Se estima que 300,000 personas viven en más de 40 complejos habitacionales inconclusos en las ciudades de Tijuana y Ensenada.
En el Estado de México, que rodea a la Ciudad de México, los desarrolladores han completado solo 36 de los 235 desarrollos iniciados entre 2005 y 2012, dejando entre 200,000 y 500,000 personas en el limbo, de acuerdo con los archivos del estado.
Las que están en pie sufren de inundaciones en zonas como el Estado de México y Ciudad Juárez, donde se han inundado con tanta frecuencia, que se ha decidido ya su demolición.