México pasó del sitio 37 al 36 en el Índice de Competitividad Internacional (ICI); sin embargo, el reporte manifiesta una amplia preocupación por los niveles de violencia y corrupción.
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El ICI subrayó que México no tuvo avances tan destacados como la mayoría de las naciones en cuanto a inversión y talento, así como en los indicadores de los subíndices, por lo cual se debe buscar que el país mejore no solo respecto a su posición anterior, sino a nivel global.
En Economía, México ganó tres posiciones gracias a que el Producto Interno Bruto tuvo un crecimiento mayor, mientras que la reducción de aranceles agrícolas y de manufactura, así como menores barreras ocultas a la importación permitió subir seis puestos en Relaciones Internacionales.
1.- La continuidad de las reformas educativa y energética. En el caso de la primera la lentitud de la evaluación magisterial provocaría que el total de maestros queden evaluados en 2048.
En cuanto a la energética, se sugiere que Pemex genere las condiciones para competir en un mercado más abierto, mejore sus finanzas y cambie su cultura interna para competir con otras empresas.
2.- La informalidad de los empleos. 57% de los empleados están ocupados en el sector informal, lo que reduce su ingreso y frena los aumentos de productividad, además, sólo los trabajadores formales tienen acceso a seguridad social.
3.- El gobierno no aprovecha la tecnología para hacer más eficiente su trabajo. El país no cuenta con un sistema de identificación digital y falta que se aprovechen los datos que generan el gobierno y la economía digital.
Por eso, es necesario ampliar y diversificar el número de actores que pesan en la agenda bilateral, así como promover el poder suave (soft power) de México.
Para que funcione el Sistema Nacional Anticorrupción deben funcionar los pilares básicos de la democracia: autonomía del ministerio público, un sistema de procuración de justicia y la división de poderes.