En la Ciudad de México, “se perdieron” 105 mil pruebas que miden el nivel de azúcar en la sangre y sirven para el control de diabetes, equivalentes a una inversión de 32 millones de pesos, de acuerdo con la última revisión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la Cuenta Pública 2016.
[contextly_sidebar id=”2bL4mawF4t5rcBKzSkg6BxYDg6Vewcpb”]No sólo eso, el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, incurrió en un probable daño al erario en el programa “Insumos para el Control de la Obesidad, Diabetes y Riesgo Cardiovascular”.
En su revisión, la ASF estableció que el Cenaprece compró un lote de pruebas para detección de insuficiencia renal y glucosa por casi 10 millones de pesos, pero el producto resultó caduco y no pudo distribuirse en las unidades médicas.
En la entrega de pruebas en Guanajuato los representantes del Cenaprece “no consideraron las condiciones de almacenamiento en las jurisdicciones sanitarias” de la entidad, por lo que no pudo recibir el número previsto de pruebas para diabetes porque no tenían capacidad para almacenarlas adecuadamente.
El gobierno capitalino debía recibir 290 mil 500 tiras reactivas de Hemoglobina para 16 jurisdicciones sanitarias, lo que significó un monto de 90 millones 647 mil pesos.
Sin embargo, 120 mil 890 tiras reactivas cuyo costo ascendió a 37 millones 722 mil pesos, se quedaron en los almacenes del proveedor durante seis meses porque el gobierno capitalino no tenía la capacidad requerida en los almacenes de 15 jurisdicciones sanitarias para su adecuada conservación.
Aunque la ASF visitó los almacenes, para verificar la existencia de los insumos comprados, identificó que 105 mil 620 tiras “no se corresponden con los números de lotes consignados en las remisiones presentadas en 2016 por el proveedor al Cenaprece”.
Por tanto, hasta junio de 2017 “no acreditó” la existencia de dichas pruebas en las Jurisdicciones Sanitarias, lo cual implica un presunto daño al erario por 32 millones 957 mil pesos, según establece la ASF en la recomendación número 16-A-09000-02-0213-06-001.
Funcionarios del Cenaprece aprobaron el pago de 728 millones 516 mil pesos a proveedores por cuatro pedidos de tiras reactivas de glucosa, microalbúmina, hemoglobina y lípidos, con cargo al programa presupuestario U005 “Seguro Popular”.
Sin embargo, la Auditoría identificó que los proveedores de las tiras reactivas de microalbúmina que sirven para detectar insuficiencia renal y hemoglobina glucosilada, para detectar diabetes, no cumplieron con la caducidad mínima requerida de 18 y 15 meses, respectivamente, al momento de entregarla en los almacenes.
En el caso de microalbúmina, entregaron un millón 158 mil tiras reactivas equivalentes a 32 millones 560 mil pesos con una caducidad de 15 meses. Para el segundo caso, entregaron 248 mil 920 tiras reactivas por 66 millones 959 mil pesos, cuya caducidad era de 13 y 14 meses.
Aunque esto significaba un incumplimiento en las condiciones de entrega, el Cenaprece no reclamó ni solicitó la reposición de los insumos. Por tanto, la Auditoría emitió una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria para que el Órgano Interno de Control investigue las presuntas irregularidades en las que incurrieron los servidores públicos del Cenaprece.
Por otra parte, con el análisis de los registros sobre el ejercicio y destino de los insumos presentados por las entidades federativas en el Sistema de Información de Administración del Fondo para el Fortalecimiento de Acciones en Salud Pública en las Entidades Federativas (SIAFFASPE), hasta el 16 de marzo de 2017, cuatro entidades federativas no reportaron la recepción de los insumos transferidos, como se muestra a continuación:
Se trata de Durango, Guerrero, Jalisco y Veracruz que en todos los apartados donde debía informar el destino de las diferentes pruebas, aparecen “sin reporte”.
Hasta febrero de 2017, los estados de Durango y Estado de México no reportaron al Cenaprece el uso de las tiras reactivas adquiridas en 2016 para la atención de los programas de acción específicos “Diabetes” y “Obesidad-Riesgo Cardiovascular”.