En abril de 2016, autoridades federales y estatales inauguraron el Centro de Formación Integral para la Prevención y Atención a las Adicciones (CEFIPAA), del que presumían era “único en su tipo en América Latina”, pues combinaba a médicos especializados con internamiento.
[contextly_sidebar id=”5HhF30JERVbs6OaRVTo4IqV519wUx1D4″]Hasta el momento el centro no funciona y no ha rehabilitado a ningún enfermo, pese a que en su construcción y equipamiento los gobiernos federal y estatal invirtieron 35 millones 700 mil pesos, como parte de la estrategia “Todos somos Juárez” del expresidente Felipe Calderón, una respuesta a la violencia que vivía en 2010 la ciudad.
Las instalaciones están ahí, pero los psicólogos solo van a platicar, señala Rosa, una trabajadora de la maquila, que acudió al Centro buscando ayuda para su hijo, Luis quien empezó a consumir marihuana a los 15 años.
La primera vez que fue el Centro estaba cerrado. Un guardia le dijo que las personas que atendían sólo se encontraban hasta las tres de la tarde.
“Están ahí las psicólogas solamente. Va uno por informes, echar la plática. Pero una atención que haya, pues no, no la hay. Para lo que realmente es el Centro, no hay”, cuenta.
Rosa tuvo que llevar a su hijo a otro centro de rehabilitación, a más de 20 kilómetros de distancia de su casa, donde terminó un tratamiento de tres meses.
De acuerdo con datos del Centro de Integración Juvenil (CIJ), en Chihuahua, la mariguana es la sustancia de mayor consumo, por encima del tabaco y el alcohol.
Durante el primer semestre de 2016, el consumo de mariguana fue de 86%, le siguen el tabaco y el alcohol con 84.5 y 79.7% respectivamente.
Entre 2008 y 2016, el consumo de mariguana se incrementó más de seis puntos porcentuales. A partir de 2013, esta droga se ha mantenido como la sustancia más consumida entre pacientes de primer ingreso a tratamiento en el estado de Chihuahua.
En la entidad, el consumo de cocaína supera por 10.3 puntos porcentuales a la media nacional; mientras que la metanfetamina supera el promedio por cuatro puntos y el consumo de la heroína es 15.2 puntos porcentuales, mayor que la media nacional.
El CEFIPAA se ubica en Riveras del Bravo una de las zonas más conflictivas de Ciudad Juárez. Fue construído en un terreno baldío utilizado como tiradero clandestino, a unos metros del Río Bravo y a un costado del canal de aguas negras que rodea el fraccionamiento.
Su ubicación al nororiente de la ciudad dificulta el acceso a los servicios básicos.
La construcción del centro en ese lugar “fue un capricho” del exgobernador César Duarte, pues ni el lugar, ni el diseño del edificio eran los adecuados para la seguridad de los enfermos, explica Evangelina Mercado Aguirre, quien fue Coordinadora de la Comisión de Salud Pública durante las obras del centro.
El proyecto contemplaba la atención de 150 niños y adolescentes de entre 7 y 17 años, que serían rehabilitados a través de un programa intensivo de nueve meses que cubría tres aspectos: rehabilitación física, terapia ocupacional y educación.
En una minuta de reunión de la Comisión de Salud Pública, se detalla que se construyó una alberca en el patio del inmueble, pero se tapó porque se consideró peligrosa para los internos, además se derribaron dormitorios individuales y se optó por un espacio abierto.
La coordinadora de la Comisión Estatal de Atención a las Adicciones reveló que la infraestructura del centro no es óptima de acuerdo con las normatividades, por ejemplo, las bardas que circundan el centro no tienen la altura adecuada y el centro no debería de ser de dos plantas.
Pero las fallas no fueron por falta de inversión, pues dinero no faltó. De acuerdo con la Secretaría de Salud, para la construcción del centro se destinaron 25 millones de pesos provenientes del gobierno federal; el equipamiento costó 6 millones 700 mil pesos, los cuales corrieron a cargo del Programa Nacional para la Prevención del Delito (PRONAPRED) y del convenio CRESCA.
El CRESCA un acuerdo que se firma entre el gobierno federal y estatal para la transferencia de recursos, los cuales deben usarse para generar acciones para la prevención y atención de las adicciones.
En ese convenio intervino Pedro Genaro Hernández Flores, exsecretario de Salud del Estado de Chihuahua, acusado enriquecimiento ilícito con recursos del Seguro Popular. Para el Centro, CRESCA aportó 5 millones de pesos.
En 2015, la Dirección de Desarrollo Social, informó que el presupuesto original del PRONAPRED era de casi 6 millones de pesos, de los cuales sólo un millón 700 mil se utilizaron para adquirir materiales de oficina, así como utensilios de cocina, colchas y literas, mientras que el resto del dinero se perdió, de acuerdo con una nota del El Diario de Juárez.
El gobierno federal entregó la obra a autoridades municipales, pero éstas no pudieron con su administración por lo que pasó a manos estatales.
De acuerdo con Magdalena Ramos, administradora del Centro, actualmente se está haciendo un inventario del equipo que tiene el inmueble, pero no quiso informar más al respecto.
La coordinadora de la Comisión Estatal de Atención a las Adicciones, Adriana Bouchot Beltrán, informó que pedirá presupuesto para reinaugurar el Centro en los próximos meses, aunque no especificó cuándo.
Hasta que eso suceda, Ciudad Juárez está carente de espacios integrales para la atención de personas con adicciones, pues los centros de atención y organizaciones civiles que ofrecen apoyo a las personas con adicción, no cuentan con personal especializado, afirmó la directora local de la asociación civil Centro de Integración Juvenil (CIJ), Rosario Caraveo Villalobos.
Añade que únicamente el Centro de Integración Juvenil y la organización civil Ave Fénix, cuentan con personal especializado en adicciones.
La directora local del CIJ, señaló que la inoperatividad del Centro se debe a que requiere de una gran inversión para mantener en funcionamiento, además de que se requieren médicos y psicólogos especializados en atender a niños y adolescentes con adicciones.
“Si no cuentan con el recurso económico y humano, ¿de qué manera te vas a hacer responsable de un espacio y de una población con una adicción?”, cuestionó.