Fraude, homicidio culposo, negligencia y hasta robo son los delitos que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) investiga a raíz del sismo del 19 de septiembre, que hasta la tarde del domingo había dejado un total de 220 personas muertas, 38 edificios colapsados y 500 inmuebles con severos daños estructurales en la capital del país.
[contextly_sidebar id=”eGh3CvQ6N2E5Kphe7N8OCy1bqmNrhCLj”]De acuerdo con la dependencia, el pasado 27 de septiembre abrió cuatro mesas para recibir denuncias de capitalinos cuyas viviendas resultaron afectadas por el sismo.
Ahí se han presentado 10 denuncias penales, entre las que hay tres por homicidio. Los denunciantes argumentaron que al menos 3 personas murieron por actos de negligencia en la construcción de diversos edificios, lo que provocó la muerte de sus ocupantes.
Además, la PGJCDMX indaga cuatro casos de fraude y uno de robo, así como dos denuncias presentadas contra “directores de obra” ante la sospecha de que incurrieron en anomalías que ocasionaron el derrumbe de edificios.
A la par de estas 10 denuncias penales, la PGJCDMX ha iniciado 136 carpetas de investigación por daños a inmuebles. Se trata de documentos que no alcanzan el grado de una averiguación previa, pero que conforman los primeros pasos de una investigación formal.
Por lo menos 38 de estas carpetas están relacionadas con inmuebles colapsados en la CDMX.
Las carpetas fueron abiertas para investigar la presunta comisión de delitos de fraude y por el actuar de los directores de obra responsables de los edificios colapsados.
La PGJCDMX también inició una carpeta de investigación por la muerte de cinco estudiantes del Tecnológico de Monterrey, campus CDMX. La Procuraduría investiga si la muerte de estos alumnos fue ocasionada por deficiencias en el diseño, construcción o mantenimiento de las instalaciones colapsadas.
El derrumbe del colegio Enrique Rébsamen, donde murieron 19 niños y 7 adultos, es otro de los casos donde la PGJCDMX abrió otra carpeta de investigación. Se trata de un edificio que a decir de las propias autoridades contaba con instalaciones irregularidades.
Otra de carpeta abierta está relacionada con el edificio de Álvaro Obregón 286, colonia Roma, donde se han rescatado sin vida a 43 personas y hasta la tarde de este domingo, continuaban las labores de búsqueda de otras 8 víctimas.
Se trata de un edificio que, a decir de Humberto Morgan, coordinador de asesores de la Secretaría de Movilidad del Gobierno de la CDMX y quien fungió como enlace de las autoridades capitalinas con los familiares de las víctimas del siniestro, presentaba “terribles” anomalías en su construcción.
En entrevista, el funcionario dijo que en este edificio se habían presentado “dos cosas terribles” en su construcción: Primero, subir (el edificio) a una altura prácticamente de seis pisos… y segundo, por alguna cosa que no entendemos se hizo un procedimiento a partir del tercer, cuarto, quinto y sexto piso, de una losa que se llama catalana (que es 4 veces más gruesa y pesada que las promedio)”.
La PGJCDMX también abrió un expediente por el derrumbe del edificio de Simón Bolívar, esquina con Chimalpopoca, colonia Obrera, donde murieron 21 personas, de acuerdo con la cifra oficial.
Se trata de un edificio en el cual había por lo menos cuatro empresas, una dedicada a la costura y otra de manufactura de cámaras para automóviles, según información recabada por Animal Político. En ese caso se ha detectado que al menos dos de los fallecidos eran trabajadores extranjeros que no tenían permiso para laborar en México.
El resto de carpetas de investigación abiertas por la PGJDF están relacionadas con inmuebles que sufrieron severos daños en su estructura.
En esa categoría se encuentra el helipuerto de la calle de Nuevo León 238, colonia Hipódromo Condesa, que durante el sismo además de sufrir daños estructurales graves, afectó los edificios de departamentos aledaños, aun cuando ya existían una orden para su demolición.
De acuerdo con las autoridades de la CDMX, 220 personas han muerto tras el sismo –cifra actualizada hasta la tarde del domingo 1 de octubre-, 38 edificios colapsaron, 500 se encontraban en “código rojo” (con alta probabilidades de ser demolidos) y 1,308 inmuebles más contaban con “código verde”, con varios daños y alto riesgo de ser desalojados.