Ernesto Echeverría Aispuro usó el sistema de salud de Sinaloa para realizar operaciones que beneficiaron económicamente a la red empresarial a la que pertenece.
[contextly_sidebar id=”hEVdEMdQK50xFIp5AQw4lrVYnIbKWIzu”]Como Secretario de Salud y director General de Servicios de Salud, en la administración del exgobernador aliancista Mario López Valdez, el otorrinolaringólogo firmó 29 contratos por 87.2 millones de pesos con empresas que él fundó antes de ocupar dichos cargos públicos, y también con otras que pertenecen a sus socios Luis Javier Salido Artola e Ildefonso Salido Ibarra.
Los dos últimos empresarios poseen sociedades relacionadas con los sectores de salud, construcción y bienes raíces, así como el periódico El Debate e imprenta, y la Universidad San Sebastián.
De ese total de contratos, en tan solo 3 años, de 2014 a 2016, Echeverría, entonces Secretario de Salud, suscribió cuatro de ellos (contratos SSS/100/2014, SSS/131/2015, SSS/197/2015, SSS/20/2016) que suman 41 millones 18 mil 113 pesos con Mi Salud y Herramientas Médicas, empresas que fundó, de las que fue socio y representante legal.
Uno de los contratos, incluso, fue ampliado con 3 millones de pesos más por Echeverría Aispuro 11 días antes de dejar el cargo, con lo que comprometió los recursos de la actual administración del Gobierno del Estado, y dos meses del ejercicio del Seguro Popular y del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud de 2017, que ya no le correspondía administrar.
En la recta final del malovismo, en 2015 y 2016, también rubricó 25 contratos más por 39 millones 849 mil 834 pesos con Santa Justa; Prefabricados Santa Justa; Advanti; Construcciones y Arquitectura Kasta; Constructora Mansanart; Grupo Sanart del Pacífico, una red de empresas pertenecientes a la familia Salido y que competían entre sí en los concursos de licitación convocados por Servicios de Salud con el propósito de repartirse los contratos relacionados con la construcción y rehabilitación de unidades médicas.
Noroeste accedió a los contratos por medio de solicitudes de información a través de la Plataforma Nacional de Transparencia. Además, obtuvo, entre otras, las escrituras públicas 10981, 28282 y 10805, relacionadas a las empresas que se citan, en consultas en el Registro Público de la Propiedad y el Archivo General de Notarías.
Se intentó localizar a Echeverría Aispuro por medio de distintos números telefónicos, pero no se tuvo éxito. También se insistió con una solicitud de entrevista al actual Secretario de Salud, Alfredo Román Mesina, pero rechazó todas las peticiones.
La contratación que realizó Ernesto Echeverría Aispuro en calidad de titular de los Servicios de Salud de Sinaloa con las empresas que fundó y de las que fue socio contraviene el artículo 15, fracciones 15 y 23, de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos (ley), que instruye al servidor público a excusarse de intervenir en asuntos de negocios con las sociedades empresariales en las que participó.
“Todo servidor público, tendrá los siguientes deberes… Desempeñar su empleo, cargo o comisión sin obtener o pretender obtener beneficios adicionales… sean para él… o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen o hayan formado parte”, dice el artículo 15, fracción 23.
Samuel Campos Velarde, presidente de la Comisión Anticorrupción de Coparmex Sinaloa, advierte que el médico incurrió posiblemente en conflicto de interés.
“Se advierte un posible conflicto de interés”, observa. “Si yo estoy vinculado a un negocio que provee insumos a un tercero y después voy y represento al tercero, pues este contrato carecería de voluntad de las partes. Pues parecería que la misma persona que compra es la que vende. Entonces, esto desde el punto de vista jurídico pudiera tener un matiz de inexistencia del contrato, si se demuestra que hay intereses en ambos lados.
“Si se quieren hacer las cosas bien, y evitar posibles conflictos de interés, yo creo que a ese proveedor hay que excluirlo. O yo, como contratante de los servicios o de los bienes, me hago a un lado y que contrate otra persona. Eso lo prevé la Ley de Responsabilidades. Aquí lo sano es que no hubiera sido la persona que firmó el contrato por parte de la Secretaría, que hubiera sido otra persona o que hubiera sido otro proveedor el elegido”.
Después de que el exmandatario estatal, Jesús Alberto Aguilar Padilla, despidió a Ernesto Echeverría Aispuro como titular de la Secretaría de Salud en 2006, el otorrino se unió como socio a las empresas del ramo que posee la familia Salido.
El médico fue el desarrollador del concepto de Mi Salud, una clínica privada que provee servicios de laboratorio de análisis clínicos, consulta externa, imagenología, optometría y odontología, que opera desde mayo de 2008, según su sitio web.
Fue fundador, socio y el primer Director General. Participó, junto a la familia de origen mochitense, en la fundación de las empresas Sistema Mi Salud, Intermediaria Médica y Herramientas Médicas, que después fueron beneficiadas con contratos millonarios de Servicios de Salud de Sinaloa con Echeverría como titular.
El 30 de noviembre de 2007, un año después de ser despedido de la Secretaría de Salud, Echeverría Aispuro y el empresario Ildefonso Salido Ibarra, su esposa María del Pilar Artola Sada y sus hijos Luis Javier y María Pilar Salido Artola, crearon la empresa Intermediaria Médica.
Los accionistas eran el médico y la empresa Sinaloa Títulos, que la familia Salido posee desde 2003.
A través de Intermediaria Médica, Echeverría Aispuro fue accionista del Sistema Mi Salud.
En esta misma sociedad, además, participó su esposa María Eneida Salazar Villa Velázquez, a quien le cedió sus acciones en 2008.
Tres años después, el 10 de noviembre de 2011, Salazar Villa Velázquez vendió las posesiones accionarias a Maguey Representaciones S. C.
El otorrinolaringólogo también fortaleció su relación empresarial con la familia Salido al ser el representante legal de otra de sus empresas dedicadas al sector salud, Herramientas Médicas, durante 6 años, de 2008 a 2014.
Incluso, fungió al mismo tiempo como titular de la Secretaría de Salud y representante legal de esta última empresa, durante 3 años y 5 meses.
El 19 de mayo de 2014 renunció a esa sociedad, y apenas ocho meses después, el 8 de enero de 2015, el entonces Secretario de Salud contrató a Herramientas Médicas (contrato SSS/131/2015) para la prestación de servicios de tomografía, ultrasonido y Rayos X.
En total, fueron dos contratos sin licitar más su ampliación por 41 millones de pesos.
La familia Salido a través del periódico El Debate apoyó a Malova en la campaña a la gubernatura, que en 2010 disputó contra el empresario Jesús Vizcarra Calderón. Al ganar López Valdez, Echeverría Aispuro se convirtió en Secretario de Salud.
-¿Lo impuso la familia Salido como Secretario de Salud?, le preguntó Noroeste en 2011.
No. Tal vez pudo hacer una recomendación, como (el apoyo) que varios actores políticos me dieron.
En la misma entrevista, afirmó que estaba separado de la red de empresas.
“Estoy totalmente desconectado de Mi Salud, pero Mi Salud es una empresa de diagnóstico, da servicios a instituciones de atención médica; Mi Salud no es una distribuidora, Mi Salud no vende medicamento, Mi Salud no vende radiografías presta servicios”.
El médico describió correctamente a la clínica privada, pero negó su relación empresarial. Más tarde, en la consolidación del malovismo, repartió 29 contratos a la red de empresas a las que perteneció y a sus socios, los Salido.
Como Secretario de Salud, Ernesto Echeverría Aispuro no solamente benefició con contratos a empresas que él fundó, fue socio y representante legal, sino que lo hizo sin licitar.
Se trata de dos contrataciones con Herramientas Médicas. Una por 20 millones de pesos en 2015 y otro por 18 millones de pesos en 2016.
Por la cantidad del monto, en ambos casos debió lanzarse concurso de licitación como la marca la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Administración de Bienes Muebles.
De acuerdo con el acta del Comité Intersecretarial de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del 9 de febrero de 2015, todas las contrataciones arriba de 2 millones 895 mil pesos debieron ser a través de concursos de licitación pública.
Por lo que la adjudicación directa a favor de Herramientas Médicas de 2015 fue por un monto 7 veces mayor al tope establecido por el Comité.
El monto establecido en el acta del 19 de enero de 2016 como límite para licitar fue de 2 millones 956 mil pesos. Por lo tanto, Echeverría Aispuro debió lanzar un concurso de licitación dado que el monto a contratar superó 6 veces el tope fijado.
Pero no lo hizo.
Tanto en el contrato SSS/131/2015 como en el SSS/20/2016 relativos a Herramientas Médicas y que juntos suman 38 millones de pesos, el equipo de Servicios de Salud, encabezado por Ernesto Echeverría Aispuro, describe la justificación para no licitar y contratar, de manera directa, las millonarias cantidades a pagar con recursos federales.
Y aunque ambos son para el mismo objetivo, de toma de estudios de imagenología (tomografía, ultrasonido y Rayos X) para las personas afiliadas al Sistema de Protección Social en Salud y población abierta que asista a los hospitales generales de Culiacán, Mazatlán, Culiacán y Sinaloa de Leyva, las excusas son distintas.
Ambos contratos citan distintas “excepciones” para no licitar, y dar de manera directa los contratos millonarios. Incluso, citan la fracción del artículo 41 de la Ley de Adquisiciones… que en la realidad no incluye fracciones.